Por si había alguna duda de cómo estaba su pie izquierdo (fascia plantar), el mismo que le obligó a retirarse en Brisbane hace solo dos semanas y el mismo que le impidió rodarse en Sidney; por si había alguna duda de cómo afrontaría su reentré en los grandes escenarios, y más en una plaza tan complicada como Melbourne; y por si había alguna duda de cómo arrancaría el curso Garbiñe Muguruza, el primero en el que defiende su nuevo estatus como una de las grandes referencias del circuito de la WTA, todas ellas quedaron disipadas: 6-0 y 6-4 a la estonia Anett Kontaveit. No hay dudas.