¿Crees que la Literatura juega un papel importante a la hora de remover conciencias?
Creo que sí, que la Literatura juega un importantísimo papel a la hora de remover conciencias, pero, como diría Pero Grullo, sólo lo consigue con la gente que lee, que, desgraciadamente, escasea como los mirlos blancos.
¿Por qué crees que hay que leer?
Porque la vida es muy corta y es la manera más fácil de aprender, de viajar, de vivir experiencias ajenas que, de otra forma, no podríamos adquirir ni en diez reencarnaciones.
¿Cómo empezaste a leer libros con peso político? ¿Con qué autores te estrenaste? ¿En qué situación te encontrabas?
Más allá del poso que me había dejado lo que había leído de Charles Dickens, yo fui consciente de la existencia de la lucha de clases en el internado, con 14 ó 15 años. En aquellos tiempos, la enseñanza pública estaba controlada por la Falange, y mis padres decidieron que era mejor que me fuese de Bilbao para estudiar el bachillerato con los jesuitas de Logroño. Tengo que explicar aquí que esa orden estaba dividida entonces en dos corrientes ideológicas: una franquista que se movía en torno a la editorial Mensajero, y otra progresista. Yo tuve la inmensa fortuna de caer con jesuitas sinceramente progresistas, próximos a las tesis de la Teología de la Liberación y muy influidos por la situación en el Viet Nam y en América Latina; ellos me recomendaron algunos libros que me ayudaron a comprender. Si tengo que dar títulos, creo que lo más importante que leí fue una traducción hecha por un jesuita del claustro de “El erizo y la zorra”, de Isaiah Berlín, que me ayudó a profundizar en el concepto de libertad y a entender la diferencia entre libertad positiva y libertad negativa, algo fundamental para andar por la vida.
¿Tienes algún primer libro o autor que te conmoviera entonces especialmente?
Sin duda, el ya citado “El erizo y la zorra”, del que, por cierto, hay una reciente edición de Península.
A los jóvenes que comienzan a despertar, ¿qué lecturas les recomendarías? ¿Por dónde empezar?
Como cada cual habla de la feria según le fue en ella, voy a recomendar como primera lectura la autora preferida de mi infancia, Richmal Crompton, y el entrañable personaje de su invención, protagonista de cientos de relatos que leí otras tantas veces: Guillermo Brown, un niño de la pequeña burguesía rural inglesa, que era anarquista sin saberlo. Llegué a tener la colección completa que editó Molino, y aún conservo algunos de aquellos libros.
¿Qué autores y obras te parecen imprescindibles? Autores de referencia.
Vamos por géneros literarios. De teatro, Bertolt Brecht y Alfonso Sastre; de poesía, Miguel Hernández, Gabriel Celaya, Mario Benedetti, Leopoldo María Panero y Roque Dalton; de ensayo, Karl Marx, Jean-Paul Sartre, Michel Foucault y Lenin; y de narrativa, Eduardo Mendoza, José Saramago y Eduardo Galeano. No sé si son imprescindibles, pero sí son mis autores preferidos y todas sus obras me parecen interesantes.
¿Podrías hacerme un breve recorrido por tu estantería de contenido político o filosófico? (Países, temática…)
Con tanta mudanza, mi biblioteca ha encogido, pero aún así debo de tener siete u ocho mil libros, por lo que hay en ella un poco de todo.
¿Qué libros tienes ahora mismo en tu mesilla de noche?
Tengo ahora mismo El catolicismo explicado a las ovejas, de Juan Eslava Galán, que estoy releyendo; espero tener pronto Mi vida perra, de una tal Almudena Montero, que quizá te suene; y siempre, El arte de la guerra, de Sun Tzu.
¿Me recomendarías tres libros?
Además de los citados a lo largo de la entrevista, Vigilar y castigar, de Michel Foucault; Spinoza subversivo, de Toni Negri y las Cartas filosóficas, de Voltaire.
Iñaki Errazkin es escritor, periodista, político y editor. Ha trabajado en numerosos medios de comunicación a lo largo de su carrera, y es colaborador habitual de rebelion.org insurgente.org y Gara. Puedes seguirle en su perfil de Twitter: @Errazkin