Chiquitina
Es domingo. Como suele hacer, mi chiquitina se despertó temprano, la primera. Curiosamente, me pidió de bañarse. Así, mientras ella se baña y sus hermanos duermen, yo me preparo un mate y me siento a desayunar. La escucho cantar. A mi chiquitina le encanta cantar. Entonces me asalta una fantasía, una especie rara de melancolía prospectiva. Me imagino viejo, terminantemente viejo, pongamos setenta y tantos años, vaya a saber si recibiendo a mi chiquitina, para entonces una mujer madura, en una casa mía o estando yo de visita en su casa, sentado en una silla, en la cocina, tomando mate, y, mientras ella hace los que sean entonces sus quehaceres, se pone a cantar y al escucharla cantar yo recordaré estas mañanas de domingo en que mi chiquitina cantaba bajo la ducha, jugando, y yo tomaba mate o me sentaba a escribir estos ejercicios de nostalgia prospectiva. Será una tristeza mansa, casi feliz. Eso espero.
Segunda semana de bioconstrucción
Seguimos dándole duro.
Esta semana hemos tenido una plantilla de 9 superadoberos y aunque hemos echado de menos la ayuda inestimable de Toni y de Fran, nuestros Villeneros favoritos, el trabajo ha ido viento en popa.
Dejamos algunas fotillos para que se pueda seguir la evolución de la obra.
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Momento de trabajo con perro fotogénico
Vista desde arriba, pequeños contrafuertes.
Kike y Rober maquinistas, echándole leña a la caldera. ;)
Quitando la primera capa de suelo para añadir solera de piedra.
Pasando el nivel de agua en la solera interior de piedra. 
Rober y Gloria dándole al pisón.
Esther llevando el timón.
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