Perrito piloto

Soy el perrito piloto de una feria de pueblo y cada vez que viene alguien con posibilidades de ser mi futuro dueño, saco mi escopeta de agua y disparo a bocajarro. Y es que no quiero irme de aquí. Soy el premio gordo de entre todos los peluches que me miran con envidia, y no quiero terminar en lo alto de una estantería de un cuarto infantil llena de polvo, olvidada y teniendo que soportar ver desde allí arriba la rutina de una familia media, cuando puedo seguir aquí sintiéndome objeto de deseo, entre música, algodón de azúcar, luces de colores, como si fuera top model o actriz o el plato fuerte de un menú degustación.

31 de marzo de 2003.