Lucas Pizarro y las unidades de significación

Fue cuando ella le prestó un disco.

"Am I not your girl?", preguntaba Sinéad O'Connor desde la carátula en blanco y negro, sentada mirando para otro lado y dibujando con sus manos una inequívoca vulva. Lucas vió algo más que la vulva y que Sinéad y que un montón de canciones más o menos feas. Pensó una respuesta para esa pregunta. Cuando le devolvió el disco, le llevó "I'm your man", ese álbum en cuya foto de portada Leonard Cohen está con una banana en la mano. Dos joyas de sutileza, una junto a la otra. Al verlas, ella se rió.

-¿Black coffee? -dijo él, refiriéndose a una canción del disco de Sinéad.

-First, let's take Manhattan- contestó ella, retrucando con una de Cohen.

-¿Preferís el whiskey o el bourbon?

En ese diálogo incongruente se hallaron cómplices. Tomaron café, cenaron con vino, tomaron unos Manhattan. Habrá estado bien. Esa noche echaron su primer polvo, mientras las baladas de Bill Frissel y Elvis Costello se repetían interminablemente en el reproductor.

Inteligencia, espíritu crítico y aguda observación de la realidad, las armas del blogger de fuste

¡Qué manera de llover, carajo!

(PS: para más INRI, está saliendo ahora el sol)

La creación según San Francisco

Érase una vez, hace muchísimo tiempo, cuando el Universo no consistía en nada más elaborado que un servidor tratando de convencer a todos y cada uno de los miembros de este maravilloso público de que era entonces nada más, pero nada menos, que un enorme sillón marrón suspendido en el medio del vacío enorme, que un rayo de luz bajó de las alturas, se manifestó el buen Señor, miró el sillón y dijo: "¡A la pelota, qué lindo sillón! Con un par de margaritas y la compañía adecuada, podría ser un éxito comercial."

"Pero lo realmente necesario", dijo el gran Dios, "es un piso donde apoyarlo". Para realizar su proyecto arquitectónico, el buen señor convocó al Celestial Cuerpo de Ingenieros y cantó una bonita canción en alemán, el idioma que usa cuando debe tratar asuntos importantes: "Gib zu mir etwas Fussbodenbelag / Unter diesen fetten fliessenden Sofa", que como todos sabemos significa: "Hágase el piso debajo de este enorme sillón flotante". Entonces, incontables tablas de roble cubrieron el vacío hasta donde la vista alcanza, extendiéndose de un extremo al otro del mundo.

El Señor dejó a un lado su enorme cigarro, se sentó en el encantador sillón y procedió a revelar el grueso de su mensaje tocando con un pequeño clarinete eléctrico una canción que decía más o menos así...

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Postulo que esto y esto no constituyen momo, puesto que, si bien no se convocan ni se sospechan ni se intertextan ni se refieren, el lector avieso, tercero en discordia, condenado a suponer lo que no hay donde no está, puede tender entre ellos un enlace (que no un link) tenue y caprichoso. Como cualquier enlace...

III

...entonces la corrí, la alcancé y la detuve. Le dije "mentira: vine a verte, vine a buscarte porque no te dije toda la verdad, porque te mentí estúpidamente, porque soy un loco idiota enamorado de tu fantasma y los fantasmas aúllan toda la vida si uno no los acalla, porque sí, porque no quiero quedarme viendo cómo te alejás de mí, porque quiero tenerte aunque sea una vez, una noche; vine a buscarte".

Me pareció que el fantasma iba a decirme algo. Le cerré la boca (esa boca que pretendía usar para manifestarse) de un beso.

Así en la Tierra como en Trafalmador...

"...each clump of symbols is a brief, urgent message -describing a situation, a scene. We Trafalmadorians read them all at once, not one after the other. There isn't any particular relationship between all the messages, except that the author has chosen them carefully, so that, when seen all at once, they produce an image of life that is beautiful and surprising and deep. There is no beginning, no middle, no end, no suspense, no moral, no causes, no effects. What we love in our books are the depths of many marvelous moments seen all at one time."

Kurt Vonnegut, Slaughterhouse 5.

Entonces, la blogósfera como un libro trafalmadoriano. Entonces, Vonnegut parafraseado:

¿No es cada manojo de símbolos un mensaje breve y urgente que describe una situación, una escena? ¿No los leemos todos a la vez (o desordenadamente) y no uno a continuación del otro? ¿No encontramos acaso que no hay ninguna relación particular entre ellos, salvo el hecho de que sus autores los escogieron cuidadosamente, de modo tal que, en conjunto, producen un retrato de la vida vida bello, sorprendente y profundo?

¿Hay introducción, hay nudo, hay desenlace? ¿Hay suspenso, moral, causas o efectos?

Lo que nos gusta de nuestros blogs es la profundidad de muchos momentos maravillosos vistos a la vez...