Muerte, no te envanezcas



“Muerte, no te envanezcas aunque te hayan llamado
poderosa y terrible; pues tú no eres así,
ya que aquellos que crees por tu fuerza abatidos,
no mueren, pobre muerte, ni a mí puedes matarme.
Del descanso y el sueño, que son imagen tuya,
fluye mucho placer; entonces mucho más de ti
ha de venir, y muy pronto nuestros hombres mejores
van contigo, descanso de sus huesos, libertad de sus almas.
Esclava eres del destino, del azar, de reyes y desesperados,
moras con el veneno, con la guerra y los males,
también puede la amapola y la magia dormirnos,
y mejor que tu golpe; ¿y por qué te envaneces?
Pasado un breve sueño despertamos eternos,
y ya no habrá más muerte, tú morirás, oh muerte”.
John Donne


En recuerdo del fallecimiento de un gran hombre, padre, esposo y amigo.
Para J.C. que en paz descanse.

"...y en la espera vagamos, indiferentes..."

Oye el sonido del agua cayendo en la ducha. Va al minibar. Se sirve un ron. Sin hielo. Busca el atado entre las botellas. No está. Palmea los bolsillos del pantalón y recuerda que ha dejado los cigarrillos en el saco. El saco está doblado, colgando del respaldo de una silla, al otro lado del cuarto. Al pasar frente a la puerta abierta del baño, ve claramente la sombra de Berenice proyectada contra el cristal esmerilado de la mampara de la ducha. Ama la idea del agua jabonosa escurriéndose entre sus tetas. El inequívoco cosquilleo que antecede a una erección lo complace. Llega junto a la silla. Encuentra el atado en el bolsillo interno del saco. Saca un cigarrillo y el encendedor. Golpea el filtro del cigarro contra el encendedor dos, tres veces. Luego, lo prende con una larga y profunda pitada. Suelta el humo bruscamente, creando un aura descompuesta y atolondrada alrededor de su cabeza. Mira por la ventana. El río se ve tan plácido y la noche tan serena. Abre el ventanal y entra una ráfaga de aire tibio. Con el cigarro entre los labios, va a buscar el sillón rojo que está junto a la cama. Lo acomoda frente al ventanal y vuelve sobre sus pasos para buscar un cenicero que ha visto entre las botellas. Pero al volver a pasar frente a la puerta abierta del baño, ve otra vez la sombra de Berenice proyectada contra el vidrio y se detiene. Se queda mirándola. Está quieta, con la cabeza gacha, dejando el agua correr por la nuca. Un vaho denso de vapor de agua se ha acumulado contra el techo del baño y empieza a bajar para escapar por la puerta. La sombra de Berenice se ve lánguida, apenas asimilable a ese cuerpo de mujer que él conoce bien y que ahora es apenas la sombra de un recuerdo, la sombra. Aspira el cigarro, que se consumía olvidado entre sus labios, cuando el inequívoco cosquilleo que precede a una erección le recuerda que está fumando y le impone la obligación de hacer algo. Se palmea los muslos como quien se sacude una inercia y mueve la cabeza a ambos lados. Sigue hasta el bar, agarra el cenicero y vuelve al sillón que ha dispuesto frente al ventanal. No se detiene frente al baño, pues no lo necesita para saber que Berenice sigue inmóvil bajo el agua. Conoce esa costumbre. Permanecerá así larguísimos minutos. Acomoda el cenicero en un posabrazos del sillón y sacude las cenizas. Recuerda el ron servido. Deja el cigarro en equilibrio en el borde del cenicero y cruza una vez más el cuarto para buscar su vaso de ron. Parado junto al minibar, casi de espaldas a la puerta del baño, prueba el trago. Le resulta innecesariamente agresivo y le agrega hielo. Vuelve al sillón. Aún no se sienta. Permanece junto a la ventana, mirando el río, degustando el ron (seco, siete años), escuchando el agua de la ducha golpear el cuerpo de Berenice, la loza de la bañadera, el cristal esmerilado. Se queda unos instantes absorto en el humo del cigarro. Luego vuelve a mirar el río. Parece tan calmo, tan quieto, tan mudo. Una camioneta negra llega desde el puente que conecta la isla por el sur y se detiene en la costanera. No ve bajar a los dos tipos que unos instantes después adivina por las brasas rojas que se encienden junto al vehículo. Se acerca al sillón y agarra el cigarrillo. Le da otra larga pitada y vuelve a expulsar el humo bruscamente. Finalmente, se sienta. Siente casi un sobresalto cuando advierte que el ruido del agua se apaga. En la oscuridad del cuarto, escucha la mampara deslizarse y abrirse. Berenice sale de la ducha.

Cierra los ojos. Proyecta en el cristal (esmerilado) de su mente una sombra del cuerpo de Berenice, tal como otras veces lo ha visto saliendo de la ducha. Su marioneta acompaña, supone, los movimientos casi rituales de Berenice, el pie derecho alzándose primero para sortear el borde de la bañadera, la mano izquierda estirándose para alcanzar el toallón mientras la cabeza se inclina a la derecha, arqueando el torso, para que el pelo negro y largo, empapado, cuelgue liso y pesado y escurra y pueda envolverlo con el toallón al mismo tiempo que endereza el torso y revuelve la toalla con ambas manos, que despliegan inmediatamente el paño para bajarlo por la espalda, envolver el pecho, secar los senos, el pliegue entre los senos, el abdomen, el vello de la entrepierna y luego el muslo derecho, que se levanta un poco mientras el pie se apoya de puntas en el suelo, para cambiar a la otra pierna, el mismo gesto, el mismo apoyarse en la punta de los dedos. En el momento en que el avatar de su mente toma el secador de pelo, el ruido de la máquina, desde el baño, le confirma la exactitud de sus recuerdos. Berenice se seca la cabeza moviendo el secador en círculos con la mano derecha, mientras la izquierda abre el pelo en hebras para facilitar el paso del aire caliente. Aunque lo espera, el silencio que sobreviene cuando Berenice apaga el secador lo sobresalta. Escucha el click de la llave de luz y la oscuridad en el cuarto es entonces absoluta. Él no se vuelve para ver a Berenice salir desnuda del baño. Le basta con saberla. Ella no dice una palabra y se le acerca. Le acaricia el pelo y le saca el cigarrillo. Aspira casi con el mismo ansia que él, pero expulsa el humo de manera más suave, empujándolo hacia arriba, en una bocanada larga. Le devuelve el cigarrillo, ya casi apenas filtro. Se acerca a la cama, donde está su ropa de ayer y de antes de ayer. Y de antes de antes de ayer. Se viste.

-¿Estás lista?- pregunta él, rompiendo el silencio.

-Si- le contesta ella.

-Dos matones de tu marido nos esperan afuera.

-Vamos- le dice Berenice.

(...) fue mejor







Estado: nada navideña | Escuchando: Little Thing (Oh dear Vegas) | Leyendo: El Valle del Viento Helado II: Ríos de Plata (R. A.  Salvatore)

No es un pensamiento para la época pero... a veces de verdad siento que todo pasado fue mejor... y no soy de las que sienta sin buscar. Comienzo a desear y, por lo general, según mi experiencia, siempre consigo aquello que deseo. Y ahora estoy deseando ese pasado.

Si el presente no cambia, el pasado me llevará a la locura.
Y sólo estamos yo, el deseo, y la razón que por ahora me sostiene en pie... pero al borde del abismo.


Erliann.

JoJoJo Feliz...!! ya saben :)


                               ¡¡Se acerca Navidad!!


¡Es super increiblemente extraño como pasa el tiempo, pues ya hemos llegado a una de mis épocas favoritas del año! Lástima que esta lo pasaré estudiando para una prueba, en lugar de estar tratando de engañar a mi hermanita con que esa luz que ve en el cielo, esa, sí, justo esa, es la patita del reno Rodolfo, o la intermitente del trineo del viejito (que a todo esto, es una clara publicidad al comunismo: Da a todos por igual y anda de rojo xD)


 ¡¡Pero no importa!! Lo genial de la Navidad adivinen qué es: No, no las versiones navideñas de todas las princesas de Disney (aclaro: mi hermanita tiene 11 años, entiéndanme) lo genial es que todas las personas se unen y aparecen frases clichés (como la que ya dije) y actitudes clichés, porque la Navidad es un gran cliché, pero que todos están dispuestos a vivir porque es linda. Y hace feliz.


Por eso espero que ustedes, queridos bloggers y lectores en general, tengan una hermosa Navidad, de la forma en que sea que la celebren; solos, con amigos, con pareja, sin pareja, con familia, con la abuelita, con el gato... con Cuevana xD



Es mi más sincero deseo!! 
Con cariño y espíritu navideño, Erliann.


F    E    L    I    Z       N    A    V    I    D    A    D       A       T    O    D    O    S



I Semana conquense por el consumo responsable

Charla "Formas de consumo responsable"
(Salón de actos de la Delegación de industria)


En diciembre del 2011, aprovechando que se avecinaban las fechas navideñas, surgió desde el 15M conquense la posibilidad de llevar a cabo la I Semana Conquense por el Consumo Responsable.








Sábado 17 de diciembre. 
I Encuentro del colectivo EA Cuenca en el Centro Social de
San Antón
Presentación del colectivo de economía alternativa “EA Cuenca”.
EA Cuenca es una red local de intercambio con moneda social (El Copón). Dentro 
de la red se puede comprar, alquilar o contratar cualquier servicio o producto 
que otro miembro ofrezca, generando entre todos una economía alternativa
al euro.(más información sobre  EA Cuenca en blog ea-cuenca.blogspot.com o en
la web 
http://letscuenca.0fees.net/eacuenca/ ).

La presentación del colectivo constará:
-  Mercadillo del Copón. En el que podéis participar trayendo tus cosas para cambiar o vender en euros y copones
-    Talleres de explicación del funcionamiento de EA Cuenca
-     Comida popular. A la que cada uno aportará algo
-    Otras actividades

Domingo 18 de diciembre. 
Charla sobre transnacionales en latinoamerica (pub El Círculo)
Pub “El Círculo”. Video-debate “Quien tiene el dinero, tiene el poder
- Videoproyección del corto “Historia de las cosas.
- Charla-debate sobre Transnacionales. A cargo de Gabriel Arellano, miembro de la ongd EMIS (Educación por un Mundo Igualitario y Sostenible).

Martes 20 de diciembre. 
Salón de actos de la Delegación de Educación (frente a biblioteca pública). 
Charla-debate“Formas de consumo responsable”.
 Participan en la charla tres representantes de colectivos de consumo alternativo.
-  Germán Ferrero, de “El Rincón lento” de Guadalajara.
-  María Andrés, como consumidora en el grupo “Pisto ecológico” y 
como productora ecológica en "Despensa natura" de Cuenca.
-  Un integrante de “Carro colectivo” de Cuenca.




.::: Carata para mi Hija/o :::.



Querida/o Hija/o:

Te quiero contar que HOY ES UN DÍA ESPECIAL, pues la U va a jugar su partido mas importante en la historia y me gustaría que estuvieras aquí, junto a mi para disfrutar de este lindo momento.
También quiero contarte que al igual que tu, nacimos años después de que el Ballet bajara su última estrella, Somos de esa generación que tuvo que esperar realmente 25 años para bajar otra, los que lloramos cuando bajamos a segunda esa tarde de lleno completo en el Nacional, los que hicimos el viaje al Salvador en un bus que recién cuatro días después volvió a Santiago y luego otro día mas a Concepción, los que sufrimos con la quiebra fraudulenta del Club, los que celebramos los primeros y los últimos goles del Matador, los que vimos nacer la Leyenda de Diego "Goku" Rivarola y que Pese a los años, el romance permanece intacto y se que no hay bullanguero en esta tierra que no envidie todo lo que hemos vivido, hoy no serán solo 11 jugadores, seremos millones que soñamos con romper la historia, por eso hoy a los jugadores les decimos: A mojarla más que nunca, por esta gente que estuvo en las buenas y en las malas, por el 89', por el 96', por el 2006, por los que ya no están y por los que estarán ( como tu ).
Porque no estamos acostumbrados a esto, ya que somos realmente hijos del rigor, lloraremos de alegría, por que el pueblo azul puede tocar el cielo y estar donde nunca hemos estado.
Y si nos toca perder, que todos sepan que esto no es una moda, no es una solo una copa, no es solo un año ; ES UNA VIDA ENTERA, un sentimiento.
Nunca hemos pedido copas, ni triunfos, nuestro canto va más allá, nuestro canto es por el sacrificio, por mojar esta hermosa camiseta y hoy 14 de Diciembre del 2011 gritaremos más fuerte que nunca DALE LEÓN, Porque este sentimiento nunca se va a terminar.
Sientan jugadores, que pase lo que pase hoy, ya estamos orgullosos, porque nunca había visto a mi equipo jugar de esta manera.
Hoy y como siempre... VAMOS LA U CARAJO, por que hoy hijo mio, es un día especial...

Una de clausura

1938, 13 de agosto. San Ponciano, Papa y mártir.

Antes de Vísperas

Llueve. Tenía grandes planes para hoy por la tarde, pero el Señor ha querido desencadenar una lluvia no muy fuerte pero persistente. Habrá que acatar Su voluntad y recogerse en oración, puesto que no es posible salir a hacer obras.

O, tal vez, Él quisiera que hoy saliéramos a predicar bajo la lluvia para dar testimonio de fe. ¡Señor!, ¡a veces es tan difícil interpretar tu Voluntad!

Sor Ludovica llama a Vísperas. Me dispongo a orar.


Después de Vísperas


Durante la oración he cometido un curioso error con el Padrenuestro. He dicho “y perdona nuestras vidas, así como nosotros...”. Pienso que el Señor me llama a meditar sobre algo con ese error. No es que otorgue crédito a las enseñanzas de este judío alemán acerca del cuál no sé más que las anatemas lanzadas en su contra por el Padre Antonio, pero he comprendido que es mi vida entera la que me hace merecedora del castigo de Adán.

Pido perdón al Señor de los cielos si con este pensamiento he dudado de las enseñanzas de la Santa Iglesia. Temo haber incurrido en herejía.

Espero conversar de esto mañana con el Padre Antonio, durante la confesión. Es que siento que con mi vida no he honrado suficientemente la misión que el Señor tenía prevista para mí. No he sido madre, no he sido esposa, no he hecho de mi vida un camino abnegación. Aún estoy a tiempo de consagrarla a la oración y la penitencia y al servicio a los pobres.

Pero temo que no he honrado tampoco mis votos.  ¿Acaso dudo de mi fe?

Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. ¡Dios mío!


Retomo la escritura luego de orar. No pude refrenar el impulso de arrodillarme sobre el suelo frío para mortificar la carne. Nunca es suficiente. Sin embargo, sospecho de la vehemencia con que me arrojé en oración.

¡Dios mío! ¡Cuántas pruebas nos trae el día a cada hora! ¡Qué vigilante el espíritu debe permanecer para mantener lejos la duda, la pasión, la tentación!

Sor Ludovica llama a cenar. Tengo hambre. Otórgame, Señor, mesura en la mesa y un caldo bien cocido.


Antes de Completas

Vengo ahora del refectorio. Agradezco al Señor las papas crudas que nos sirvió hoy Sor Inés. ¡Ay, mi Dios!, sé que no debería utilizar este lenguaje irónico y que debería ser piadosa con la torpeza de Sor Inés, pero es que toda esta semana ha sido igual. Todo el convento acusa los efectos de las papas crudas. Pido al Misericordioso que perdone la desidia de Sor Inés, pero sobre todo le pido que la ilumine en el cumplimiento de sus deberes. Que cocine las papas como Dios manda.

¡Ay Dios! Pido también perdón al Altísimo por mis palabras.

Debo tal vez leer los Evangelios para aquietar mi espíritu.


Sor Ludovica llama a Completas. Interrumpo la lectura de los Evangelios y me dispongo a orar.


Después de Completas

En mis intenciones de hoy, he orado por Sor Inés y he pedido perdón por mis pecados.

Hoy la hermana Albertina anunció que dejaba el convento y los hábitos. No ha querido dar explicaciones y la Madre Superiora cubrió su vergüenza con un piadoso manto de silencio, pero todas sabemos que la hermana Albertina ha cedido a la tentación de la carne. ¡Señor! ¡Los medios del Malo pueden ser tan evidentes! ¡El carnicero! Sor Inés no cocina tanto estofado como para requerir los servicios del carnicero tres veces por semana. La hermana Albertina lo recibía y se quedaba con él largas horas, que me perdone el Señor si exagero, en el locutorio. No puedo decir que los haya visto jamás comportarse en modo inapropiado, quiero decir, no es que los haya espiado, Dios no lo permita, pero, ¡Señor!, han pasado ahí muchas horas a solas. No sé por qué la Madre Superiora tardó tanto en someter los encuentros a estricta vigilancia. ¡Ya lo maliciaba yo desde mucho antes! ¡La hermana Albertina es tan joven! Y el carnicero, a decir verdad, tan buen mozo.

¡Señor! Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.


Después de Maitines

Estoy nuevamente en mi celda. Me ha traído la hermana Josefina. Dice que me halló helándome bajo la lluvia. Aparentemente, me he desvestido y he corrido desnuda por el claustro. Cuando la hermana Josefina me encontró, dice, estaba yo repitiendo maníacamente el Padrenuestro. ¿He sido poseída, Señor? Sin dudas que mi intención ha sido nuevamente mortificar la carne con el frío, pero no logro recordar nada. ¡He repetido el Padrenuestro! Dijo Nuestro Señor Jesucristo: “Cuando recéis no uséis muchas palabras”. Lo sé, lo sé, lo sé. De memoria, lo sé. Está en Mateo, 6 7-15. Pero dice la hermana Josefina que no podía detenerme. Ha debido propinarme unas buenas nalgadas para hacerme volver en mí. Testimonio son mis posaderas enrojecidas. Ella me besó y cubrió de amor a Dios para aplacar mi espíritu atormentado.

¡Señor! ¡Cuánta Gloria en el amor de nuestras hermanas, cuán piadosos corazones habitan esta casa!

Es muy tarde. Debo otorgar descanso a mi cuerpo y a mi alma. La hermana Josefina me ha prometido no informar de los acontecimientos a la Madre Superiora. Temo que se esté condenando.

Antes de dormir, rezaré por ella y por su alma.

Remedios para el dolor

“...como si Dios nos hubiera dado
a cada uno un círculo a llenar. A mí, con esto –y levantó la
trompeta–. A usted, con lo que sea –se interrumpió–. De qué trabaja usted.”

Noche para el Negro Griffiths, Las panteras y el templo, Abelardo Castillo.


-Si no te gusta, andate.

Ahí estaba yo, con todo mi mal genio de cuarentón divorciado, echándola.

En resumen: que había empezado a venir sin llamar, que ya se había dejado un cepillo de dientes, que tenía varios pares de aros tirados en mi mesa de luz, que ya había asumido la responsabilidad de mantener la heladera provista de queso blanco y sin sal. Hasta ahí, vaya y pase.

Pero hoy había hecho una sugerencia inaceptable.

- Esa trompeta... ¿podrias meterla en el estuche y sacarla del medio, no? Si al final yo no te he visto tocarla jamás.

Punto final. Es asi, uno lo sabe. Como que a uno le ha tocado estar del otro lado y ser el infeliz que dice exactamente la frase que informa al otro que nada de eso tiene sentido: que no tiene swing. Esta vez, le tocaba a ella.

Fijate, boluda, pensé, o casi ni pensé, sí, a veces toco esa trompeta. Normalmente, cuando vos no estás, fijate. Pero además su presencia ahí, de pie en ese aparador, junto a los libros, o tirada sobre la mesa del comedor, entre las migas, es un testigo, un testimonio. Un recordatorio de mi tiempo perdido. Debe estar ahi para que yo no pueda olvidar.

En cambio, fui más sintético:

-Si no te gusta andate.

-Mirá que sos pelotudo- fue su reacción.

-Más a mi favor. Andate y listo.

-Solo, te vas a quedar.

¿Pero no ves que ya estoy solo? ¿Que hace años que estoy solo y que tu presencia, tus gustos decorativos, tus manías alimentarias, las tuyas o las de cualquier otra, no van a cambiar eso? Yo ya sé que estoy solo. Hace rato que sé que estoy solo. No es que me haya sido fácil de aceptar, pero ahora lo comprendo. Lo sé desde la primera mañana a solas con las pesadillas de la víspera, con mi mujer todavía al lado, desde la primera noche después de mi divorcio, desde que la nena me preguntó qué era morirse.

La hice más corta:

-Por eso, haceme el favor y andate.

Después que se fue, saqué la basura, puse música de Youtube y me fui a dormir.


Jonasa







Estado: en paños menores | Escuchando: All Yours (Metric) | Leyendo: NADA! (soy una floja) | Viendo: Camelot

La foto lo dice todo. Apenas vamos a mitad de primavera y me siento un misero pollo frito... si necesito dinero creo que KFC compraría algunos de mis órganos... agradezco que hoy almenos tuve libre, porque andar de uniforme en mi práctica de consultorio rural bajo el solaso... gracias pero no.

Da igual... me siento como Jonás. No sé en qué día estamos, ando perdida... ¿es jueves cierto? 
Antes a estas alturas ya estaba en mi casa y buscando trabajito de verano. Pero ahora es re diferente, si no fuera por los adornos de los centros comerciales no sabría que viene navidad. Mátenme por favor.

Por eso soy Jonás.
Estoy dentro de un gran pez llamado rutina, y le falta mucho para vomitarme en la Tierra de Vacaciones.
Esperaré pacientemente a ese día... 

God!!! que sea luego.
Quizás estas vacaciones tengo suerte, me inspiro e invento la noche eterna :)
Odio el sol.


Con calor, Erliann.