Seminario de Marketing en UTDT: “La revolución de las Redes Sociales”


  • El área de Educación Ejecutiva de la Escuela de Negocios tiene el agrado de invitarlo a participar del seminario: “La revolución de las Redes Sociales”.

  • Fecha: 11 de Agosto a las 19:00
    Lugar:  Campos Alcorta, Sáenz Valiente 1010

Las Redes Sociales suponen un cambio radical en la forma de comunicarnos, relacionarnos y hacer negocios. Surgen a partir de este cambio las siguientes preguntas:
*¿Cómo convive el mundo análogo con el digital?
*¿Cómo debemos adaptarnos a nivel personal y entender la exposición que tiene nuestra marca personal?
*¿Los nuevos negocios y la nueva forma de gestionar nuestra comunicación profesional y en las empresas?
Los expositores darán su opinión y expondrán acerca de estos temas para luego dar lugar a preguntas.
Al finalizar la conferencia se presentará el Programa de Gestión de Redes Sociales, una interesante propuesta que combina la amplia experiencia que posee la UTDT formando líderes en las mejores compañías del país y de la región con una metodología de trabajo práctica y creativa. Este Programa, que se dirige a profesionales de diferentes áreas y emprendedores que buscan entender y perfeccionar sus habilidades de gestión, implementación y supervisión de acciones de marketing en el mundo virtual, inicia el Jueves 6 de Octubre.
Disertantes:


Santiago Zuccherino
Lic. en Administración de Empresas, UBA. Máster en Marketing, UdeSA.


Gaby Menta
Creador de Acroworld 2.0 y de Squoosh. Consultor para Macromedia, Apple. “Mejor Consultor de Latinoamérica” por Adobe Systems y 4° puesto en el Ranking Mundial al “Mejor Orador Hispano Parlante”.


Agostina Verni
Lic. en Recursos Humanos, USAL. Posgrado en Gestión Estratégica de Recursos Humanos, Universidad IDEA.
Duración:1:30 (Debate incluido)






"¿Puedes?"

Vuelvo a usar a Castillo:
"Los hermosos libros, las dos o tres verdades eternas,
las nuevas verdades transitorias que cambian la vida,
el sentido absoluto de la vida misma, se nos revelan
en la adolescencia o no se nos revelan nunca.
Para comprender una verdad tan sencilla no hay más
que recordar qué nos decían los libros
cuando éramos adolescentes."
Esta vez, para hacer más bien un ejercicio prospectivo.

O algo así.

Es decir: que estos días ví con mis chicos esta película no sé cuántas veces, y que yo encontré que esta escena, su diálogo, así desgajada, recortada, iluminada caprichosamente, dice algo, que no es poco, y se lo dice a mi hijo, a mi hija, si quisieran, o pudieran, oírlo, si yo fuera acaso capaz de subrayarlo.

Tras haber usado la comida como señuelo para entrenar a su poco prometedor discípulo, el Maestro presenta la mesa y anuncia: “Come con libertad”. El discípulo desconfía: “¿Así nada más?”. “Juré entrenarte y has sido entrenado. Come con libertad”. Y ni bien el discípulo intenta llevarse un pancito a la boca, el maestro se lo arrebata. “¿Puedo?”, grita enfurecido el discípulo. “¿Puedes?”, contesta el maestro. Y comienza una lucha por la comida. Cuando al final el discípulo vence al maestro y obtiene su pancito, se lo arroja a las manos y dice: “No tengo hambre”.

Y me pregunto qué sedimento quedará, si mis hijos serán, como yo, de fijarse en estas cosas, de retener textos como bloquecitos de Lego, cómo será para ellos recordar qué les decían los libros (las películas, los videos de Youtube, las narrativas de los juegos, la tele...) cuando eran niños o adolescentes, cómo será para ellos todo ese bloque de pasado que definitivamente no es, de ustedes ni mío, nuestro pasado, y que por eso los hace, a nuestros hijos, así, tan diferentes, tan ajenos, tan otros, aunque sean nuestros hijos.



(El texto en inglés, y la distancia entre el texto en inglés y el texto en español -versión, la castellana, que conocí, obviamente, primero-, es digno de ser tomado en cuenta: “You are free to eat”, “Am I?” “Are you?”)
“En oposición a los discursos sustancialistas..., la mirada alerta de Borges descubre textos
completamente marginales y, hasta entonces, invisibles...
Borges no busca un hipotético saber popular (a la manera populista)...
por el contrario, las toma como la vanguardia toma al objet trouvé,
producido por el ojo del artista que descubre un tesoro en la banalidad.”
Beatriz Sarlo. Borges, un escritor en las orillas.

Crueldad II

Sólo veo las luces opacas. Escucho los suspiros de Beatriz a mis espaldas y me voy sin mirar atrás. No quiero ver, no quiero enterarme. Sé que está llorando pero piso firme, aprieto el paso, me voy...

Nat había prendido todas las luces de su casa, que destacaban el blanco de las paredes y el amarillo de los almohadones, dispuestos en el suelo para que nos sentemos en ronda. Beatriz me busca, se me acerca por la izquierda y yo cierro conversación con Quique, a mi derecha. Llega Lu, "Lumía". Unos días antes, habíamos vuelto a encontrarnos, después de mucho tiempo. ¿Un año? Creo que dos. ¡Dos años! ¿Y cómo estás? Bien. Sabés a qué me refiero. Si, bien, estoy en pareja, ¿vos?. Nada... te quiero, todavía. Yo también te quiero, no es ese el punto, Lucas. Supongo que no. Ahora, Nat pone música, algo de Diego Frenkel, y trae las pizzas. Beatriz me saca conversación y yo miro a Lu. Beatriz trata de tomarme del brazo. La miro como para matarla. Qué marcás. No contesta. Lu no me dedica mirada. Se sienta cerca de Nat, le desea feliz cumpleaños y se pone a charlar con el Oso, que tiene locuacidad cervezal. Se ríen. El Oso es inofensivo, pienso, inútilmente. La noche pasa. Decido irme y me despido de todos y de nadie, único beso para la anfitriona, que lo termines lindo, nos hablamos. Chau a todos. Yo también me voy, dice Beatriz, dando casi un salto. No sé cómo llegamos a siete y 57, caminando. No sé de qué pudimos hablar todas esas cuadras ni sé como es que Beatriz está llorando y yo me siento frío de frialdad absoluta. No quiero nada con vos. Pero bien que me cogiste. Pero no quiero nada con vos. ¿Es por Lu? No me jodas, ella está en pareja. Pero es por Lu. Por lo que sea: no quiero nada con vos. Me siento mal, creo que me voy a desmayar. No hagas teatro, es tarde y estoy cansado. Te digo que me siento mal. No vas a hacer que me quede con vos desmayándote. Te digo que me siento mal. Pasan varios taxis y no le paro ninguno. Al contrario, doy media vuelta y, frío de frialdad absoluta, empiezo a caminar. Sólo veo las luces de la avenida, el amarillo lúgubre y tembloroso, opaco, suma de todos los haces insuficientes del alumbrado, los negocios y los autos. Escucho los suspiros de Beatriz a mis espaldas y me voy sin mirar atrás. No quiero ver, no quiero enterarme. Sé que está llorando pero piso firme, aprieto el paso, me voy. No me putea, no grita, nada. Si no escuchara su sollozo pensaría que se ha desmayado en serio, al final. Cuando paso por el frente del ministerio, sólo veo el frío halógeno y ya no escucho a Beatriz. En un rato me voy a perder en la oscuridad de Plaza Rocha, habiendo consumado un acto de cobardía y pensando por qué, pudiendo evitarlo, pude ser tan cruel.

Crueldad I

Recuerda. Una vez, un acto de la escuela primaria. De fin de curso, seguramente. Se hizo un sorteo. Cuando sacaron el último número escuchó que decían la cifra impresa en el ticket que tenía en la mano.

Recuerda. Que pensó: "¡Yo que nunca me saco nada!". Una exageración, seguramente. Pero auténtica expresión del tamaño y la ingenuidad de la alegría que experimentaba mientras avanzaba hacia el escenario, esperando recibir, como los anteriores agraciados, libros, lápices, mochilas.

Lo que no recuerda es si le comunicó a alguien, en voz alta, ese pensamiento. Recuerda, sí, los aplausos, el bullicio, un paréntesis en el tiempo y la sensación del vaivén de sus piernas, la misma sensación que tiene ahora al caminar, confusión de acto y recuerdo. Cuando llegó al escenario, le dieron un paquete similar a una caja de zapatos.

Era, efectivamente, una caja de zapatos: la abrió a la vista de todos y encontró unas viejas sandalias de hombre, marrones, tipo franciscanas, sucias y desvencijadas. Recuerda (o todavía siente) en la cara su gesto de desilusión, de incomprensión, de desamparo. No recuerda si miró al que voceaba los números, buscando una explicación, o si buscó la explicación en el borde del escenario, en las luces o en el enorme cuadro de Quinquela colgado en la pared derecha del salón.

No sabe eso, pero sí que escuchó la risa impiadosa del auditorio abalanzándose sobre él como esos vendavales que el pampero sucio decarga en la playa, esa mezcla imprevista de polvo, arena y papeles robados de manos que no vieron venir la nube negra que la tormenta levanta en el horizonte acercándose velozmente, un fugaz aviso que las almas reblandecidas por el sol de enero no están nunca dispuestas a presentir.

Volvió a su lugar entre sus compañeros, muerto de vergüenza y humillación (quizás por eso no recuerda si le comunicó a alguien aquel pensamiento desmesurado), sin lograr explicarse por qué, por qué, pudiendo evitarlo, alguien puede ser tan cruel.

.::: El AmOr :::.


Hoy 25 de julio de 2011, se concretan mis sueños, esos de ser feliz con una muy linda mujer, que me ama, comprende y me apoya.
Hoy, después de esperar un tiempo, sobre toneladas de concreto, finalmente tendremos nuestro hogar, en el cual estoy seguro que seremos una pareja muy feliz.
En este momento solo me queda darle las Gracias a Alejandra, mi Alecita, por sacarme de esa vida de mierda que llevaba, esa vida oscura y triste, agradecerle también por inspirar mi cambio de actitud frente a la vida, por enseñarme que podía amar, por enseñarme que podía ser feliz y fundamentalmente por entregarme todo su amor y hacerme el hombre mas feliz de la tierra.
Soy 90% feliz, el otro 10% sera cuando partamos definitivamente esta linda aventura juntos y nos mudemos a nuestro hogar.


Esto es una lista

O lo que es decir: me hubiera gustado repetir el chiste aquél de “esto no es una” equis cosa, una lista en este caso, sino que es representación o emblema o signo o metáfora de algo que no está presente en la lista o que la lista prefigura.

Sin embargo, esto es sólo una lista: la lista caprichosa de aquellas canciones que yo conocí a través de un cover antes de escuchar la versión históricamente primera u orginal o canónica.

En algunos casos, incluso, tardé años no sólo en escuchar esa versión primera sino en saber, sencillamente, que lo que estaba escuchando, y disfrutando mucho, no era atribuible al artista que de tal forma me lo presentaba.

En esos casos, la tal versión es tan consistente con la estética del artista versionador que la naturaleza de versión no resulta en absoluto aparente para quien no esté informado. Eso para mí es un rasgo que hace a una gran versión.

Aquí va, entonces, mi lista:

Fricción

Y soy de los que creen que Héroes, de Fricción, es una canción mucho más densa que Heros, de una tal Bowie, menardismo en su más alta expresión.

Chili Peppers

Para decir que uno nunca deja de aprender: nunca había reparado en que esto no era de los RHCP, lo supe hace unos días, acá. ¡Por Dios! ¿cómo hubiera podido adivinar a Stevie Wonder detrás de esto?

U2

Yo estaba todavía muy verde y empezando a escuchar música y, leyendo el plegable interno del cassette de una compañera del colegio, me enteré de que esto era de un tal Bob Dylan.

Steve Ray Vaughan

De esta no estoy seguro: no podría afirmar que escuché a Vaugham antes que a Hendrix, porque llegué a ambos más o menos en el mismo momento de mi vida y siguiendo las mismas trazas; la exacta sucesión es irrelevante: Little Wing es en mi cerebro una suerte de imagen de cine 3D compuesta por esta versión y la de Hendrix.

Infectious Grooves

Tampoco creo que pueda decir de esta canción que la haya escuchado primero por IG. Para cuando ellos sacan su versión, la de Bowie había ya sonado por todas partes (¿no fue parte de un comercial de Pepsi?). Es decir: no pude no oír a Bowie. Pero si diría que recién escuché esta canción por IG.

Cohen

En este caso, no me refiero a la canción sino al poema: el original lo leí mucho después de años de amar esta canción, al descubrir que estaba basada en un poema de Lorca.

Hendrix

Cover de cover de cover. De U2 a Hendrix: me tomé mi tiempo para llegar a Dylan.

Primus

Bueno, no exactamente un cover, pero, cuando escuché YYZ, de Rush, mi pensamiento fue "pero esto empieza como John The Fisherman!!!"

Infectious Grooves

Yo a Zeppelin llego muy tarde y casi por una cuestión de "cultura general", como por cubrir un bache o cumplir una obligación. Para entonces, ya había escuchado esta versión, que está en el mismo disco que la de de Fame.

Divididos

Esta es un caso curioso, viniendo yo de una familia donde se escuchaba y tocaba mucho folklore. Pero jamás había escuchado la zamba hasta que Mollo llevó mi atención a ella.

UPDATE y reparación: Frank Zappa

Tarde supe que esto era de los Allman Brothers, banda que no he escuchado. Este tema será siempre el bluesazo de cierre de uno de los discos de Zappa que más me gusta.


Bueno, eso. Subjetividades, que les dicen.