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Mestizajes

La verdad es que yo no tengo idea cómo vienen las migraciones, las invasiones, los mestizajes y las influencias, las mutuas contaminaciones. Apenas si tengo la idea de que el pensamiento de Buda llegó de alguna manera desde la India hasta Japón, abarcando todo lo que hay en medio y alrededor, y que eso construye una entidad identificable, un cierto nivel de agregación posible para todo ese mundo que llamamos, por comodidad y etnocentrismo, “el Lejano Oriente”. No sé, aunque esté informado, cuál es el peso del componente árabe y musulmán que vino después. No tengo idea, aunque sospeche, cómo ha sido la mutua influencia entre el colonizador británico y el colonizado asiático.

Lo que quiero decir es que no sé qué relación existe entre la música tradicional tamil, la del sur de la India, música que se supone que revitaliza o inspira el trabajo de esta chica Susheela Raman, y el gamelan de Indonesia, del cual King Crimson toma, dicen por ahí (o por ahí), algunas ideas sobre patrones polirrítmicos hipnóticos y reiterativos y sobre la creación colectiva.

Como sea que sean esos recorridos y esas historias, aquí, en el lejano sur, no puedo evitar escuchar a King Crimson en esta canción de Susheela Raman.



Digamos, Raman es un músico (que me disculpen las fundamentalistas del género, pero decir “una música” me resulta cacofónico y confuso), decía, Raman es un músico de raíces indias que ha vivido y estudiado música en Inglaterra. No puedo imaginar que no haya escuchado a King Crimson.

Habrán llegado a su oídos por vías distintas y con pesos específicos diferentes la música tamil y la de King Crimson. Y habrán resonado.



Entonces me pregunto, y no es que me interese especialmente la respuesta, cómo son estos círculos que se cierran, o que en realidad nunca llegan a cerrarse, sugiriendo el punto de fuga de una espiral, estos caminos donde la influencia mestiza a la influencia.

Touché

...ahora entiendo por qué no querés trazar el paralelismo. Claro, no había leído la entrevista (y mucho menos el cuento) y no tenía idea de que Cohen venía de plantarse en disidencia con Cortázar, en un punto tan sustancial.

Y yo llevo ahí ese fragmento de Cortázar de puro simple, fijate.

Me gusta lo que dice Cohen (es curioso a veces como uno suspende el principio de no contradicción: también me sigue gustando lo que decía Cortázar). Y también sigo sintiendo que el fragmento de Cortázar que decora la contratapa del libro de Castillo no está en contradicción con lo que plantea Cohen respecto de la "sensación verdadera". La contradicción es, en todo caso, con aquél otro célebre pasaje.

Y aún así creo que Cohen no contradice, sino que expande, refina, matiza, aunque adopte el recurso retórico de plantarse en disidencia (si no estoy reduciendo la cosa, Cohen opone lo "técnico" a lo "sensual"; ¿acaso Corázar pensaría que lo que llevaba a un boxeador hacia el knock out era la mera y sola excelencia técnica? ¿no era acaso un admirador de lo que había de "danza" en ese lance?).

O será que se me antoja saltar de Cortázar a Cohen en continuidad y no en intervalo.

Como sea: dos puntos para Cohen, mi estimada.

De la social construcción y circulación del sentido

Sumario de navegación (o un retromapa de la circulación del sentido):

Vero puso un post. Varios le dejamos comentarios. Inspirado por el post de Vero, Puck puso otro post y nos propone una deriva a otro suyo más viejo. Por si fuera poco, resulta que hace un tiempo, Vero había puesto este otro post sobre el mismo tema, que tenía algo que ver con este que, por mi parte, había puesto yo. Con diferentes grados de separación en la mutua referencia y en el tiempo, están relacionados.

Ergo:

Yo iba a dejar lo que sigue como un comentario más al post de Vero, pero sentí que abusaba de la amabilidad de la anfitriona cuando ví la extensión de lo que había escrito (y que presupone todo lo dicho allí):

Yo sigo preguntón: ¿no será que lo interesante, lo estimulante, es el intersticio entre lo que uno cree pensar y el desafío que le plantea la posición adversa? ¿No será que la riqueza de la frase clave de Baterbly es que habilita las acrobacias de Borges y las de Deleuze (a propósito: convengamos que Deleuze no habrá traducido nunca "preferiría no" -¿cómo lo habrá dicho en francés?)? ¿No será descubrir las trazas de la corrección del borrador (ya sabemos: otra cosa corresponde a la "religión o al cansancio") lo que seduce?

¿Y puede estar en juego otra cosa que seducción en una teoría (y pienso en Baudrillard, como lo más obvio, pero en Rorty también)? ¿Está mal dejarse seducir por lo que nos seduce? En el post antiguo que menciono arriba, Vero traía a cuento la idea de la Sontag (releo el post y refresco ahora que era la Sontag) sobre una "erótica del arte".

Será necedad de enamorado, pero me niego a aceptar que haya en un texto algo inmanente que lo justifique de una vez y para siempre: es la idea base que prende todas las hogueras.

A todo lo cual no cabe sino la reacción de Vero: "A la marosca!"

All that Jazz...

Dígase: cuando ando con ganas de descubrir música, uno de los lugares adonde voy a revolver es entre los posts de Julieta, en Vacío. Esta vez, me encuentro con este franchute que le da al pianito parece que desde que era así de chiquitito, meta jazz y música clásica, y, en la posición 5 de la lista de temas, noto una canción de título Black Dog. Me pregunto: "¿será?", y cuando le llega el turno ahí está, inconfundible, poderoso, a mero piano, ese riff, lo parió qué riff.

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Y un tratamiento armónico que descubre lo que de rotoso y cabrón tiene la guitarra de Page, lo cascado de la voz de Plant. Después viene el clásico delirio jazzero sobre una que sepamos todos. Pero ahí está ese esfuerzo...

Se me antoja fijarme en que ese tratamiento armonizado de la melodía, donde suenan varias voces, descubre algo que es de naturaleza yo diría tímbrica en la versión a una sola voz de Plant. Algo que Plant logra con una única fuente de sonido, con un instrumento monofónico, este tipo busca capturarlo con un instrumento polifónico de caracteres tímbricos completamente distintos.

Un esfuerzo, un experimento. Y pienso que en la idea musical de "versión" hay algo que me gusta y es que ante estos esfuerzos puede suspenderse toda pretensión de exégesis. En otro ámbitos, la tentación exegética suele parecerme mayor, suele ser más insoslayable la sospecha de que quien aborda de nuevo un tema tratado por otro, lo hace con la pretensión, explícita o no, de dar con el "verdadero" sentido, de dar con lo que tal o cual verdaderamente quiso decir.

En la música, especialmente en el jazz (y trato de retomar algún aspecto de lo que no acerté a tratar en este post), no hay lugar para preguntarse por la versión "verdadera". Podemos hablar de la que nos gusta más o de la que no nos gusta para nada, de la más conocida, de la fundante de tal o cual cosa, de la que marca un hito, incluso de la "original" o cronológicamente primera, pero preguntarse por la "verdadera" carece de sentido.

Cuando escucho a un músico versionar, me gusta pensar que se propone algo así como exponernos lo que él escucha en aquellos otros sonidos. Este franchute escuchó Zeppelin de chiquito y un día, cuando se sentó a un piano, dijo: "yo, a Zep, lo escucho así" (y escribo esto y me acuerdo de este post de Vero).

Nunca faltarán fundamentalistas y metafísicos que dirán que lo que ese tipo hace es un sacrilegio, que la Palabra ya fue pronunciada por Led Zeppelin y que cualquier otra cosa merece el fuego: "si esos libros hablan de Alá, repiten el Corán, por lo tanto, nada se pierde si los quemo; si no hablan de Alá, son heréticos y nada se pierde si los quemo", dicen que argumentó el sheik o califa o no me acuerdo qué que mandó quemar la biblioteca de Alejandría.

La Palabra o las palabras.

P2P

Un amigo me pasa un link a un video you tube de Dennis Chambers y acota una cita extraída de la película 24 hour people, algo como que el jazz es una música donde los músicos disfrutan más que el público. Implícito: es una música que está hecha más para ser tocada que para ser escuchada.

Mi asociación: una idea que leí por ahí, en algún blog amigo, la de que la poesía debe mas bien escribirse que leerse.

Algo en común. El jazz, dicen algunos, es más un lenguaje que un género. Algo en común: ¿cómo se imagina el mundo un jazzero, cómo se lo imagina un poeta? Un mundo de pares, un mundo donde todos son jazzeros, un mundo donde todos son poetas: mas bien tocar, mas bien escribir.

Derecho a, y responsabilidad de, una vuelta de solo para cada quien: "he ahí el lenguaje, Sr o Sra, a ver qué hace usted con eso".

No me hago el misterioso: pienso en los blogs, también...