Suelo de madera reutilizada



Nuestra filosofía de reutilización, y -por qué no decirlo - nuestro bolsillo, nos hace siempre buscar una solución poco convencional.
En el caso del suelo de madera de la habitación hemos optado por darle una segunda vida a la madera de encofrar.

En este post mostramos todo el proceso.




Sali, Miguel y Javi posando con las maderas
de encofrar recién llegadas.

Localizamos por "mil anuncios. com" a Enrique, un señor de Daimiel (a 30 km de Ciudad Real) que se dedica a comprar en subasta y a vender a bajos precios, los materiales de las empresas de construcción que últimamente han ido cerrando.
A él le hemos comprado gran parte de las herramientas que hemos utilizado en nuestra obra, entre ellas, las maderas con las que hemos montado el suelo.


Javi y Miguel dándole
 al cepillo




Lo primero: cepillar bien cada tabla, para quitar suciedad y esa primera capa de pintura amarilla resistente al agua que lleva la madera de encofrar.

Después, planteamos el suelo.
Sali y Esther planteando el suelo y las vigas
para diseñar el puzzle


El "gran problema" es que los tableros siempre son cuadrados y nosotras tenemos una superficie redonda. Así que empezamos por poner la madera en el suelo y dibujarle encima el círculo, con 5 centímetros de margen para dejarlos incrustados en la construcción.

Encima de ese círculo marcamos con cuerda, la ubicación de las vigas a las que debía ir anclado. Hemos intentado que cada madera tuviese como mínimo dos vigas en las que apoyar.
La chacha Ana dándole a la lija

Una vez montado el puzzle de madera, asignamos a cada tabla un número, dejándolo todo plasmado en un croquis en papel para que llegado el momento de montar no hubiese problemas.

Desde ahí pasamos a cortarlas para conseguir la forma redonda de la superficie de nuestro suelo.

Poco a poco hemos ido lijando cada tablero hasta dejarlos suavitos y sin astillas. Para ahorrar trabajo, este proceso solamente se ha hecho en la cara de los tableros que será transitable, la parte de abajo, que será a su vez el techo de la cocina, se ha pintado del mismo blanco del que irán pintadas las paredes, para dar más luminosidad a la estancia.

Además le dimos una capita de tratamiento anticarcoma, para asegurarle una larga y sana vida a la madera.

Para tapar los huecos hemos aplicado una masilla de madera hecha por nosotras mismas, con cola blanca y el serrín que hemos ido sacando da las propias tablas.

Esther aplicando masilla casera
Si quieres aprender aquí tienes el enlace

         
Mikele y Laura flipando con las reparaciones
de medida que hay que hacer.
Una vez quitados los andamios del interior del domo, que imposibilitaban la colocación del suelo, hemos hecho una roza que nos ha servido para pasar el cableado para la luz y para incrustar el suelo en la construcción.

Al colocar las tablas en su sitio según el croquis de papel - como era de esperar - hemos tenido que reparar algún error de medida, puesto que la circunferencia del domo, al estar hecho a mano, no es una circunferencia perfecta.


Después de reparar los errores y volver a casar todo el puzzle en el sitio, hemos anclado las maderas a las vigas con tornillos finos.












Hoy mismo hemos empezado a tapar los huecos de las rozas donde va insertada la madera.

¡¡¡¡¡Nuestra habitación ya tiene suelo!!!!

Solo queda tintar y barnizar al gusto para que esté definitivamente acabado...





Retos de reutilización: Como hacer un Infiernillo con una lata de refresco.

Hace unos días conocimos la iniciativa de "El legado del cangrejo ermitaño", un colectivo de Tenerife al que pertenece nuestro amigo y colaborador Pablo Toledo. Desde El Legado proponen un reto ecológico a expandir por facebook:

Fotografíate con algo que hayas hecho con objetos que de otra manera serían basura. Cuelga la foto en facebook  y reta a varios amigos para que hagan lo mismo y reten a más amigos. Así jugando, hasta conseguir una enorme cadena de propuestas de reutilización nuevas.



Como se trata de hacer participar a cuanta más gente mejor, tú mismo puedes comenzar una cadena de retos con tus colegas, así que si te motiva no tienes por qué esperar a que nadie te rete, simplemente cuelga tu fotografía y compromete a hacer lo mismo a otras personas. Quien no cumple el reto debe invitar a su retador a una cena vegetariana hecha con productos locales.




Nos ha encantado la iniciativa, y hemos participado con esto: Un curioso infiernillo de alcohol hecho con una lata de refresco.
En nuestras andanzas furgoneteras no nos gustaba nada llevar el infiernillo de butano por miedo a los escapes. Así que buscando una alternativa para cocinar o calentar agua, encontramos este invento.

¿Cómo se hace?... Pues está tirao.






1. Cortamos la parte de la lata donde lleva el abre-fácil.



2. Cortamos la lata por la mitad, dejando los bordes bien recortaditos a nivel y sin flecos.








 3. Usando nuestros propios dedos como guía, hacemos muescas presionando con una tijera, cuchillo o similar en los bordes de la mitad superior de la lata.
La fotografía de la derecha muestra cómo debe ser el resultado.




4. Encajas las dos partes de la lata, dejando dentro las muescas que le hemos hecho en el paso 3.







Con esto lo tenemos hecho.
Ahora os contamos cómo hacer para que funcione:


Rellenamos de alcohol de quemar hasta la mitad de las muescas.
OJO con el alcohol de quemar que venden en los chinos, es más barato pero no vale para nada, si lo compráis en una droguería de toda la vida todos ganamos.

Prendemos y esperamos a que la llama salga, además de por la apertura central, por los huecos que generan las muescas en la unión de las dos mitades de la lata.

Colocamos encima del infiernillo la olla, que al tapar directamente la apertura del centro, hace que la combustión del alcohol sea más lenta y ahorremos combustible.

Es sorprendente la capacidad de calentar que tiene un cacharro tan precario y pequeño.

Hay que tener preparado algún cacharro, que pueda cubrir el infiernillo por completo para evitar la entrada de oxígeno. Así, cuando acabemos de calentar, retiramos la olla y cubriremos el infiernillo con ello. Sin oxígeno no hay combustión, por tanto se apagará y podremos recoger el alcohol que haya sobrado para usarlo en otra ocasión.


La caseta de Pancha

 
Cuando Pancha llegó a nosotras le preguntamos que quería, y nos dijo: "po´yo quiero una casa pioclimatica como vusotras" (Pancha habla así un poco agitaná) y nada, como estaba recién llegada y queríamos meternosla en el bolsillo de por vida, pues nos pusimos a ello.







La estructura de la casa está hecha con palets, todos ellos traídos en exclusiva de los más selectos contenedores de Ciudad Real para el confort y bienestar de nuestra mastina guardiana.

Esta estructura está colocada sobre una base de drenaje rellena de piedra que evitará las humedades no deseadas. Los perros reumáticos lo pasan mal.

La estructura está rellena del mortero de regularización del domo que había caído al suelo en el momento de la aplicación. Aprovechamos que teníamos que hacer limpieza antes de hacer la solera de cal, y con lo que sacamos del interior generamos las paredes de barro y cal resistentes al frío y al calor.

Para la estructura del techo hemos utilizado un par de tableros de madera de encofrar que estaban bastante feos después de haber servido de andamio durante toda la obra y a ellos les hemos colocado unas barreras que servirán para retener la tierra de la cubierta verde que coronará la casa de Pancha.  De momento no hemos rellenado de tierra la bandeja y la idea es esperar al otoño, para evitar los calores a las plantas de la cubierta, seguramente cactus y siemprevivas adaptados a estas zonas.

Para evitar el sol directo mientras los árboles comienzan a hacer su función sombreadora, hemos generado un alero de caña con forma redondeada, que le da a la casita un rollo to caribeño.

Las fotos de este post estan tomadas hace unos días, hoy la casita está encalada y blanquita aunque Pancha sigue prefiriendo dormir bajo la morera a meterse ahí....¡¡¡Hay que joderse!!!....ya llegará el invierno y nos darás las gracias.


V Encuentro Joven de Ciudad Real

Cada año tiene lugar un día de encuentro en el que la Asociación Diver-gente de Ciudad Real se lo curra para dar a conocer todo lo que se hace en la ciudad desde asociaciones juveniles.

Para nosotras ha sido un lujo participar por segunda vez en esta tarde en la que los proyectos jóvenes tienen la palabra.


El año pasado participamos para promocionar los cursos de superadobe que tendrían lugar en nuestro terreno, entonces mucha fue la gente que se acercó a nosotras, unos por curiosidad, otros por interés y otros por incredulidad pura y dura.
El caso es que ha sido todo un orgullo aparecer en el mismo sitio un año despues con algo más que buenas intenciones y humo. Hoy nuestro proyecto es una realidad y nos ha gustado mucho ver que mucha gente que nosotras no conocemos, nos apoya y nos sigue a través de este blog....

La Salinera, nuestra cocina rocket de barro
Compartíamos espacio con  nuestros amigos y colaboradores de Ecoop y con ellos presentamos una proyección de imagenes del proceso de construcción de nuestro domo.

Además nuestra propuesta era hacer una demostración del funcionamiento de una cocina rocket o cocina cohete, aportando el material didactico suficiente como para que los espectadores interesados pudiesen contruirse una portatil con latas reutilizadas.

Queriendo aportar nuestro granito de arena en la gran novedad de este año, el espacio de trueque agroecológico y teniendo encendida la Salinera (así es como hemos bautizado a nuestra cocina rocket, en honor a las manos de Antonio Salinero, que le dieron forma) decidimos compartir calabacín asado en nuestra cocina con todo el que tuviese a bien acercarse.

Genial el encuentro, genial ver que se nos conoce y reconoce, genial cocinar en medio del parque calabacines de nuestra huerta, con mi flamante mandil regalo de crowfounding de "El Diagonal", que reza NINGÚN SER HUMANO ES ILEGAL y genial poder compartir un año más nuestras ilusiones y proyectos con la gente de Ciudad Real....y que siga así por siempre jamas.

Miedo

Miedo a perder. Miedo a perder un poco más. Miedo a no saber qué hacer. Miedo a saber qué hacer y no poder. O no querer. Y volver a perder. Miedo a recordar solo lo malo. Miedo a caer. Y a recaer. Miedo.

Miedo a olvidarme aún más de mí. Miedo a no saber escapar de mí. Miedo a arruinarme la vida.

Miedo a no saber sujetarme. Miedo a no ser capaz de construirme. Miedo a no ser.

Miedo a los insectos, a no salir adelante, a las calles oscuras, al silencio.

Miedo a enfrentarme al miedo y morirme de miedo.

Miedo al miedo.

Louise Michel, escritora, anarquista y luchadora clave en la Comuna de París

Louise Michel nace el 29 de mayo de 1830 en Vroncourt-la-Côte, en el departamento de Haute-Marne (Francia), y muere el 9 de enero de 1905 en Marsella (Francia). Destacada anarquista revolucionaria francesa, participó en el levantamiento revolucionario de la Comuna de París de 1871, a causa de lo cual fue deportada a Nueva Caledonia. Allí se interesó vivamente por los nativos canacos. Amnistiada, regresó a Francia en 1880, dedicándose a propagar el ideario anarquista por todo el país y por algunos estados europeos, a través de conferencias y escritos que suscitaban gran expectación. Además fue también escritora, poetisa y maestra, y la primera en enarbolar la bandera negra, que bajo su impulso se convertirá en el símbolo del movimiento anarquista.



Revolucionaria francesa, institutriz de profesión, participó en el levantamiento revolucionario de la Comuna de París de 1871, a causa de lo cual fue deportada a Nueva Caledonia. Allí se interesó vivamente por los nativos canacos. Amnistiada, regresó a Francia en 1880, dedicándose a propagar el ideario anarquista por todo el país y por algunas naciones europeas, mediante conferencias y escritos que suscitaban gran expectación.

Era hija natural de Etienne-Charles Demahis, propietario del castillo de Vroncourt, y de una de sus sirvientas, Marianne Michel. Se crió en el propio castillo, considerada por la esposa de Demahis como su propia nieta. Allí recibió una educación volteriana y republicana, aficionándose pronto al piano y a la lectura. Llegó a conocer personalmente a Víctor Hugo, con el que mantendría una gran amistad en lo sucesivo.

En 1845 murió su padre, y en 1850 tuvo que abandonar Vroncourt, expulsada por sus hermanastros, que además le prohibieron expresamente utilizar el apellido Demahis. Marchó a Chaumont para obtener un diploma de institutriz, oficio que comenzó a desempeñar en 1853, en Audeloncourt. Aunque como institutriz comunal no tenía que realizar el juramento a Napoleón III, fue denunciada varias veces por republicana.

En 1856 comenzó a trabajar como maestra en una institución parisina, asistiendo además a cursos de todo tipo organizados por sociedades republicanas. Al mismo tiempo escribía versos y artículos, que enviaba a Víctor Hugo y a periódicos como La Jeune France (La joven Francia), y participaba en reuniones de debate. Aunque no adscrita a corriente ideológica alguna, se relacionó con personas vinculadas al pensamiento revolucionario, sobre todo con Théophile Ferré y su hermana Marie, y otros como Amilcare Cipriani, Henri Rochefort y Jules Vallès.

En 1870, tras la derrota de Napoleón III en Sedán ante los prusianos, y una vez proclamada la Tercera República Francesa el 4 de septiembre, grupos de revolucionarios, entre los que se encontraba Louise Michel, trataron de obtener armas en el Ayuntamiento de París para liberar Estrasburgo de las tropas prusianas; fue la primera vez que Louise Michel ingresó en prisión. Luego presidió el Club de la Justice de Paix de Montmartre, una de las demarcaciones de vigilancia creadas por el Consejo Federal de la Internacional. Obtenidas por fin las armas, se proclamó la Comuna de París en marzo de 1871 y participó en la subsiguiente lucha de barricadas, ocupándose además de una ambulancia y de cuestiones de educación.



Consiguió liberar a su madre, que había sido capturada para ser fusilada como castigo contra Michel. El 16 de diciembre de 1871 compareció en Versalles ante un consejo de guerra que la condenó a deportación perpetua. Tras permanecer más de año y medio en la prisión de Auberive (Marne), fue enviada a Noumea, en Nueva Caledonia (colonia francesa del Océano Pacífico), donde llegó a finales de 1873, tras cuatro meses de viaje. Durante el mismo se había adscrito al anarquismo.

Una vez allí, su pasión científica le llevó a estudiar la exótica vegetación y fauna del lugar; además improvisó una escuela para los hijos de otros deportados. Conoció a un nativo canaco, del que aprendió la lengua y cultura, y visitó varias tribus canacas; llegó a ser muy apreciada por los nativos, a los que enseñó diversos conocimientos. Al contrario que la mayoría de los deportados, Michel se mostró partidaria de la revuelta canaca de 1878, pues la consideró una lucha de liberación; por el mismo motivo también, tuvo también en gran estima a los deportados argelinos.

En julio de 1880 fue amnistiada junto con otros revolucionarios; regresó a Francia, con la idea inicial de volver a crear una escuela para los canacos. El 9 de noviembre entró en París después de casi diez años de ausencia. Se dedicó entonces a pronunciar conferencias en clubes revolucionarios por todo el país, alentando del espíritu de la Comuna, siendo recibida siempre por una importante asistencia de público, y estudió las teorías económicas anarquistas de Piotr Kropotkin.

En 1883, después de tomar parte en una manifestación contra el paro, fue de nuevo detenida y condenada a seis años de prisión por saqueo, aunque fue indultada en enero de 1886. Antes, el 5 de enero de 1885, había fallecido su madre, pero no le fue permitido asistir al entierro. Al poco murió también su amigo, el escritor Víctor Hugo.

Retomó de nuevo su actividad propagandística, volvió cuatro meses a la cárcel a mediados de año, y en enero de 1887 fue ligeramente herida de bala, mientras hablaba en Le Havre (sufrió varios atentados durante su vida). En 1890 participó en una revuelta anarquista en Vienne y fue detenida una vez más; liberada luego, quisieron declararla loca para encerrarla en un internado.

Se refugió en Londres, como habían hecho antes otros revolucionarios, y trató de cerca a muchos de ellos, como Enrico Malatesta y Léon Blum. Dio también conferencias, ahora para el público inglés. Se ocupó también de recoger fondos para los proyectos y obras anarquistas, y de enseñar en una escuela a los hijos de los exiliados. En 1895 regresó a París, requerida su ayuda por Sébastien Faure para la edición del periódico Libertaire (Libertario). Hasta su muerte, publicó artículos y siguió realizando giras por distintas ciudades francesas y algunos estados europeos (Holanda, Bélgica, Suiza y Escocia), luchando para evitar la disgregación del anarquismo que a principios del siglo XX estaba produciéndose.

En marzo de 1904 fue afectada por una neumonía en Toulon, de la que se consiguió recuperar. Sin embargo, a principios del año siguiente, regresando de una gira por Argelia, contrajo una nueva infección en la villa alpina de Oraison y falleció tras ser llevada a Marsella. Su cuerpo fue trasladado a París para ser enterrado en el cementerio de Levallois-Perret junto a su madre y los hermanos Ferré. Millares de personas acompañaron la procesión fúnebre, y otros muchos fueron testigos de su paso; oradores anarquistas alabaron la talla moral de Louise Michel, y durante una decena de años su tumba fue escenario de homenajes en su honor.

Utilizó el pseudónimo de Clémence, y fue también conocida como Vierge Rouge ('Virgen roja') y Bonne Louise ('La buena Louise'); hoy llevan su nombre instituciones educativas y culturales. Escribió varias obras de poesía, teatro, narración y opinión política y numerosos artículos periodísticos; del conjunto de su producción cabe destacar sus Memorias (1886), El nuevo mundo (1888) y La Comuna (1898).

Si te ha interesado este artículo, te recomiendo leer el dedicado a la escritora irlandesa Maeve Brennan.