sol de invierno


Esta mañana, sentada en un banco en el parque, tomaba un sol de mentira, un sol de invierno que decora pero no calienta. Intentaba vaciar mi cabeza de pensamientos, dejar de existir por un momento, o existir tanto que dejara de ser persona. He cerrado los ojos, deshinchada por el peso de mi cuerpo, y el parque ha desaparecido unos momentos. Hasta que he notado una presión en los muslos. Al abrir los ojos lentamente, he descubierto a una anciana sentada en mis rodillas. Sus zapatos colgaban de mis piernas, su pelo me cosquilleaba la nariz, y su olor y su respiraci√≥n han sido, por unos instantes, eso que le falta a mi vida.