Hace mucho tiempo había una mujer que era muy muy muy veloz llamada Atalanta.
Cuando era chiquitita le gustaba mucho correr por las calles. Cuando era ya mayor, era muy guapa y atrajo a muchos hombres.
A ella no le gustaba ninguno y se cansaba de que estuvieran siempre encima de ella. Un día decidió hacer una carrera con cada hombre que quisiera casarse con ella y quien ganara se casaría con ella y quien perdiera sería castigado.
Un día, vino un hombre llamado Hipómenes que estaba dispuesto a ganar a Atalanta. Cuando empezó la carrera, Hipómenes tiró una manzana de oro al suelo y Atalanta tan convencida de que iva a ganar se paró a recogerla y al poco tiempo ya estaba al lado de Hipómenes.
Poco después, Hipómenes tiró otra manzana y Atalanta volvió a recogerla muy segura de ella misma.
Cuando ya quedaba poco tiempo para acabar la carrera, Hipómenes tiró otra manzana y Atalanta dudo un poco pero luego la cojió y cuando quiso darse cuenta, Hipómenes ya había ganado la carrera.
Al final se casaron y Afrodita (la diosa del amor) veló por ellos.