Pura sangre

Más los escucho, más me gustan. Estos muchachos me sacan el moño. Tienen esa cosa, esa furia desprolija, ese tono muscular, ese nervio, ese componente paramusical que sin embargo es tan sonoro, que me gusta adscribir a cierto jazz de hace unos años, a cierto rock de hace algunos menos.

MM&W me hacen pensar, caprichos de la libre asociación, en aquellos gatos jazzeros que imaginó el mojigato (valga el retruécano) Walt Disney, aquellos que cantaban "todos quieren, todos quieren, todos quieren ser un gato jazz"...



(De paso, un nuevo aporte a la exploración comunitaria del universo del "cover": el tema -o lo que queda de él- es de Hendrix)