Nocturno

A contraluz te miro (y para que esta frase tenga algún sentido, requiero de ustedes cierta colaboración: imaginen que están en una habitación cuadrada, grande; pueden ayudarse trazando en la pantalla de su mente cuatro líneas representándola; agreguen sobre el lado superior uno de esos rectángulos utilizados por los arquitectos para indicar una abertura; centrado respecto de los extremos, debe ocupar dos tercios del lado; ahora, enfrentada a esta ventana y apoyada en el lado inferior, imaginen lo más a la derecha posible una de esas porciones de pizza usadas para representar a las puertas; la cama está apoyada con la cabecera contra la pared de la izquierda; pueden pensarla como un rectángulo; imagínense en mi posición: estoy tendido en la cama, de espaldas a la puerta y viendo la luz difusa y amarillenta o cobriza brillar en la ventana; ella ha entrado al cuarto; piensa que estoy dormido y por eso se mueve sigilosamente; ha rodeado la cama y se ha parado frente a mí; incluso, mira hacia donde adivina mi cara, según el esquema mental que tiene del lugar, según lo que recuerda de mis costumbres, según lo que la penumbra le permite ver; no nota que yo la miro, acaso mis ojos no brillan; se desviste; silenciosamente, se saca la remera y su pelo largo, arrastrado un momento por la tela, sube y vuelve a caer sobre su espalda; deja la prenda en el suelo, donde dejará también el pantalón, que separa de su cuerpo con un empujón de los pies; en claroscuro se recorta su silueta de mujer; se lleva las manos a la espalda y puedo oir el minúsculo "click" del broche del corpiño; hace con los hombros ese movimiento consistente en volcarlos hacia adelante, ahuecando el pecho, para acompañar o producir el deslizarse de los breteles; no distingo el movimiento de las cintas, pero sé bien que rozan, indiferentes, sus hombros y sus brazos; por un segundo sostiene el corpiño en una mano, al lado del cuerpo; así es su imagen, oscura una mujer contra la ventana iluminada sosteniendo un corpiño; finalmente lo suelta y cae al suelo, junto con el resto de su ropa; si han sido tan amables de imaginar todo esto, les pido un último favor, piensen como en un murmullo: "a contraluz te miro").