Palabras con sexo

PRECAUCIÓN: escrito a la madrugada bajos efectos del síndrome de abstinencia nicotínico.

Tengo leído un libro titulado "Las palabras tienen sexo", un pdf de 193 páginas que expone el machismo cultural en el lenguaje. Aclaro, no se trata simplemente del machismo en el sentido bruto o grosero del término sino en la concepción de una organización social dominada por lo masculino y reflejada en la construcción de nuestro idioma.

Antes de continuar pongo una reserva destinada a prevenir que lo que escribo es simplemente alguna opinión y preguntas que surgen de observaciones comunes, porque no soy lingüista y tengo, además, el triste antecedente de haber cosechado dos unos en las clases de Castellano en la secundaria.

La construcción social en el mundo marca una diferencia de género que se expresa de muy variadas formas, desde la violencia y trata de personas hasta la discriminación salarial para iguales puestos de trabajo, pasando por considerar al hombre como el natural "jefe de familia".

La idea que el libro plantea es la...¿modificación, reforma?... de la manera en que construímos y usamos el idioma (no lo tengo muy en claro, ya dije que no soy lingüista), para adaptarlo a las corrientes sociales actuales que tienden a la mayor igualdad.

Observo que, en los hechos, se va imponiendo como progresista la costumbre de dividir las referencias, muy notable en los discursos de nuestra Presidenta que se dirige a "los ciudadanos" y a "las ciudadanas", a "todos" y a "todas", a "vecinos" y a "vecinas". También en los colegios con "alumnos" y "alumnas", en los actos justicialistas con "compañeros" y "compañeras", en los radicales con "correligionarios" y correligionarias". Viene zafando la izquierda porque "camarada" se acomoda bien a cualquier género.

Si todo esto es cierto en el lenguaje oral, en el escrito no lo es menos con el agregado de que, por comodidad o ahorro de tipeo, se suele emplear la mítica "@" para denotar la doble referencia de género y así, en lugar de escribir "todos y todas" simplemente se escribe "tod@s", aunque no estoy enterado de la viabilidad fonética de esta variante que, en realidad, no la veo preocupante porque ya nos acostumbramos a los sms (que nadie lee tal como están escritos). Quizá la acción combinada de tecnología y avances sociales nos lleven a un idioma castellano de grafía y fonéticas muy distintas. Después de todo, con algo así a los ingleses y norteamericanos, alemanes, franceses y chinos parece que les va bastante bien, y también le fué bien a los pueblos antiguos, griegos y romanos incluidos.

Lo que veo problemático y preocupante son algunos bucles infinitos de discusión a que puede conducir el asunto porque, después de todo, el hombre es masculino pero la masculinidad es femenina, y como toda costumbre que se va imponiendo y ganando espacios deviene en tradición generando nuevos criterios de calificación, y todos aquellos que no adhieran por simple cuestión de gusto, de convicción o practicidad, correrán el riesgo de ser tildados de trogloditas o machistas extremos.

Además, no puedo dejar de considerar que el de género no es el único problema grave de la humanidad, también está el abuso y explotación de "niñ@s" y el maltrato a la vejez, y las diferencias en la distribución de riqueza e ingreso, etc. Si se pretendiera incorporar todo esto al uso común del lenguaje para favorecer la amortiguación, toma de conciencia, desaparición, etc., de tales problemas, se daría como consecuencia práctica que el más mínimo discurso sería más largo que el más largo discurso de Fidel Castro.

Todo esto recién empieza y no está dicho el último vocablo.