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De libros y agua

Cada libro que se pierde es una vela que se apaga,
y la oscuridad gana terreno y también la ignorancia.

Hoy fue un día surreal, y el Ursus y yo tuvimos que lidiar con esas terribles sorpresas que te depara el destino cuando menos te lo esperas. Una tubería explotó y el agua que corría antes por ella, por pura gravedad empezó a llover sobre la colección de libros de mi hermano mayor. Para mí, que nací y he crecido rodeada de libros siempre, el escenario de catástrofe me abrumó. Esos libros son la presencia física que aún tengo de mi hermano. Su abigarramiento, la calidad y cantidad infinita de temas encerrados entre esas cubiertas, la sorpresa segura al revisar los títulos de cada estante, no puedo creer que casi los perdemos. No lo hubiera resistido. Y está mal aferrarse a las cosas, lo sé, pero los libros son entes diferentes. Llevan en su interior palabras que muy probablemente nos sobrevivirán, y que, una vez en las manos correctas, se convierten en mágicos canales para llevar a través de geografías y tiempos inmensos ideas, mensajes, reflexiones; para volvernos más humanos.


¡Qué terrible debió ser el incendio de la biblioteca de Alejandría! y cuánto le costó a la humanidad recuperar todo ese saber perdido; menos mal, y gracias a un extenuante trabajo conjunto, pudimos retirar los libros y los estantes, organizarlos de alguna forma y darles primeros auxilios a los documentos que se vieron afectados por el agua. A excepción de una veintena de documentos que proseguirán su vida con claras marcas de humedad o agua, la gran mayoría logró salir indemne de la inundación. Gané algunos títulos de diseño que no sabía que existían en esa colección y tuve la posibilidad de reencontrarme de alguna manera con mi hermano a través de sus lecturas, aunque la razón haya sido tan emergente y
crítica. Espero que su día haya sido más relajado, muchos saludos.

Tutti Frutti II

GRANDE SUSTO

Por favor, si usted es un conductor o pasajero habitual en la franciscana ciudad de Quito, tenga en cuenta una norma básica de seguridad: abróchese el cinturón de seguridad. Salva vidas, y evita grandes, grandísimos sustos...sino pregúntenle a cierto macAficionado, que casi deja dos tríos de bloggers sin un integrante, vaya si pasamos todos un grande susto, menos mal no paso de eso y logramos llegar a casa sanos y salvos.


LA MARISCAL

Y su arreglo me llevan a mal...con la 6 de Diciembre y la 10 de Agosto como vías (ya de por sí congestionadas en horas pico) que absorven todo el trafico de tan concurrido barrio de UIO, transitar por esta ciudad es una pesadilla, y ni qué decir de tener que ingresar al mencionado barrio por algo imprescindible, a hacer el mejor cross country urbano que recuerde.

Imagínense lo turro del ciclopaseo este domingo que pasó, ¿como le hacían al chaquiñán los q van en bicis de ruta? Chao aros.

Y lo peor es que cada que paso por ahí, insulto en arameo a todo aquel que está inmiscuído en semejante “arreglo”...y resulta que una amiga anda ahí, haciendo pinitos laborales (pobre niña); lo cual no aplaca mi ira, solo me hace constatar que la descordinación del municipio para efectuar semejante intervención supera cualquier espectativa. Lo único que si pude sacar en claro y me parece rescatable, es que el cableado en esta zona va a quedar subterraneo, con lo que los postes no afearán más el aspecto de este barrio...pero yo nunca me enteré que esa era la causa, o vivo toda desconectada de lo que pasa en UIO o al municipio nunca se le ocurrió avisar a la población a la que se debe de ese pequeñísimo detalle.¿Qué será?


* Por cierto en la pagina del Municipio solo hay una entrada con la noticia del cierre de la av. Río Amazonas que data del 23 del mes en curso, cuando ya el fin de semana anterior había comenzado el cierre y no se pudía utilizar la vía. Y ojalá cumplan con el autoimpuesto plazo de 40 días que se nombra en la noticia.