Documentación sobre el proyecto Lau Haizeta (Cuatro Vientos) que nos han proporcionado Erika y Pedro, nuestros anfitriones en el Valle de Karrantza y orgullosos propietarios de una de las casas de paja.
Experiencias colaborativas en construcción con paja

UNA APUESTA POR UNA EXPERIENCIA DE AUTOGESTIÓN VITAL: CONSTRUIR LA VIVIENDA CON CRITERIOS ECOLÓGICOS.
Un proyecto en proceso en el Valle de Karrantza, en el extremo más occidental de Bizkaia, sin resultados todavía, pero con intenciones y con experiencias vividas.
Creación contemporánea y medio rural

KarraNTZA está en proceso porque realmente se están construyendo físicamente las infraestructuras necesarias sobre el terreno, pero también porque se está construyendo conceptualmente, repensando lo que queremos hacer desde la práctica artística. No queríamos ir a un entorno rural con una idea diseñada y cerrada desde la ciudad, porque creemos que de esta forma lo pensado y lo experimentado pueden convertirse en algo forzoso. Las cinco personas que formamos parte de este proyecto, hemos crecido en un entorno urbano y las experiencias creativas que hemos desarrollado han sido en este contexto. Tenemos la sospecha de que lo que hagamos como creadores en el medio rural va a ser diferente a lo que hacíamos en la ciudad, sobre todo en lo referente a plantear proyectos colaborativos con la comunidad existente o actuaciones en el espacio público. Será el resultado de la experiencia del vivir y compartir con lo local, lo que vaya descubriendo cómo podemos desarrollar procesos creativos en este medio. Escuchando necesidades, se pueden plantear formas útiles que desde las prácticas artísticas puedan ayudar al medio rural y viceversa.
Agroecología.
Tenemos claro que queremos cultivar la tierra para comer y en parte poder vivir de ello dignamente. Entendemos el comer, o la comida o el acto de producir esa comida como un acto político de enorme responsabilidad. Si la comida proviene de un medio donde se explotó a la tierra, a las plantas, a los animales y a las personas que la trabajaron, favorecemos esa explotación. No queremos contribuir en ninguno de estos procesos y además queremos plantear que cambiar estas condiciones, aportando alternativas reales, es posible. Desarrollamos un proyecto agroecológico que se entronca con su entorno, apostando por la producción ecológica y el desarrollo de relaciones de apoyo mutuo con nuestra comunidad. Llevamos el concepto de ecología no sólo al huerto sino que entendemos lo ecológico de una forma global, apostando por una distribución alternativa de los productos (grupos de consumo- confianza o mercados locales).
DIY y autoconstrucción

Recientemente hemos levantado la tercera edificación del proyecto siguiendo criterios bioclimáticos y de autoconstrucción haciendo un llamamiento a la colaboración mediante voluntarios. La casita está destinada a ser un espacio común de las dos casas q contará con horno de leña y panadería, cocina, despensa, etc. Esta edificación ha permitido en un corto espacio de tiempo (2 meses) repetir todas las fases del proceso constructivo desarrollado en las viviendas, desde los cimientos en termoarcilla hasta el revoco en cal, pasando por la construcción de las paredes con balas de paja y el tejado vivo.
Al llamamiento que hicimos, vinieron más de cincuenta colaboradores, entre voluntarios a los que no conocíamos, amigos y familia. En su mayoría, los voluntarios eran arquitectas, ingenieros, y personas interesadas en desarrollar proyectos similares en sus lugares de procedencia. Algunos venían con grandes conocimientos de bioconstrucción, otros nunca habían hecho masa en su vida. Unos utilizaron sus dos semanas de vacaciones para participar en el proyecto, otros no las tenían y venían cada fin de semana. Lo que era común en todos eran las ganas de aprender y compartir. También lo contentos que se iban por lo experimentado y por los lazos generados. Gente que no se conocía, pero que al ponerse a trabajar en un objetivo común creaba sinergias y empatías entre todos. Si no hubiéramos hecho este llamamiento a la participación colectiva, la construcción de esta edificación hubiera sido mucho más lenta, cansada y costosa.
Un agradecimiento sincero a todas las personas que han colaborado ofreciendo su tiempo, sabiduría, sudor y simpatía. Y a las que siguen apoyando esta aventura, haciendo una vez más que la utopía sea realidad.