6 semanas de estructura de superadobe.



Nuestro cubillo de superadobe, ya tiene presencia. La cúpula, aun inacabada ya se deja ver como tal, habiendo superado la altura de las ventanas superiores. Según los cálculos con 6 hiladas más quedará coronado y orgullosamente presente por el resto de nuestra vida y más allá....

Os dejamos como siempre una galería de fotos de los trabajos realizados durante esta sexta semana de bioconstrucción en "Pájaros en la cabeza". Gracias a todos los que esta semana habéis dejado vuestro esfuerzo y vuestras risas: Sali, Mikele, Miguel, Azahara, Sol, Antonio, Juan y Gloria. 

Gracias también a los que habéis ido de visita, vuestros ojos ilusionados nos hacen más fuertes en nuestro empeño de seguir adelante.




Aza cribando tierra. 
La tierra que estamos usando para el mortero, es tierra conseguida de las obras de una rotonda en Ciudad Real, al no ser comprada, necesita pasar por un proceso de criba que quite las piedras demasiado gordas. Para esta tarea hemos hecho una criba caseta con el marco de un somier y malla de gallinero.



La prima Sol poniendo el alambre de espino.
En la foto se ven los moldes hechos con madera de palets para dejar los huecos de las ventanas de segunda planta. También se deja ver el segundo tramo de andamio interior puesto sobre las vigas. 










Colocando saco de anclaje para el marco de la ventana. Como en altura, la estructura de la cúpula tiene mucha curvatura, hemos decidido poner sacos paralelos al molde que lo anclen bien a la construcción. En la foto salgo poniendo el primero de estos sacos de anclaje.






Miguel cortando los dinteles de las ventanas de arriba.
Podemos ver los sacos de anclaje que rodean las ventanas superiores y como la cúpula se va formando.















Sali saludando desde lo alto después de quitar el molde de la ventana superior, sobre el que pasará el dintel.







Visita de los alumnos de diseño de interiores de la escuela de artes. Gloria, nuestra voluntaria, alumna de la escuela y promotora de la idea, entre ellos.

Mientras en el domo se van preparando los andamios interiores que nos facilitan el trabajo, vamos dándole duro a los muros de superadobe que anclarán las portadas de entrada a la parcela.








 Vista desde dentro del domo de los tres tramos de andamio interior que nos facilitan el trabajo.





 Juan cerrando el último churro de la semana, a tan solo 6 de cerrar la cúpula. Como se puede observar, cada vez las hiladas vuelan más hacia el interior.












Últimos momentos de trabajo del viernes.
Cúpula a falta de 6 churros de superadobe para cerrar. Dos hiladas más arriba que los dinteles de las ventanas superiores. 

Testimonio de una víctima de la dispersión


Todo empezó hace 12 años. Mi hermano fue detenido, torturado salvajemente y encarcelado. Desde entonces ha estado en Soto, Aranjuez, Valdemoro, Murcia y Granada, donde se encuentra actualmente. aproximadamente a 800 km de EH.

Los viajes siempre los haces con mucha ilusión, desde el día antes ya estás pensando en ello, en preparar todo y piensas en el tiempo que hará, sobre todo en invierno. Normalmente siempre salimos un día antes, ya que el día anterior todo son nervios, casi no duermes, y son muchos kilómetros y cualquier contratiempo puede hacer que pierdas el bis. Último repaso y comenzamos el viaje, en el que casi nunca falta su hijo de 9 años. Suele durar unas 8 horas. Al pasar Madrid siempre nos acordamos de que nos quejábamos cuando estaba allí, y ahora al pasar por allí todavía nos queda la mitad de camino.

Al día siguiente, cuando llegas a la cárcel estás cardíaco. Y empiezas a pensar: "¿habrá problemas con el paquete?, ¿habrá cacheos?, ¿qué carceleros estarán?... Esos minutos se hacen eternos, todo lo contrario que cuando por fin estamos junto a él. Primeros abrazos, besos y sonrisas. Durante el bis no hay silencios. Todos quieren hablar, contar... y el tiempo se pasa volando. Para cuando te das cuenta ya está el carcelero llamando a la puerta... Llegó la jodida despedida, últimos abrazos y besos hasta la siguiente. Siempre las despedidas son sonrisas y ánimos, hasta que das la vuelta y empieza a desaparecer, otra vez de vuelta a la realidad... En la ida todo son risas, alegría, ilusión, nervios... En la vuelta sin embargo hay más silencio, ojos brillantes. Sientes cómo cada vez te alejas más de él.

Una de las cosas que más difícil se me hace en los viajes es cuando miro por el espejo retrovisor y veo a su hijo de 9 años, porque no entiendo por qué él tiene que sufrir esta situación. Y, sin duda, una de las cosas que más me dolió y jamás perdonaré, es que, el aita, debido a una enfermedad y la distancia, no pudo ver a su hijo en los últimos 4 años de su vida.

Nosotros por suerte no hemos tenido ningún problema grave en estos 12 años en la carretera. Pero sí hemos visto, y durante todos estos 12 años, que, como no pueden acabar con nuestros familiares, la actitud hacia nosotros por parte de IIPP se ha ido agravando y endureciendo. Un ejemplo claro fue la época en la que los familiares teníamos que ser cacheados para entrar a los bises, situación que me llevó a estar más de 10 meses sin entrar a un bis por negarme a someterme a esa denigrante práctica.

A mí personalmente no me da miedo mirar al pasado. Pero sí al futuro, pensando que todavía le queda más de la mitad de la condena por cumplir, muchos kilómetros que recorrer y cada vez más trabas. Porque al final, el objetivo de la dispersión no es otro que romper la dignidad y el compromiso de nuestros familiares con nuestro sufrimiento. Y el Estado español va a seguir por esa vía.

Pero tanto ellos como nosotros, no nos rendiremos. Mientras ellos sigan fuertes, nosotros seguiremos fuertes. No lo han conseguido hasta ahora y no lo conseguirán. Nosotros estaremos con ellos hasta el final.

                         Fdo: Una persona condenada sin haber cometido ningún delito.

Aquí tienes otro testimonio. Y aquí van dos. 


Un mes de bioconstrucción en "Pájaros en la Cabeza"




Un mes da para embutir en 700 metros de saco alrededor de 80 metros cúbicos de mortero de cal, generando una construcción de unos 4 metros de altura, pero alrededor de eso, un mes en si mismo también es un saco enorme en el que caben muchas sensaciones preciosas.



En un mes comienza a coger forma la gran familia de "los hermanos de barro"; caben en ella más de 30 personas aportando sus ganas de aprender, su trabajo, sus risas. sus ganas y su forma de ver el mundo. Quedará grabado en nuestra memoria el placer de conocerlos y compartir este brillante comienzo con todos ellos.

30 días de construcción entre hermanos dan para llenarse de energía positiva y de ánimo, para cargar las pilas y seguir adelante a toda máquina.

En un mes da tiempo a relajar todos los músculos que hemos tenido contraídos durante meses pensando si sería posible....

Sabemos en un mes que el ruido ha sido derrotado por las nueces, que da igual si los pájaros en mano murieron de asfixia porque los ciento volando están entrando por la puerta grande.

Ha hecho falta un mes para que la morera centenaria, reina solitaria de la parcela durante mucho tiempo, haya podido recordar lo bien que sentaba dar sombra a las conversaciones (unas comprometidas, otras ácidas y muchas absurdas).

Este mes nos ha dejado ver verano y otoño en uno, trajo a nuestros ojos atardeceres maravillosos, días luminosos, amaneceres de aventura en coche, noches estrelladas a la luz de las velas. Cenas de invención de nuevos sabores. Canciones flamencas y sonidos que te conectan con la naturaleza.

Un mes da para patear y darle juego a una tierra aburrida de que solo una vez al año le rascase la espalda un frío y maloliente tractor.

Da tiempo en un mes a descubrirte dolorida de agujetas en sitios donde nunca imaginaste tener un músculo, a tonificar el cuerpo (y con él la mente), a sentirse más vivo, más ágil y más poderoso.


Ha habido tiempo para tontear y para cabrearse, para tragar polvo y bañarse en la alberca. Tiempo de comerse la cabeza para solucionar problemas y para relajarse silbando. Tiempo de abrazarse, de escuchar, de comprender y de alentar.


Ha cabido también en este mes celebrar nuestro primer aniversario de casadas, cumplir 34 años y ser consciente de todos los cambios que caben en un año.

Da tiempo a adoptar "primos", a dejarte ver en su espejo y llorar de emoción.


Da para salirte y mirarlo todo con ojos de extraño para encontrarte de frente con la orquesta y la música que tu diriges.

Este mes, en buena compañía, hemos dormido, cagado, nos hemos emborrachado, meado, sudado, comido, almorzado, cenado, soñado, reído, cantado, gozado, imaginado, emocionado.

En un mes hay tiempo de sobra para darse cuenta de que tus sueños se van materializando.

Gracias a todos los HERMANOS DE BARRO por haber llenado de vida nuestros "Pájaros en la cabeza".