Soñando nuestra casa

Aunque la Navidad es una época quehaceres familiares y ha supuesto un parón en nuestro eco-viaje, hemos sacado ratitos para echarles migas de pan a nuestros pájaros en la cabeza, hemos seguido dando pasos hacia nuestra futura casa.
Así es como se ve nuestra futura casa desde el aire.



El lugar elegido está situado en el término municipal de Ciudad Real. En este mapa que calculamos será del S.XIX, se puede ver cómo la capital de provincia era poco más que un pueblo rodeado de huertas.
Nuestro terreno estaba lo suficientemente lejos como para no haber sido devorado por la expansión urbanística, y lo suficientemente cerca como para, unos 100 años después, haber quedado accesible a pie o en bicicleta, apenas 2 kilometros lo separan del campus universitario. 


El paraje en el que está situado se llama "Los Palancares", lo que nos transporta un poquito a Cuenca, aunque sea solo un acercamiento lingüístico.
Los nombres, las dimensiones y la ubicación concreta la hemos conocido hablando con nuestros antecesores y a través de este mapa, un tesoro que conserva el encanto de otra época, de un tiempo sin ordenadores, donde se remendaban los bordes con cinta adhesiva, donde las anotaciones se hacían con lápiz y los dobleces terminaban agujereados de tanto plegar y desplegar. 

El paisaje coincide exactamente con nuestra idea mental de paisaje: una linea recta en el horizonte divide el cuadro en dos, arriba un azul inmenso, abajo amarillo trigo. A lo largo de nuestra vida hemos visto muchos otros paisajes, altos, bajos, imponentes, acariciadores, de piedra, de hielo, con cientos de verdes en su interior, con olor a sal... hoy sabemos que aunque todos tienen su encanto, este es especial por muchas cosas, pero sobretodo porque es el nuestro.
Aquí os dejamos una composición fotográfica del lugar que nos verá ir cumpliendo sueños.



All men shit, girl

All men shit, girl...
never forget that.
He is so like the others...
he'll tell you: "You are special..."
he'll even act as if he was telling the truth...
But you, girl, 
you know the reality here:
They all lie to you,
they all shit.
Those are the men...
and he is one of them.

La cualidad nutricia

El relato conecta dos hechos, separados en el tiempo por un par de meses. Un par largo, se diría, para sugerir que, tal vez, "un par" significa algo más que simplemente dos.

Son, los dos hechos, banales.

El más antiguo de los dos corresponde a un día que estaba preparando pasta. Había puesto el agua al fuego y, cuando rompió el hervor, quise abrir el paquete, un paquete de esos fideos cortos con forma de tirabuzón.

Se me rompió el celofán y la pléyade de fideítos se consteló por la cocina. Aquello del universo en constante expansión, supongo. Barrí y junté los fideos que pude, pero algunos habían caído en el hueco entre la cocina y la mesada, de donde, a decir verdad, ni intenté, en ese momento, retirarlos.

Me olvidé de ellos hasta el segundo acontecimiento, que fue por estos días. Una invasión de hormigas. Había dejado la mesada llena de trastos sucios y se vé que la cualidad nutricia de los restos atrajo a unas hormigas chiquitas y negras que yo sé que viven conmigo en esta casa.

La mesada y la propia cocina eran un, como se dice, hervidero de hormigas. Estaban sobre los platos, las fuentes, los vasos, entre las hornallas, abigarradas, móviles,  apretaditas, como los murciélagos de Luca, recortando, troceando, trasegando los restos para ellas tan valiosos.

Me puse a lavar, que no era otro el problema. Lavé los trastos, limpié la mesada y la cocina, pasé lavandina, y las hormigas se fueron retirando, espantadas, a medida que mi tarea avanzaba.

Lo que conectó ambos hechos fue descubrir, al limpiar el espacio entre la cocina y la mesada, intactos, los fideos que se me habían caído aquella vez que se me rompió el paquete.

Es decir, algo un poco inquietante, ver que, en su voracidad, las hormigas habían ignorado un alimento, supuestamente, de origen orgánico.

Rocié el área con veneno para hormigas y me fui a hacer otra cosa.

Muro trombe, sistema de calefacción pasiva

Existen muchos sistemas de bioclimatización que aportan confort a nuestro hogar sin ninguna inversión energética, únicamente hay que saber aprovechar el sol y hacerlo nuestro aliado.
Algunos de los sistemas de los que hablamos tienen muchos años a sus espaldas, por lo que su garantía de éxito está asegurada e impresionan por su simplicidad y eficacia.

Muro trombe abierto para
recibir calor en el hogar
Muro trombe cerrado en
verano para evitar
entrada de calor
 El muro Trombe es un sistema de calefacción solar pasiva, que se construye adosado a la propia construcción, orientado al sur para recibir la mayor radiación solar durante el día. Está formado por una placa transparente montada sobre un muro pintado de negro, dejando entre ambos una cámara de aire. El aire entra frío en esa cámara y sale caliente al interior de la casa. 

Se utiliza cristal o láminas plásticas transparentes y pintura negra con la que pintar el muro interior.
El muro Trombe se ejecuta después de la ejecución de los revoques exteriores de muros y bóvedas.

Su funcionamiento se basa en la diferencia de densidad del aire caliente y el aire frío, que provoca corrientes en una u otra dirección dependiendo de las trampillas que estén abiertas. Estas corrientes de aire caliente o templado calientan o refrescan introduciendo o extrayendo el aire caliente del edificio o las habitaciones donde se instale.

Es un dispositivo que puede perfectamente construir cualquiera con un mínimo de conocimientos de construcción. Aunque dependiendo del acabado y de los materiales usados, concretamente los cristales y aislantes, puede dar un rendimiento más o menos óptimo.

Encontraremos como llevar a cabo un muro trombe paso a paso en el capítulo 5 del siguiente manual de autoconstrucción

Paseo poético-reivindicativo en Daimiel




Asistimos a una convocatoria del colectivo "Salvemos Las Tablas Ya", que está recogiendo firmas para la formalización de un Plan Regulador de Uso y Gestión para el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel. 





El domingo 16 de diciembre, aprovechando que estábamos pasando unos días en Ciudad Real, asistimos a la convocatoria anual de Salvemos las Tablas.

Todos los años el colectivo hace una reunión para pedir al gobierno un plan de regulación del Parque Nacional. 

Este año la cita era “Música y palabras para salvar Las Tablas”, en el molino de Molemocho (Molino museo del Parque Nacional). 

Después de dos conciertos y un poco de chocolate caliente para llevar mejor el frío, se realizó un recorrido poético por la Isla de Pan. Poetas castellanomanchegos, andaluces y catalanes se unieron al grupo leyendo sus escritos y llevando la poesía a un paisaje que reclama un Plan de Gestión, 40 años después de ser declarado Parque Nacional.

Si quieres dejar tu firma en apoyo de la iniciativa, pincha aquí