A las puertas del templo de Santa María Madre de la Iglesia, en la localidad jordana de Marqa, espera un nutrido grupo de familias. Algunas aún no se conocen entre ellas porque acaban de huir casi con lo puesto. Son algunos de los cristianos procedentes de Irak que se han visto obligados a dejar su país debido a la amenaza del Estado Islámico. El millón y medio aproximado de cristianos que habitaban el país enlos noventa se redujo poco más de medio millón tras la invasión de Estados Unidos en 2003 y. con la expansión de este grupo terrorista, la cifra ha vuelto a caer. Quienes llegan a Marqa buscando refugio lo hacen siguiendo el consejo ofrecido por algún compatriota: visitar al padre Carlos Jaar para recibir ayuda y asesoramiento. En la actualidad, unas 680 familias dependen de esta parroquia.