The Edge...

Es difícil mantener los límites.
Estar ahí, pero no involucrarse demasiado como para que mi corazón peligre.
                 Me dicen que soy arriesgada, pero es mentira.
Soy todo lo contrario: Una cobarde. No arriesgo nada.  
Sólo voy, siento, vivo, me divierto... 
pero temo dormirme en sus brazos y luego necesitar estar ahí nuevamente, anhelarlos. 

Ya soy una mujer, tengo la capacidad de sopesar, medir, decidir y aceptar las  
consecuencias de mis actos.
Siempre lo digo, y por estos días me han dicho que lo demuestro, que soy segura de mí misma, incluso me    llaman digna de imitar.
Quizás es cierto, pero no soy tan fuerte... tengo corazón. Siento, quiero más que el simple deseo.
Y sé que el día que quiera quedarme más tiempo sintiendo el latido de su corazón, ahí, entre sus brazos y con la cabeza recostada en su pecho...  
entonces habré perdido.