Cimentación



El día  2 de septiembre empezamos a darle forma a nuestra casa de aperos-cubillo de superadobe.

El lunes con todo preparado para el primer paso: Cimentación. Nuestra construcción está asentada en una zapata de hormigón y piedra de 60 x 60.



Al principio nos planteamos hacer esta cimentación de una forma más "eco" colocando la piedra del terreno y rellenándola de mortero de cal bastante líquido aplicado por capas o tongadas para que penetrase bien entre las piedras.
Cerca de nuestra parcela teníamos un majano de piedra, donde se iba acumulando la piedra resultante del arado en la tierra agrícola. Nuestro vecino Carlos se ofreció amablemente a darnos esa piedra y a transportarla con su tractor pala desde el majano hasta la zona de la construcción, para que estuviese disponible para nosotras en el momento de cimentar.


Por seguridad, puesto que el hormigón fragua más rápidamente que la cal, por ahorrar esfuerzos y tiempo, al final desechamos la cal como material aglomerante para el cimiento y pedimos unos metros cubicos de hormigón líquido que echamos a la zanja dejándola rellena aproximadamente a la mitad de su capacidad. A este hormigón añadimos las piedras que teníamos preparadas, integrándolas entre el hormigón hasta rellenar completamente la zanja, abaratando así el precio del cimiento y haciéndolo un poco más cercano a los criterios naturales de construcción.

Al final de la mañana, con el hormigón un poco endurecido, metimos barritas de hierro de 50 cm para asir el cimiento a la primera hilada de saco. El hierro al entrar en contacto con la cal puede generar una reacción química que acabe pudriéndolo, para evitar esto, pintamos las barritas con minio.

Este tipo de cimentación se llama Ciclopea y era la que utilizaban los romanos en sus construcciones.