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En esto creo...


"Human beings need pleasure
the way they need vitamins."

Lionel Tiger
The Persuit of Pleasure
1992

Razones


Cada día la vida comienza y termina. El sol sube por el cielo, ganándole la batalla a la oscuridad, pero justo en su cénit se deposita la semilla de la noche. A partir de ahí la luz nos acompañará criando en su seno las sombras que nos envolverán en el crepúsculo.

Y nosotros transitamos ese lapso que llamamos vida, acompañados de otros seres que van llegando de acuerdo a su propio horario. Y nos acompañamos unos a otros mientras nuestros tiempos se traslapan, mientras podemos disfrutar juntos del mismo espacio/tiempo. Y aprendemos con sorpresa y dolor que el ciclo sigue, imperturbable, infinito. Que muchos se nos adelantarán, y que los veremos partir. Que dejan un gran vacío. Que no se van realmente si los recordamos y hacemos que su existencia haya valido para comprender la nuestra, de la manera que sea. Para aprender y a nuestra vez compartir.

Através de la vida nos vamos encontrando con otros seres; varios seguirán su camino sin recordarnos siquiera. Ni nosotros a ellos. Pero con otros sucede algo inesperado. Es como si de entre tanta gente, de entre ese barullo de vidas que suceden a nuestro alrededor, reconocieras algo; tal vez el olor característico de tu clan. Como una manada desperdigada antes de llegar a este mundo, que se va reintegrando, que estaba predestinada a ser. Y se convierten en tus amigos. Esa familia que tienes la oportunidad de escoger a lo largo de tu vida. Esa que tienes que cuidar y por la cual agradeces.

Y vemos con regocijo, admiración y aprehensión hacia el futuro que le estamos deparando al planeta y a quienes nos sobrevivan, que también hay nuevas vidas que llegan. Y esas existencias que recién comienzan, frágiles, indefensas y sorprendentes encierran todas las posibilidades del mundo. Su ingenuidad y su transparencia, su inagotable energía cambian las prioridades, tu forma de ver el mundo.

Hace varios meses llegó a este mundo mi sobrino. Y he tenido la suerte de compartir con él algunas horas de mis días. Su sola presencia transforma el ambiente. Me inspira a ser mejor. Para tratar de hacer de este un sitio habitable para él, para los que seguirán caminando esta tierra una vez que mi tiempo ya no lo sea más. Para que el tiempo que podamos compartir nos haga crecer a los dos.

Y así, con el diario milagro de despertar a un nuevo amanecer, y la alegría de oir la clara y franca risa de ese niño, me obligo a seguir en este mundo de locos. Porque la vida te muestra pequeñas cosas que la hacen grande.

De travesías y viajes


Nunca sales indemne de un viaje. En el peor de los casos recordarás una pésima experiencia, un robo, un accidente. En el más anodino de todos, tendrás un vago recuerdo al regresar a lo normal, a lo típico. Y entre esas posibilidades extremas, una variedad infinita de sentimientos y aprendizajes. Eres casi el mismo, pero ya no eres igual. Algo cambia en tu interior.

Pero además de ser un recorrido físico, no importa por cuanta gente estés rodeada durante la travesía, un viaje siempre es una experiencia en solitario. Es un camino que recorres tú, que llevas a cuestas todo un bagaje de historias, recuerdos y pensamientos que no los conoce nadie más. Y a lo largo del tramo irás dejando y recogiendo inquietudes y recuerdos. Y cambiarán tus perspectivas y prioridades. Y llegarás a la meta, tal vez mejor o tal vez peor de como comenzaste, pero nunca igual.

Dar el primer paso fuera de lo seguro, de lo estable, despliega a tus pies una vasta alfombra que puedes recorrer a gusto, en innumerables direcciones. Viajar es vivir. Es aprender y conocer mientras vas devorando caminos. Es asomarte a otras realidades, a otros paisajes. Y es plantearte millones de interrogantes, y sorprenderte de la adaptabilidad humana. Y recordar que somos sólo una especie más, nimia e intrascendente en la grandeza del universo.

Es parar durante un instante la travesía en medio de la nada y contemplar el cielo plagado de estrellas, sin que las luces humanas les quiten magnificencia y brillo.

Te da la posibilidad de hacer balances entre lo que vas conociendo o reconociendo y tu propia realidad cotidiana. Te recuerda que hay rutinas de vida tan disímiles a la tuya, que tal vez te parecen imposibles.

Y tus ojos absorben en fracciones de segundo vistas irrepetibles. Grandes panoramas, imponentes paisajes. Un esquivo nevado que se despeja por segundos. Minúsculas muestras de vida en las condiciones más adversas. Una pequeña flor en un pedregal del páramo. Engañosas siluetas en una madrugada bañada por la neblina.

Y algo adentro tuyo se llena un poco. El nómada que llevamos impreso en nuestro código genético se aplaca por un poco; pero se revuelve intranquilo con esa prueba de libertad, de movimiento, de camino. Y cuando regresas a puerto, sabes que no puedes estar en dique seco por siempre. Algo adentro tuyo te llama a volver a la marcha. A rodar la vida.

A mi me gusta...


Me gusta salir temprano con el cabello aun húmedo y la sensación de las gotitas de agua que enfrían tu espalda.

Aunque deteste madrugar, ver nacer el sol sobre el paisaje andino no tiene comparación. Despertarse antes que el resto, o mejor no dormir nada de nada, y ver como poco a poco la luz y la actividad humana van borrando la quietud de la noche.

Me gusta la paciencia.

Me gusta hacer los regalos que doy, porque son una parte tuya que compartes con el destinatario. Me encanta abrir un nuevo libro, porque sé que en sus paginas se esconden amigos y enemigos que se añaden a la vida.

Me gusta estrenar una nueva pluma, y ver brotar la tinta, clara, precisa, decidida. Me encanta tratar de pintar con acuarelas, sus finas veladuras tienen una cualidad etérea, y tengo la sensación de que así deben ser las nubes del cielo.

Me encanta reencontrarme con los amigos de toda la vida, aquellos a quienes no importa volver a ver cada lustro, pues igual puedes compartir con ellos, como si ni un día hubiese pasado. Me gusta poder contar con los amigos. Conversar sin fin y de cualquier cosa. Reír, llorar, vivir.

Me encanta el chocolate amargo. Me gusta el vodka. Me encanta la nuez moscada y la pimienta. Y el olor del ajo cuando topa una sartén. Me encantan las manzanas con canela. Me encanta cocinar para los amigos y la familia. Nada se compara a compartir la comida, para mí es un ritual.

Me gusta quedarme dormida leyendo un libro. Y dormir mucho. Aunque es mucho mejor cuando un libro te impide dormir. Y te tiene en vela hora tras hora, mientras las campanas (pregrabadas) de la Basílica te cuentan que va pasando la madrugada.

Pero cuando hay algún trabajo grande, me gusta trabajar en la noche, cuando el resto desaparece y los buhos salimos de caza. En esos momentos me gusta poner el iTunes aleatoriamente y que caigan las más disímiles canciones una tras otra. Y cuando de madrugada el frío de la franciscana ciudad es más cortante, nada mejor que reggae para volver a la vida.

Me gusta la soledad.

Conozco un árbol viejo, vigoroso y sabio. Y cuando voy caminando me gusta pasar a visitarlo, a saludarlo y conversar con él.

Me gusta que la vida me recuerde que para apreciar la luna, debes haber tenido noches nubladas. Que para comprender al día, debes conocer la noche. Que la felicidad la entiendes completamente sólo cuando conoces la tristeza. Que los opuestos no son malos, sino complementarios.

Me gusta hacer por mí misma todo lo que puedo. Y aprender por pura intuición, empíricamente nuevas habilidades. Claro, a veces inventas el agua tibia y otras fracasas rotundamente, pero así aprendes tus propios límites. E incluso los traspasas. Creces.


koan


El hombre contempla la flor.
La flor sonríe.

En esto creo...

"La muerte para los mozos es naufragio
y para los viejos tomar puerto."
- Gracián

Un año más...


Haciendo un balance de lo que este año que termina trajo para mí, sé que estos 12 meses han sido muy fructíferos. Me he obligado a ser más consecuente con las cosas que así lo merecían y al parecer los dividendos que eso trae, aunque demandan gran esfuerzo y a veces privaciones, valen la pena. Como saldo final llego con muchas ganas de que el MMIX sea aún mejor, que pueda seguir disfrutándolo y sufriéndolo con los amigos (que para mí es de lo más importante que se puede hacer)(y por cierto que este año conocí a varios nuevos y muy buenos) y cruzando más y más metas de ese trillado camino que es la vida.

De todo corazón espero que a todos quienes de vez en cuando le echan una leída a este espacio (y a quienes no, también, por supuesto) el nuevo año les traiga mucha fortuna, amistad y ánimos para seguir adelante. 

¡¡¡¡¡Feliz año nuevo para todos!!!!!

En esto creo...

Spare not
but waste not

En esto creo...


"Ningún delito es vulgar,
pero toda vulgaridad es un delito.
La vulgaridad es la conducta de los demás."

Oscar Wilde

En esto creo...


"Tenerle demasiado miedo a la muerte hace que te pierdas la vida."

Richard Ford

Feeling Good


Hoy día debí haberme molestado muchísimo, y hasta soltado algunos insultos en araméo a la profesora que me dejó plantada en la asesoría que tenía con ella; y me sorprendió a mí misma saber que no me interesaba enojarme y malgastar mi energía irradiando ira por doquier.


Será el sol, que gracias a diosito sanchez, ha vuelto a brillar en la francisacana ciudad; será que me da pereza llenarme de mala energía, o simplemente que hay días en los que ves que la vida es suficientemente buena como para arruinarla con enojos absurdos. Y no hablo de rocambolescos incidentes fuera de lo común, sino de aquellas pequeñas cosas que te suceden y suceden a tu alrededor que te ayudan a ver las cosas desde otra perspectiva.

Así que como me siento bien, les dejo con una canción a ver si les puedo transmitir esa felicidad. Saludos

En esto creo...


"La discreción es la llave de la elegancia, y la elegancia no será nunca una tendencia, sino una forma de vida."

Valentino

Tutti frutti I

Desahogo,
¿es que acaso el Paco cree que nuestra memoria es de tan corto alcance? Tener que abancarse el descaro total de los nuevos trabajos en las veredas de la avenida Río Amazonas, es insultar a la memoria a todos los quiteños (de nacimiento o por adopción) que tributamos y esperamos que esos fondos sean destinados para mejorar la ciudad.
No son ni tres meses de la inauguración de la ciclovía permanente entre el parque El Ejido y la Estación Norte del Trole, vía que por cierto me parece un acierto de la administración; pero para eso se hizo una gran intervención en las calles de Quito, sobre todo las aceras, donde se levanto adoquines y cemento para cambiarlo por adoquines de color que delimitaran el área de la ciclovía. Todo lindo y bastante bien llevado a cabo el trabajo (para los estándares quiteños)...en el cual se debe haber invertido un chorro de plata, pero que sea tan descarado y que en menos de tres meses vaya y levante todo ese trabajo que no fue gratis en una vía que no está en condiciones deplorables o que necesitara una intervención tan drástica si se pasa de caradura, ¿o no? Y digo,hay cientos de metros de aceras q solo estan en bordillos, por qué no trabajar en esas aceras, ¿no?


Agradecimiento,
a iPab, porq ayer nos recibió al Ursus y a mí en la macCueva y me ha proporcionado una grande cantidad de músiquilla pa agregar a mi biblioteca musical...y está tan buena la selección y es tan refrescante tener tal cantidad de nuevas cosas pa oir que ando más feliz y con mas ánimos pa seguir trabajando.


Se agradece la buena onda...

Y ahí les dejo apreciados lectores, porq hoy sí ya estrenan Dark Knight aca en el país de la canela y me muero de ganas por ir a ver...así que, ahí nos vemos...

Canes

Me gustan los animales. Punto. Unos más que otros, pero en general me gustan todos. Pero los perros son mi gran debilidad. No sé si será que llevamos inscrito en el ADN una filiación a punte costumbre, ya que sus antepasados y los nuestros decidieron unirse, primero por puro y cochino interés de cada uno, y posteriormente en una simbiosis que parece durará mientras dure nuestra especie. No se si será que son de los animales con los que la mayoría de nosotros a tenido contacto desde niños y son nuestros grandes e incansables compañeros de juegos, o en parte será la respuesta a aquellas historias que leía cuando niña...Buck, de El Llamado de lo Salvaje de Jack London, o Milú e Ideafix (y su personalidad tan verde), y quién no se emocionó viendo la película de Balto, ¿a ver? Sobre todo tengo un recuerdo muy vivo de cierta canción, toda ella muy triste, como buen tango, pero que a mis 5 o 6 años sólo me llegaba con semejante estrofa:

y aquel perrito compañero

que por tu ausencia no comía
al verme sólo el otro día
también me dejó

Imagínense, a esas edades me pegaba un bajón tremendo no saber que rayos pasaba con el perrito, porque en la canción nunca se menciona su desenlace. Que horror. La cosa es que me encantan los perros...son poquísimos los perros que me parecen feos, pero los hay. Además tengo la mala costumbre de creer que todos son inofensivos y amigables, lo cual casi nunca me ha traído problemas, casi... y aún así no claudico. Sigo acariciándoles si hay chance...en serio, me encantan.

Típico perro de pueblito que sale a ladrarte
si te acercas a sus dominios


Soy de las que se emociona en la calle al ver uno, y por e
so me rompe el corazón la cantidad de perros callejeros que rondan por Quito y cuyo final casi siempre es trágico.
Aceptar un can significa cargar también con las responsabilidades de hacerse cargo de una vida que difícilmente sobrevivirá si no cuidamos de ella (y si tienen uno como el mío, necesitan además armarse de muuucha
paciencia); por eso me rompe el corazón ver cosas tan desalmadas como una camada entera recién nacida que fue puesta en una bolsa plástica y descartada como si se tratara de basura. La abnegada madre de la camada no se separó de sus vástagos y fueron rescatados.
Y aún a pesar de tratos así de degradantes y brutales, la fidelidad canina es a prueba de fuego. Tal vez ese sea el rasgo que más me atrae de estos cuadrúpedos. Están siempre al borde del abismo, contigo, siempre. Será por eso que hoy quería agradecerles a los canes que en e
l mundo han sido, por acompañarnos desinteresadamente y hacer de nuestro paso por esta Tierra un poco más feliz.



Tanta paciencia canina que este pobre perrito callejero
se tuvo que abancar las confesiones
del borrachito en fiestas de UIO. ¿Qué tal?


Convesación de Bus

Hoy mientras viajaba en el bus, tuve (no sé si mala o buena) suerte de sentarme delante de dos muchachas menores a mí que conversaban de sus vidas, problemas y demás. Y eso es lo malo de tener siempre las orejas en ON, que cómo no tenía ni iPod ni nada para contrarestar la excelente música a la que la mayoría de los señores buseros son aficionados, acabé escuchando su conversación. Me impactó el hecho de que la chica que contaba sus desventuras fuese casi una niña, con certeza recién llegaba a la mayoría de edad. Porque no me compete, y no es de incumbencia de nadie, no entraré en detalles. Lo resumo con un proverbio chino: La más breve existencia cuenta siglos de sufrimientos.

No quise seguir escuchando, y fue difícil, pero el resto del viaje me puse a desvariar y a pensar en que como género, nosotros, los homo sapiens sapiens, a pesar de nuestro desarrollo y éxito como especie, a final de cuentas somos un revés total para la naturaleza.

Somos capaces de causar dolor a nuestros semejantes, a veces por puro placer y otras por pura venganza. Podemos dañar a nuestros seres más cercanos y no levantar ni una ceja.
Y como raza somos de los peores azotes que han pisado la Tierra. No contentos con matarnos a nosotros mismos lentamente, vamos dejando un reguero de daños al ecosistema planetario que tarde o temprano terminará con la vida de otros mamíferos (vean lo que hacemos con aquellos que habitan el Polo Norte: belugas, narvales y osos polares), otros animales y plantas.

Cuando me suceden episodios como el que viví hoy en la tarde me pregunto si realmente vale la pena para el mundo, o Gaia o como quieran llamarle, que sigamos perpetuándonos sobre él. A veces me pregunto si somos dignos de semejante honor.