y noches largas, con pocas horas de duermevela, e incapacidad de dormir más. Y seguir en una rutina desgastante, aburrida e infinita.
Días horribles, que se alejan sin haberlos disfrutado. Clima bipolar e inestable. Soledades eternas con mil pensamientos dolorosos en la mente.
Incertidumbre y ninguna expectativa.
Menos mal, cuando una flaquea, ahí, como bálsamo, en el momento justo una frase, un gesto, una mano aparece. Y por un instante el mundo se equilibra.
Esos son los amigos.