Tutti frutti I

Desahogo,
¿es que acaso el Paco cree que nuestra memoria es de tan corto alcance? Tener que abancarse el descaro total de los nuevos trabajos en las veredas de la avenida Río Amazonas, es insultar a la memoria a todos los quiteños (de nacimiento o por adopción) que tributamos y esperamos que esos fondos sean destinados para mejorar la ciudad.
No son ni tres meses de la inauguración de la ciclovía permanente entre el parque El Ejido y la Estación Norte del Trole, vía que por cierto me parece un acierto de la administración; pero para eso se hizo una gran intervención en las calles de Quito, sobre todo las aceras, donde se levanto adoquines y cemento para cambiarlo por adoquines de color que delimitaran el área de la ciclovía. Todo lindo y bastante bien llevado a cabo el trabajo (para los estándares quiteños)...en el cual se debe haber invertido un chorro de plata, pero que sea tan descarado y que en menos de tres meses vaya y levante todo ese trabajo que no fue gratis en una vía que no está en condiciones deplorables o que necesitara una intervención tan drástica si se pasa de caradura, ¿o no? Y digo,hay cientos de metros de aceras q solo estan en bordillos, por qué no trabajar en esas aceras, ¿no?


Agradecimiento,
a iPab, porq ayer nos recibió al Ursus y a mí en la macCueva y me ha proporcionado una grande cantidad de músiquilla pa agregar a mi biblioteca musical...y está tan buena la selección y es tan refrescante tener tal cantidad de nuevas cosas pa oir que ando más feliz y con mas ánimos pa seguir trabajando.


Se agradece la buena onda...

Y ahí les dejo apreciados lectores, porq hoy sí ya estrenan Dark Knight aca en el país de la canela y me muero de ganas por ir a ver...así que, ahí nos vemos...

Pálida sombra

"I was the shadow of the waxwing slain
By the false azure in the windowpane..."

John Shade,
según afirma Vladimir Nabokov.


La luz del pasillo entra por la puerta abierta de mi cuarto a oscuras. Dibuja en la pared un rectángulo iluminado, junto a mi cama. Levanto una mano y la atravieso en el haz de luz. Me quedo mirando la sombra, nítida, negro sobre blanco. Creo que mi mano es cada vez más chica. Extiendo los dedos. En la sombra no están las manchas de mi piel, pero noto el temblor del pulso y veo el dedo al que le falta una falange que perdí por una infección. Por la ventana abierta miro las estrellas en la noche sin luna. Nítidas, blanco sobre negro. Con la otra mano, prendo el velador de mi mesa de noche. Una luz amarillenta tiñe la pared y la sombra de mi mano alzada se atenúa, pierde precisión, se convierte en una mancha apenas más oscura, una pálida sombra.

-Blanca, te traigo la cena-. Es Clarita, que prende la luz principal del cuarto (la sombra de mi mano se esfuma, conjurada por la luz que rebota en todas direcciones y rellena todos los ángulos).

-Primero quiero hacer pis, Clarita.

Clarita me destapa. Con pericia, me baja el calzón y me acomoda la chata. Meo. Una nunca se acostumbra a mear postrada. Todavía me parece humillante, pero qué voy a hacer, mis piernas son como la sombra de mi mano a la luz del velador: la pálida sombra de mis piernas.

-¿Cómo está Alba?

Clarita me ayuda a limpiarme y me vuelve a subir el calzón. Suspiro. Me acerca la mesita de cama y el caldo desabrido.

-Como siempre, Blanca, no sabe ni cómo se llama-. Clarita sale de la habitación para llevarle su cena a otra vieja.

Mientras tomo mi caldo, miro las paredes del cuarto. A la decidida y difusa luz de la lámpara del techo, ninguna sombra se dibuja. Al rato, Clarita vuelve a buscar los trastos.

-No terminaste la sopa, che.

-Ay, nena, no tengo apetito.

-Qué vieja mañera estás hecha, ¿eh, Blanca?

-No me retes, un poco tomé, pero no tengo más apetito.

-Qué cosas... ¿te apago la luz?

-Si, por favor, Clarita. Dejá la ventana abierta. Y cerrame la puerta. Sos tan buena conmigo.

Me quedo en la habitación a oscuras. La luz de las estrellas no alcanza para separar del fondo negro ni la más pálida sombra. Sé que no me voy a dormir.

Quiero ver cuando la luz del sol conjure las estrellas pero dibuje en la pared la sombra de mi mano.

Languidece. Sí, languidece. ¿Y, qué pasa? ¿Cómo que qué pasa?: nada, no pasa nada; ¿debería pasar algo? No claro, qué tendría que pasar, pero es que languidice. Bueno, entonces pasa eso, que languidece. ¿Y? No sé; nada es para siempre. Dos citas de Mano Negra que nadie debe haber notado. Sep. ¿Entonces? ¿Entonces qué? ¿Qué vas a hacer? ¿Me preguntás si tomaré una decisión drástica o dramática, si le pegaré un tiro, le prenderé fuego, algo por el estilo? Algo por el estilo, sí. No creo, no participo de la fe en esas candilejas: languidece y eso es todo lo que pasa. Es una pena. Si, capaz que sí; es una pena, si. Pero así algunas cosas. Si, algunas cosas...

Un meme musical

Voy a seguir con el meme propuesto por Ludo hace un par de días, creando un acróstico con titulos de canciones para mi nick...así que a continuación van:

A man and a woman de U2, gran letra de una de mis bandas favoritas de siempre

You can run from love
And if it's really love it will find you
Catch you by the heel
But you can't be numb for love
The only pain is to feel nothing at all
How can I hurt when I'm holding you?

New York City Boy, synthpop británico a cargo de los Pet Shop Boys...el concepto pa la puesta en escena de esta canción es genial...


Aunque no sea conmigo, gran colaboración entre los Tacvbos y Celso Piña, en este caso la letra justa pa momentos de bajón...que llorona la letra, ¿no?

Pero si ahora tienes,
tan solo la mitad del gran amor que aun te tengo
puedes jurar que al que te quiere lo bendigo
quiero que seas feliz...
aunque no sea conmigo...

King of Bongo, infaltable Manu Chao y Mano Negra...corre el cover por cuenta del británico Robbie Williams.


Redemption Song nada vale más la pena que darse el tiempo de escuchar a Bob cantando esta canción.

Emancipate yourselves from mental slavery;
None but ourselves can free our minds.
Have no fear for atomic energy,
'Cause none of them can stop the time.

Ironic me acompañó durante toda mi adolescencia y también después, en el que sin duda sigue siendo el mejor disco de Alanis Morissette.

Well life has a funny way of sneaking up on you

When you think everything's okay and everything's going right

And life has a funny way of helping you out when

You think everything's gone wrong and everything blows up

In your face


Kiss from a Rose gran melodía que hace brillar la voz de Seal, sobre todo si es en versión acústica.

You became the light on the dark side of me.
Love remained a drug that's the high and not the pill.


Salud, Dinero y Amor
del Sr. Andrés Calamaro, todo un himno, ni más ni menos.


Porque la vida es dura por el fin de la amargura,
brindo porque me olvido los motivos porque brindo.
Brindo con lo que sea que caiga hoy en el vaso,
brindo por la victoria, por el empate y por el fracaso...
Brindo por seguir queriéndote toda la vida,
casi está lleno el vaso con la sangre de otra herida.
Brindo con emoción pero también brindo con frialdad,
que la salud no falte a toda la humanidad...

Ahí ta mi nick

Algo de musica en castellano

Soy adicta a la música, definitivamente no puedo vivir sin ella. Para trabajar, para disfrutar, para sufrir, siempre habrá música de fondo ambientando el momento.

Eliminando el reggaeton o como quiera que se llame ese inmundo pseudo intento que de ninguna manera puede considerarse música, oigo de todo un poco. Para usar una descripción de Nelly Furtado, tiendo a la promiscuidad musical, y no me importa mezclar los más disímiles tipos de música, pues mi cabeza en cuanto a gustos musicales trabaja como una sesión bien, pero bien, aleatoria de iTunes.

Lo maravilloso de ser hispanoamericana, es que quieras o no, te vas a empapar de una cultura musical tan amplia y diversa, como espacios geográficos cubre el idioma castellano. Por la simple razón de que puedes comprender todas las canciones apenas aprendes a balbucear esta lengua. Y como eso pasa desde hace siglos en esta cultura que compartimos están presentes canciones representativas, que pueden o no gustarnos, pero que igual nos las sabemos y hasta podemos cantarlas sin pensarlo. Y ya entrando en semejante encaje de bolillos, hay canciones que bien vale escuchar a conciencia, aunque en un principio no nos guste su ritmo.

No importa si es salsa, merengue, un bolero una cumbia o un tango, excepcionalmente algún vallenato, o un pasillo, hay letras en casi cualquier género de la música en español que,como dice mi señora madre, son casi, casi filosofía pura.

Ahora que puedo navegar de nuevo en internet a mi gusto, ando buscando refrescar mi biblioteca musical y me topé con varias canciones de Los Tigres del Norte, una agrupación insigne de la música norteña mexicana, toda una institución de los narcocorridos y las canciones de inmigrantes. Y aunque todavía no acaba de matarme el ritmo de este género, creo que las letras de muchas de sus canciones valen mucho la pena. Me parecen impresionantes y si no les convence aún, revisen el álbum tributo que hace algunos años les armaron varios intérpretes de rock mexicanos, así podrán disfrutar de las letras (aunque en algunos casos hay pequeñas variaciones) sin perder el toque rockero.

Si les interesó en algo, ahí les dejo esta canción de Los Tigres intitulada De América Yo Soy, a mí me gustó mucho la letra y la versión del Gran Silencio está muy chévere también,



MusicPlaylist

Canes

Me gustan los animales. Punto. Unos más que otros, pero en general me gustan todos. Pero los perros son mi gran debilidad. No sé si será que llevamos inscrito en el ADN una filiación a punte costumbre, ya que sus antepasados y los nuestros decidieron unirse, primero por puro y cochino interés de cada uno, y posteriormente en una simbiosis que parece durará mientras dure nuestra especie. No se si será que son de los animales con los que la mayoría de nosotros a tenido contacto desde niños y son nuestros grandes e incansables compañeros de juegos, o en parte será la respuesta a aquellas historias que leía cuando niña...Buck, de El Llamado de lo Salvaje de Jack London, o Milú e Ideafix (y su personalidad tan verde), y quién no se emocionó viendo la película de Balto, ¿a ver? Sobre todo tengo un recuerdo muy vivo de cierta canción, toda ella muy triste, como buen tango, pero que a mis 5 o 6 años sólo me llegaba con semejante estrofa:

y aquel perrito compañero

que por tu ausencia no comía
al verme sólo el otro día
también me dejó

Imagínense, a esas edades me pegaba un bajón tremendo no saber que rayos pasaba con el perrito, porque en la canción nunca se menciona su desenlace. Que horror. La cosa es que me encantan los perros...son poquísimos los perros que me parecen feos, pero los hay. Además tengo la mala costumbre de creer que todos son inofensivos y amigables, lo cual casi nunca me ha traído problemas, casi... y aún así no claudico. Sigo acariciándoles si hay chance...en serio, me encantan.

Típico perro de pueblito que sale a ladrarte
si te acercas a sus dominios


Soy de las que se emociona en la calle al ver uno, y por e
so me rompe el corazón la cantidad de perros callejeros que rondan por Quito y cuyo final casi siempre es trágico.
Aceptar un can significa cargar también con las responsabilidades de hacerse cargo de una vida que difícilmente sobrevivirá si no cuidamos de ella (y si tienen uno como el mío, necesitan además armarse de muuucha
paciencia); por eso me rompe el corazón ver cosas tan desalmadas como una camada entera recién nacida que fue puesta en una bolsa plástica y descartada como si se tratara de basura. La abnegada madre de la camada no se separó de sus vástagos y fueron rescatados.
Y aún a pesar de tratos así de degradantes y brutales, la fidelidad canina es a prueba de fuego. Tal vez ese sea el rasgo que más me atrae de estos cuadrúpedos. Están siempre al borde del abismo, contigo, siempre. Será por eso que hoy quería agradecerles a los canes que en e
l mundo han sido, por acompañarnos desinteresadamente y hacer de nuestro paso por esta Tierra un poco más feliz.



Tanta paciencia canina que este pobre perrito callejero
se tuvo que abancar las confesiones
del borrachito en fiestas de UIO. ¿Qué tal?


Convesación de Bus

Hoy mientras viajaba en el bus, tuve (no sé si mala o buena) suerte de sentarme delante de dos muchachas menores a mí que conversaban de sus vidas, problemas y demás. Y eso es lo malo de tener siempre las orejas en ON, que cómo no tenía ni iPod ni nada para contrarestar la excelente música a la que la mayoría de los señores buseros son aficionados, acabé escuchando su conversación. Me impactó el hecho de que la chica que contaba sus desventuras fuese casi una niña, con certeza recién llegaba a la mayoría de edad. Porque no me compete, y no es de incumbencia de nadie, no entraré en detalles. Lo resumo con un proverbio chino: La más breve existencia cuenta siglos de sufrimientos.

No quise seguir escuchando, y fue difícil, pero el resto del viaje me puse a desvariar y a pensar en que como género, nosotros, los homo sapiens sapiens, a pesar de nuestro desarrollo y éxito como especie, a final de cuentas somos un revés total para la naturaleza.

Somos capaces de causar dolor a nuestros semejantes, a veces por puro placer y otras por pura venganza. Podemos dañar a nuestros seres más cercanos y no levantar ni una ceja.
Y como raza somos de los peores azotes que han pisado la Tierra. No contentos con matarnos a nosotros mismos lentamente, vamos dejando un reguero de daños al ecosistema planetario que tarde o temprano terminará con la vida de otros mamíferos (vean lo que hacemos con aquellos que habitan el Polo Norte: belugas, narvales y osos polares), otros animales y plantas.

Cuando me suceden episodios como el que viví hoy en la tarde me pregunto si realmente vale la pena para el mundo, o Gaia o como quieran llamarle, que sigamos perpetuándonos sobre él. A veces me pregunto si somos dignos de semejante honor.

internet

Me parece increible que hace 12 días yo andara incomunicada del mundo...o sea no tenía internet...y todo porq como son muy modernos en mi casa, desde hace rato hay wifi, pero entre q era un airport de hace fuuuuuuuu y mi estudio queda lejos botadito la señal llegaba a mi compu cada muerte de un obispo...o sea casi, casi nunca...así que recurría a visitas con cuentagotas a mi antiguo huevito (eMac G4) pa revisar el mail, leer religiosamente Patente de Corso y, si la conexión lo permitía, chatear.

Gracias a la necesidad de sacar respaldos se cambió el AirPort por un Time Capsule
y desde que lo configuramos por fin pude acceder de nuevo al internet como es debido.Ah que maravillosa situación esta de navegar, la verdad es que no sé como hice este anterior semestre, porque lo gracioso es que no me hacía falta, pero ahora que está disponible, no logro entender que hacía yo en el tiempo que ahora dedico a conectarme...Así que celebro la docena de días conectada...saludos

Transmitiendo de nuevo desde UIO

Saludos,
El viernes retornamos raudos y veloces con el Ursus a UIO, cierto macfanático nos invitó a su cueva pa festejar su salida de la vida colegial, pero eso es historia aparte; pero eso de pasar una semana entera en Puyo fue un reto...no sólo porque fue meramente un viaje de trabajo, sino porque resulta que hacía mucho frío, cosa que creí imposible a 900 m.s.n.m. en plena estribación oriental de los Andes. Pero lo bueno es que las cosas salieron bien en el trabajillo ese, sólo que eso me dejó una gran cantidad de trabajo acumulado para esta semana y a futuro. Les dejo con algunas imágenes del viaje...

Siguiendo al arco iris nos dirigimos al Puyo


Vista al Puyo y la planicie oriental desde la
vía perimetral en contrucción

El Ursus en plan panda, con bambu a cuestas

Maldito calentamiento global...este bajío que ven es el río Puyo,
y en él aprendí yo a nadar, aunq claro, hoy no es posible ni por salubridad
ni por los escasos 30 cm de agua q hay...

De ida y vuelta

Resulta que al Ursus y a mí nos han desterrado esta semana a la ciudad del Puyo; con el pretexto de cierto aburrido trabajo. Y el mandato cuasi dictatorial no pudo caer en peor momento, pues esta semana que hoy comienza está plagada de grandes eventos y, lastimosamente, hemos tenido que buscar la manera de compaginar el deber extramuros y los hechos a desarrollarse en mi franciscana ciudad. Pa comenzar hoy hicimos una parada técnica, casi en velocidad pits stop en la casa de la penta. Resulta que, al igual que nosotros, la señorita también viaja, sólo que un chance más lejos. Se va en busca del sueño americano por dos mesesitos, así que le deseo éxitos y que aproveche la oportunidad a cabalidad como corresponde a una embajadora del consorcio. Mañana en cambio retorna el personaje de la neurótica aura, y lamentablemente no vamos a poder estar presentes para el recibimiento al ritmo del himno.
Por otro lado, llueva truene o relampaguee, el miércoles el oso retorna a UIO, arrastrándome con él, con el sólo propósito de vivir como se debe la final de su adorada liguita (que realmente merece la copa), pero como el deber ha de ser cumplido el jueves a primera hora estaremos de nuevo en la carretera para retornar a la ciudad de las nubes y la neblina. Y el viernes vuelta a Quito pa festejar con el macaficionado iPab la culminación de sus estudios medios.

Al final de este post voy a tener una desagradable laceración en las muñecas debido al uso de la compu del ursus, dios no quiera que los incautos vayan a confundir la consecuencia del trabajo con estúpidas marcas emo… como dato anecdótico si en serio quieren hacerse daño el corte no debe ser perpendicular a las venas, sino siguiendo su trazado. ¡Ferpectamente!

Meme

Ahi va un meme q andaba rodando por algunos de los blogs q reviso...la idea era mostrar como es el desktop de tu compu...así q ahi va mi versión del asunto:

ferpectamente!!

Se inaugura la Posada

Por azares del destino a algunos bloggeros que suelen reunirse en la franciscana ciudad de Quito los conocía yo antes de que tengan su blog, o sin saber que lo tenían. Y paralelamente seguía y sigo a varios blogs de manera intermintente pero sostenida. Cuando no he tenido la posibilidad de leerlos en algún tiempo la tarea resulta grave, pues para ponerme al día leo en seguidilla 3 o 4 o a veces hasta 10 posts de un solo blog. Lo cual demanda mucho tiempo, pero resulta en un ejercicio más que valedero y una extraña manera de conocer opiniones y posturas de gente tan disímil o tan parecida a mí, que me sorprende. Además de que ahora soy capaz de ponerle rostro a muchos de los bloggers, ya que como mencionaba arriba, aquellos que ya conocía me permitieron llegar a conocer a varios de los otros representante del consorcio B&B Quito.

Así que se después de tanto tiempo de andar de lectora, voy a intentar dejar algunos pensamientos ideas y opiniones aquí en el ruedo virtual por si alguien acaba por caer en este espacio que hoy inauguro y se queda el suficiente tiempo para terminar la lectura.

Estamos a las puertas de una nueva estación; aquella que antes de sernos impuesto el calendario gregoriano y algún otro antes, marcaba el comienzo del año, y sigue marcando la estación más llamativa y publicitaria que tiene el año (por lo menos en el hemisferio norte; y sí, ya sé que técnicamente UIO está emplazada en el hemisferio sur, aunque resulta que disfruta de verano en esta época, pero esa ya es discusión pa otro rato), así que también yo empiezo esta nueva aventura y veamos cómo evoluciona esto.
A aquellos que han tenido paciencia para llegar hasta aquí, gracias, ojalá retornen por estos lares y si no, ha sido un gusto de todas maneras.

Año nuevo, vida nueva

La noción de "año" sirve para designar a un período de tiempo que está marcado por el movimiento que nuestro planeta hace alrededor del sol. Es lo que los astrónomos llaman el "año solar". Su manifestación notoria es el ciclo de las estaciones. Ahora bien, en el continuo de la naturaleza, establecer un principio o un fin de ese ciclo es sólo un capricho humano. Si imaginamos a unos primitivos sujetos nómades, cazadores y recolectores, imaginaremos unos hombres para los cuales el ciclo de las estaciones provocaba la alternancia de períodos de escasez y de abundancia. Cuando esa humanidad primitiva devino agricultora, el ciclo de las estaciones marcó el ritmo de las labores, de la espera, la siembra y la cosecha. Pero, siempre, el "año" ha sido el período a lo largo del cual la Tierra, por turnos, niega o entrega sus dones.

Ahí, los hombres escogieron su punto de referencia, un punto de inicio: el invierno, luego del cual comienza el tiempo en el que progresivamente la Tierra, por arte de magia o a causa del esfuerzo humano, entregará sus dones, será, para tantísimas sociedades, la primera de las estaciones.

Para tantísimas sociedades, será justo y necesario, entonces, celebrar el día del solsticio de invierno como el día maravilloso en que termina la decadencia del Sol y comienza su resurgir, el retorno de su luz benéfica, que engendrará en la Tierra receptiva, la nueva vida.

Con la cristianización de Europa, las celebraciones del solsticio de invierno serán subsumidas en la celebración del nacimiento de Jesús el de Nazaret. La metafórica no cambia en lo sustancial: los píos cristianos ya no hablan del Sol y de la Tierra o de otros dioses que sean sus metáforas, pero seguirán celebrando, alrededor del solsticio de invierno, un nacimiento.

Cuando el papa Gregorio da al mundo su exitoso calendario, lo organiza en función del ritmo de las estaciones y coloca su inicio por ahí cerquita del solsticio invernal de su hemisferio. Los europeos cristianizados se acostumbrarán, entonces, a expresar los deseos de feliz natividad y próspero año nuevo más o menos para la misma época en que los brutos e impíos paganos festejaban el renacimiento solar y el retorno de la prosperidad.

A nosotros, las celebraciones del año nuevo nos llegan a través de la conquista, que abolirá las fiestas invernales de los pueblos originarios y nos impondrán esta absurda costumbre de, a contramano de los ritmos de la vida y la naturaleza, celebrar el renacer y desear la properidad en el justo momento en que el ciclo de las estaciones se encamina hacia la decadencia.

No está mal. No quiero apelar a la retórica de la alienación o sus aledañas. El año gregoriano impone sus ritmos administrativos y me encanta brindar con amigos y selectos parientes en honor del final de ese ciclo y del comienzo del nuevo.

Para festejar cualquier excusa es buena y ninguna sobra.

Por eso mismo, permítanme reparar en que hoy, 22 de junio, es el primer día de nuestro austral año solar, detener mi atención en el hecho maravilloso de que, a partir de hoy, los días serán más largos y que, en breve, la explosión de los jazmines hará de cualquier caminata por mi calle una experiencia narcótica. Y disculpenme la cursilería de desearles que esa tenacidad inopinada de los astros los encuentre en felicidad y les traiga los dones de la Tierra.

Feliz año nuevo, eso.

Instrucciones para utilizar este botón

"Allá al fondo está la muerte,
pero no tenga miedo…"

Cortázar, Julio, claro,
maestro de todos los redactores
de instrucciones, en sus
Instrucciones para dar cuerda a un reloj
  1. ¿Cómo que cuál botón?
  2. Una vez que haya terminado con lo que vino a hacer aquí, si se encuentra en la necesidad de presionar el botón (¿pregunta otra vez? ¡éste!), por favor tenga en cuenta las consideraciones que siguen.
  3. En condiciones normales, cuando el contenido del depósito ha sido liberado, el botón que acciona el dispositivo debería volver a su posición inicial al mismo tiempo que el mecanismo oculto tras la pared, sencilla pero ingeniosamente, cierra el paso de agua. Esto asegura que el tanque vuelva a llenarse, quedando preparado para una nueva higiénica descarga.
  4. Sin embargo, a pesar de las intervenciones de personal idóneo realizadas con el fin de subsanar el problema, el mecanismo insiste en trabarse.
  5. Puede ocurrir, entonces, que el dichoso mecanismo nunca vuelva a la posición de "cerrado" y el paso de agua no se detenga. Consecuentemente, la cisterna no alcanza a rellenarse nunca y se produce un daño irreparable en el medioambiente.
  6. No obstante, la falla es evitable y usted puede contribuir a que no ocurra.
  7. Una vez que haya apretado el botón (no insista: nos referimos a éste), sírvase, si es tan amable, acompañar o incluso dirigir el movimiento de retroceso, para que no quede trabado.
  8. La próxima persona en utilizar el inodoro se lo agradecerá. Además, habrá usted contribuido a mantener el nivel de los océanos en la media aceptable.
  9. Esperamos que su estancia aquí haya sido reconfortante.
  10. Gracias y vuelva pronto.

Tánatos

El empuje dura lo que dura la mañana. Yo no sé si es la modorra que da el almuerzo cuando en el estómago comienza el alambique, yo no sé si es cuetión de biorritmo o de qué cosas, pero pasado el mediodía la energía se va adelgazando, la capacidad de atención diluyendo y, así, va llegando la hora de no querer nada, de no aguantar nada, la hora gris en que la luz es indiferenciada y las cosas no tienen volumen, ese instante antes de que sea de noche. Después, es de noche. Y entonces ahí si: te querés morir.

À la recherche du temps perdu

Todavía no leí a Proust, pero sé que lo voy a leer porque me fascina ese título (la equívoca "s" que no significa nada en francés pero que en mi cabeza hispanoparlante es un plural).

Y sé también que hoy es viernes, y que, debido a nuestra arbitraria manera de marcar el tiempo, al salir del trabajo pensé: "Listo, una semana menos".

¿Se dan cuenta?: una semana menos.

Si veinticinco por cuatro es igual a cien...

"Floating down
through the clouds
memories come rushing
up to meet me now..."

Roger Waters, The gunners dream

Y sí, hijo, creo que tenés razón, yo pienso igual: el tiempo no existe. Creo que lo sé desde siempre, es decir, desde la época en que tenía más o menos tu edad, que es como decir ahora, hace un rato nomás, o mañana, no sé, depende. Depende de cuándo vuelva el sueño. Es así: el viento se pone como más denso y ahí pasa que me puedo colgar del viento. Cuando era chico, yo estaba parado frente a una pared blanca y el viento se arremolinaba y me empujaba hacia arriba. Siempre a mi lado había una planta espinuda con la que me había pinchado una vez, en la casa de tus abuelos. Al principio, no podía alcanzar el borde de la pared. Fue con el tiempo que aprendí a colgarme del viento. Ahora puedo pasear sobre la ciudad, de un techo a una terraza, a una cornisa, un balcón, un campanario. A veces el viento se pone violento, se enoja, se encabrita, y me da un poco de miedo. Pero igual puedo navegar como dando bandazos. Mi sueño tiene una concesión a lo que puede pasar en la realidad: siempre que lo sueño es de noche. Quiero decir que en el sueño es de noche. Y está nublado. Y siempre está la mujer conmigo. Me espera en las cornisas o se cuelga del viento conmigo. Nunca hablamos, o sí hablamos y no hay palabras, o hay palabras y no hay significados, esas cosas de los sueños. En mi sueño me doy cuenta de que me pasa lo del sueño. Esto no significa que me doy cuenta de que sueño, sino de que puedo colgarme del viento. "Otra vez me pasa", pienso en el sueño, advirtiendo lo extraordinario. Y cuando me despierto, pienso "otra vez pasó" y lo recuerdo (y no sé si me acuerdo de un sueño de la víspera o de un sueño que tuve de chico, cuando tenía más o menos tu edad y no podía ver más allá del borde de una pared blanca y había una planta espinuda con la que una vez me pinché). Por eso te digo: tenés razón, hijo, el tiempo no existe. Y ahora vos ahí tenés un misterio y no encontrás la respuesta. La clave es que 25 por 4 es igual a cien. Aunque no tiene por qué ser este, es un misterio que perfectamente puede ocupar toda la vida. Tomate tu tiempo.

Pongámoslo así...

"...amor, deja tus labios entreabiertos
porque ese último beso..."

Pablo Neruda


...la escena yo la vi en una película, en más de una, tal vez: usted llega a su casa antes de la hora habitual. Cuando entra, escucha las risas de su mujer y sonríe, feliz de llegar a casa. La sonrisa le dura en el rostro lo que tarda en darse cuenta de que la risa viene del dormitorio. Anticipando las cosas, usted se acerca sin hacer ruido y se asoma a la puerta entreabierta. Ahí está: su mujer cabalgando feliz sobre una pija que no es la suya (ni suya de usted, ni suya de ella, está claro). Usted sabe que esas cosas pasan, que así es la vida, que la mujer y el deseo, pero, sin hacer ruido, con esa sensación que convencionalmente se describe como un "nublarse la vista", busca un revólver que tiene por ahí, en un cajón del escritorio, en un armario. Vuelve sobre sus pasos e irrumpe en el cuarto, apuntándole a su mujer. "¡No! Esto es... literatura", dice ella, no sé por qué, pero dice eso. Usted en ese momento no está en posición de contraargumentar con esta frase de Borges, cuya mención corre por mi exclusiva cuenta:
"Si esta mañana y este encuentro son sueños, cada uno de los dos tiene que pensar que el soñador es él. Tal vez dejemos de soñar, tal vez no. Nuestra evidente obligación, mientras tanto, es aceptar el sueño, como hemos aceptado el universo y haber sido engendrados y mirar con los ojos y respirar."
No, no: lo suyo es más expeditivo. Como en cuestiones de literatura usted es mas bien incapaz de resoluciones sofisticadas, le pega un tiro a su mujer. Le apunta a la boca (borrar los besos, las palabras de amor, las felaciones) y le dá. No sé si en la boca, pero su mujer cae sobre su amante (suyo de ella, se entiende) con la cara hecha mierda. El tipo (el amante de ella), en ese momento, no sabe si siente miedo, asco o furia.

Usted no tiene la lucidez de pensar que le conviene matar al amante primero y, en lugar de eso, intenta suicidarse. No propondré explicaciones para el hecho de que el amante pegue un salto y se arroje sobre usted, arrebatándole el revólver (encima, le deberá usted la vida).

Si usted fuera un poco versado en eso de la literatura, dedicará su tiempo en prisión a establecer si prefiere eso o la nada.

Humor inglés

'Sex pest' seal attacks penguin, informó en su página principal el sitio de la prestigiosa cadena británica BBC. Tras 45 minutos de faena, la foca abandonó a su víctima sin haber logrado consumar y se internó en el mar.

Nuevos reportes señalan que al menos tres orcas habrían muerto ahogadas por no despegar el culo del fondo marino para salir a la superficie.

Una versión de los hechos

Esta es la historia de un hombre acusado de un crimen que no cometió.

Los tiros sonaron en el comedor. Patty Valentine bajó corriendo desde el piso de arriba y encontró al barman en un charco de sangre. "¡Los mataron!", aulló. Había tres cuerpos en el suelo y un tipo que huía. "Yo no fui", dijo, mientras levantaba las manos. "Yo quería robar la caja, nomás, te juro, entré cuando se iban", y se quedó en el molde. Se llamaba Alfred Bello. "Uno de nosotros tendría que llamar a la policía", dijo. Y Patty llamó. Era la noche ardiente de New Jersey cuando la policía llegó a la escena del crimen con sus luces rojas dando vueltas. Lejos de ahí, Rubin Carter y unos amigos yiraban en auto. Rubin Carter era número puesto para la corona de los pesos medianos. No tenía idea de qué mierda pasaba cuando un cana lo hizo parar contra el cordón, como otras veces antes y otras antes de esas, que es como son las cosas: si sos negro, mas vale que no te muestres por la calle a menos que andés buscando roña. Alfred Bello tenía un socio y el socio le daba una coartada: Arthur Dexter Bradley declaró que él y Bello estaban boludeando afuera del bar cuando vieron a dos negros con pinta de boxeadores salir corriendo y subir a un auto blanco con patente de otro estado. Patty Valentine confirmó. Un policía dijo: "Un momento, acá hay uno que no está muerto", y se lo llevaron al hospital. A pesar de que apenas podía ver, le pidieron que identificara a unos sospechosos. Eran las cuatro de la mañana cuando arrastraron a Rubin al hospital. Lo llevaron hasta donde estaba el moribundo, que lo miró entre las vendas y dijo: "¿para qué trajeron a este?".

Cuatro meses después, los ghettos arden. Rubin está en Sudamérica peleando por la gloria mientras Arthur Dexter Bradley todavía sigue con el asunto del robo. Los policías lo aprietan para que les dé un culpable. "¿Te acordás del asesinato del bar?", "¿te acordás del auto que viste?", "no seas gil, ¿no habrá sido el boxeador aquél que viste corriendo esa noche?". Y Arthur Dexter Bradley dice: "Es que no estoy seguro...". Los canas lo apuran: "no te olvidés que sos un hombre blanco... un tipo como vos se merece otra oportunidad. Estás hasta las manos por el laburito del hotel. Y estamos hablando con Bello, además, no querrás volver a la cárcel, ¿no?". "Le harías un favor a la sociedad: ese hijo de puta es corajudo y se está envalentonando. Queremos que la cague, le queremos encajar este triple homicidio. Vamos: no es un señorito, ése". Eso era verdad. Rubin podía voltear un tipo de una sola piña, pero no le gustaba que se hablara de eso. "Es mi trabajo", decía, "lo hago por guita". "En cuanto puedo me rajo a algún paraíso donde pescar unas truchas, disfrutar del aire y andar a caballo". Pero lo metieron en cana, donde convierten a los hombres en cucarachas. Jugó desde el vamos con cartas marcadas. El juicio fue una joda y nunca le dieron la más mínima oportunidad: el mismo juez hizo quedar a los testigos de Rubin como negros borrachos. Para la gente bien, era un vago medio revolucionario; para los suyos, un negro loquito. Aunque nunca se encontró el arma, nadie dudó ni por un momento de que él la había disparado. El fiscal lo acusó de asesinato en primer grado y el jurado compró. Adivinen quiénes testificaron: Bello y Bradley, que mintieron asquerosamente. La prensa repitió las mentiras. ¿Cómo puede ser que la vida de un hombre esté en manos de esta manga de hijos de puta? Mientras los garcas disfrutan de sus trajes y sus corbatas y sus martinis al amanecer, Rubin está sentado como un Buda en una celda de tres metros cuadrados. Es repugnante vivir en un país como este.

Esta es la historia de un hombre acusado de un crimen que no cometió. No estará cerrada hasta que no se limpie su nombre y se le devuelva el tiempo perdido. Iba a ser el campeón del mundo de los pesos medianos.

Febo asoma

Acabo de ver en el diario una publicidad en la que se mencionaba al "Histórico Cabildo".

Ouch. Algo que está inscripto en un registro digamos, aunque no sea lo más apropiado, "de lo prosódico", algo que tiene que ver con el recuerdo de un ritmo, del modo cómo se distribuyen los acentos, se vio violentado por un sonido desagradable como un scratch involuntario o una rotura de cristales.

Repetí, exagerando los acentos: hisTÓricocaBILdo. Nones. Y ahí me di cuenta.

Señores publicistas: el cabildo es primero cabildo y después histórico, es "el cabildo histórico".

Al contrario, el que es primero histórico, es el convento.

Loop, retroalimentación

"Pero ojo
porque capaz
en el fondo es lo mismo
y pasar de una a la otra o de la otra a la una
es
solapadamente
referir a todas las demás".

Kaminer, Backfeeds: la Placita

La Placita y las ganas de no ver a nadie. Referencia empírica: sé de un lugar llamado la placita, en una esquina de tres calles numeradas, en una ciudad de la plata, a sesenta metros de una plaza italia. Todo parece indicar que es ese mismo bar la placita. Me queda, además, re-bien descrito si repito que es un gran lugar para no ver a nadie. En ese lugar he no visto a alguna gente. Un lugar para no ver a nadie, la placita, un lugar mítico. Lugares míticos. Estuve estos días pensando en el realismo de Henry Miller, eso que él dice que es lo único que le importa, no la verdad, ni siquiera la realidad, sino lo que le gusta imaginarse, lo que fue verdadero para él. Relato en primera persona, declaradamente autobiográfico y, sin embargo, el parís de Miller no es menos fantástico que la tierra media de Tolkien. Ciudades que existen. Pensé en el dresde de Vonnegut. Pensé que cada polvo de Miller era tan descomunalmente fabuloso como cada viaje en el tiempo de Billy Pilgrim, que lo que es verdadero, si acaso hay algo, en el relato de Miller es lo mismo que es verdadero en los saltos en el tiempo de Vonnegut. Me tocó una vez entrevistar a unos ex-combatientes de malvinas. Noté algo en su relato, en el manejo del tiempo: mezclaban los verbos en presente y en pasado aún en la misma oración y me dio la fuerte impresión de que cada bombazo de que hablaban estaba sonando todavía. Hubo uno en especial que me habló del hijo que tuvo mucho después de la guerra y de cómo le contaba a su hijo, que ahora tenía la misma edad que él cuando estuvo en las islas, aquella experiencia. Era como si todo, guerra, hijo y relato, hubiera pasado al mismo tiempo. Fue mucho después que leí a Vonnegut y en ese momento no ví la relación, no se me ocurrió entonces pensar que ese recurso de hacer viajar a su personaje por el tiempo y de imaginar una narración donde todo pasa a la vez podía ser de una pasmosa literalidad. Se me ocurrió recién hace unos días, releyendo a Miller y pensando que si algo había verdadero en el relato de Miller no era el recuento de polvos y no era ningún parís, como no era falso que Billy Pilgrim viajara en el tiempo. Hoy (ayer, anteayer, más o menos hace un rato) leo a Puck mentar la placita (el yeite del casanova, una que vale por todas) y nada, que la placita no existe.

Una de chicas de armas llevar

Liu estaba sentada con la espalda contra la cabina, mirando para atrás. Al volante, yo miraba por el espejo al tipo parado al fondo de la caja de la chata, las manos atadas a la espalda, mudo de rabia. Liu lloraba y yo estaba muerta de miedo. En los ojos de Liu había más pena que odio. Le apuntaba al tipo con una pistola mientras yo le decía que no valía la pena, que no, algo le decía. No sé qué le decía. Nunca recuerdo el detalle de las conversaciones. Él solía decir (me lo había dicho antes, antes de estar ahí parado en la caja de una chata mientras una mujer le apuntaba con una pistola) que eso de no recordar las conversaciones era una de mis características menos femeninas. Creía que me quería, entonces. Pero ahora estaba parado ahí, forcejeando con los nudos que yo misma había ayudado a ceñir. Fue algo parecido al pánico: solté el embrague y dejé que la camioneta saliera como loca.

Todo fue tan simultáneo. Yo aceleraba, Liu disparaba, el tipo caía hacia atrás, al asfalto, no sé si por el tiro o la inercia. Liu se arrodilló y tiró, tiró, tiró. Vació el cargador, por suerte.

Me puteó en chino, en inglés y en castellano, apuntándome con la pistola vacía. Da igual: para qué recordar qué me dijo.

Una más y no jodemos más

(Variaciones sobre un mismo tema)

Despacio. También. Podés hallar la luna

Me hizo acordar Inx y viene a cuento. Vayan por allá y escuchen a Spinetta. La canción empieza con una sencilla introducción de guitarra, mientras cantante, bajo y batería tocan silencio. Cuando Spinetta exponga la parte cantabile, no se distraigan con las palabras. No nos importa ahora si las horas suben, bajan o si concluyen en algo. A lo sumo, usen las palabras como referencia. Escuchen: en el preciso momento en que el cantante dice "porque es entonces cuando las horas...", ahí, la guitarra hace un ínfimo silencio, quizás ni siquiera un silencio, tal vez sólo una interrupción del legato, una apnea, una nota picada que da paso al macizo unísono en que se apoya la frase "bajan, y el día es vidrio sin sol".

Cerati escuchó ese mismo ínfimo silencio y decidió, me gusta imaginar, que sería el centro de su versión. Dividió la canción en dos partes, bien contrastadas. La primera, despojada, casi vacía, es una cita todo lo textual posible donde cantante y guitarra comienzan la estrofa mientras el resto del ensamble toca silencio. Pero luego de dar fe de la misma minúscula apnea que imaginó Spinetta, el estribillo se atraviesa como una pared de sonido, pleno, cargado de guitarras que tocan larguísimas notas ligadas. Ese clima se sostiene incluso en la estrofa siguiente hasta que Cerati canta "cuando en tus ojos no importa si las horas..." y afirma "a Spinetta yo lo escucho así": un abrupto tijeretazo corta esa superficie pletórica, ese sonido denso y rico, para hacer surgir, fuerte y claro, diáfano, imponente y fugaz, un minúsculo silencio.


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Sin embargo...

....el silencio no es insignificante, un vacío, una pura negatividad, la ausencia del ser. No sé si ustedes lo saben, pero, en la notación musical, el silencio se escribe y, como todo signo, adquiere valor en su relación con los demás signos. Es decir: el silencio no es la falta de alguna cosa sino la ejecución deliberada y precisa de otra más; en la jerga musical, cuando un instrumento calla, toca silencio.

El silencio es palpable.

No puedo evitarlo: desconfío de los que reaccionan ruidosamente ante una invitación a bajar la voz. Y no logro pensar que alguien sea cabalmente dueño de sus palabras si no es, a la vez y en el mismo acto, amo de sus silencios.

De las muchas maneras de llamar a silencio

La crónica señala que el ámbito era el aula de una facultad de periodismo. La crónica dice que un titular de cátedra se había tomado muy a pecho su papel y había dado una clase magistral, magistral por su género más que por sus méritos. El tipo habló una hora y media mientras el alumnado bostezaba y buscaba forma de acomodarse en los bancos.

Al terminar su sesuda alocución, juzgó llegado el momento de acabar con la comunicación de una sola vía, se cruzó de brazos, ahí donde estaba, de pie frente a su auditorio y dijo: "Ahora, debatan".

Los recursos para mandar a callar son muchos y variados y no siempre son los que un convencionalismo reflejo nos acostumbra a identificar.

El silencio de la sala fue formidable.

.::: Al fIn :::.

casa nueva...
espero que todo resulte bien,
en realidad no tendria por que salir mal...

Verdad/consecuencia

"...nos pusimos a jugar
a decirnos la verdad
que más engaña
saber..."

Such terrible funny thing

I jumped out the window to get to the parking lot: una escena (una escena repetida, mil veces vista). ¿Toda escena tiene un sentido único, una única explicación posible? Con la prepotente apariencia de los hechos, ¿acaso se libra de la semiosis? Such a lovely day to go flying; the sky's so clear, the sun is shining: afirmar que hay algo cómico en la escena. Ver que es terrible porque es cómica.



Sobre esta canción y sobre el disco Collide0scope, en Allmusic.

.::: y sE kAsO nO mAs:::.


se viene el resto de las fotos...

Donde el narrador ofrece una versión de cómo ocupó su tiempo en el verano y reflexiona irresponsablemente a partir del cine para párvulos

En este verano nos sacudimos con mi niño con toda la saga de Star Wars. Hace un par de meses, en un ciber, se copó jugando un juego que se llama "Star Wars Battlefield" y lo ví tan entusismado que me dije que era una buena oportunidad de ver si se enganchaba en seguir un relato más largo y relativamente más complejo que lo que hasta ahora venía acostumbrado.

Así que dedicamos enero, en esas horas en que no podíamos hacer otra cosa más que boquear frente al TV esperando que el cabeceo del ventilador nos diera a cada uno su turno de apenas alivio, a ver la historia de Anakin Skywalker.

Le encantó. Le hice ver la saga en orden narrativo, temía que el envejecimiento visual de la primera trilogía le desilusionara, le cortara el intertexto con el juego, basado en las nuevas pelis, y le impidiera entrar en la historia, así que empezamos por el "Episodio I".

La verdad es que la historia de la caída de Anakin está bastante bien contada y logró dejar en mi retoño un cierto regusto de angustia ("papá, ¿se vuelve a hacer bueno, Anakin?").

Vistas en secuencia, el que ahora viene a ser el Episodio IV, la primera de la serie de cuando nosotros éramos chicos, resulta paupérrima tecnológicamente. Es notoria la ausencia de los encuadres grandilocuentes, más notoria porque los nuevos episodios son más épicos, con panorámicas de ejércitos desplegados. En el Episodio IV todos los planos son cerrados, cortos, casi no hay panorámicas (y sólo si podemos llamar panorámica a las vistas de planetas solitarios en un cielo negro y vacío) y toda la escala es más humana (hasta hay un dialogo en un momento, que obviamente no recordaba y que pasó a destacarse en el nuevo contexto, entre un par de soldados imperiales, esos blancos todos iguales, anónimos, impersonales, que se tratan de "tu" y comentan un nuevo aparato que uno de ellos estuvo probando).

Mientras yo me fijaba en cómo iba cambiando la manera de contar la historia, cómo se iba volviendo más épica, cómo iba mejorando la tecnología empleada, mi niño disfrutaba todo ese viejo relato, lo seguía con atención e ignoraba completamente los aspectos formales y técnicos en que mi mujer y yo nos estábamos fijando para concentrarse, como correspondía, en las peripecias del Halcón Milenario, en las enseñanzas de Yoda, en la habilidad con la espada de Luke, para dejarse llevar, en fin, por una historia eficiente.

Yo esperaba a ver qué cara ponía cuando llegara la famosa revelación de "no, Luke, yo soy tu padre", porque ese diálogo es una parte importante en una película que él vió de chico y que le encantó: Toy Story. En esa peli, hay una cita de esa escena en el momento en que Buzz Lightyear pelea con su archienemigo el malvado emperador Zorg y lo acusa: "¡tu mataste a mi padre!", "no, Buzz, yo soy tu padre". Yo me preguntaba: "¿verá la cita?", "¿reconocerá la escena?".

Y sí, la reconoció, claro: se cagó de risa. "Jajaja, como Buzz", nos dijo, y yo me dí cuenta de que esa escena de aspiración dramática, el corazón de la lectura trágica de la vida de Luke Skywalker, era para él una escena cómica, una cita invertida cuyo original era la parodia de Pixar. Quizás sea mejor así.

Ahora anda por la casa usando como sables de luz los palos de las escobas y unos abandonados caños de agua (de esos colorados, de PVC), asegurando que él va a pasar al lado oscuro de la fuerza.



Polenta con pajarito

Este verano, he notado que la cantidad y tamaño de las palomas que rondan por mi barrio es mayor que los años anteriores. Vecinos de otros barrios me han hecho la misma observación (aunque no se puede descartar que yo los haya inducido). Me resulta curioso que ningún interesado se haya apropiado del indicador: es como si la presión depredatoria sobre las palomas hubiera descendido.

Una rosa plateada de olor recio

"Nadie va a hablar de huesos refiriéndose a un pescado
porque es más parecido a las plantas,
decía mi prima,
como una rosa plateada con olor recio.
Espinas raras las del pescado, pienso yo,
que defienden el cadáver en su plato buscando la garganta”.

Kako, La vida breve de los peces, Valijas de forma rara


¿Alguna vez te hablé de la espina? Una espina clavada en la garganta. Y no te hablo en sentido figurado, no: yo tenía tres años y me atraganté con una espina de pescado. No guardo de eso nada parecido a un recuerdo, no hay imágenes, no hay nada. Durante mucho tiempo, en cambio, hubo algo más brutal, físico, una arcada, el asco, una violenta, involuntaria e incontrolable oclusión de la garganta, instantánea, un espasmo. Una rosa plateada de olor recio atravesada en la garganta, intragable. Eso es lo único que guardé, por años, del accidente. Todo lo demás lo sé porque me lo contó mi vieja. Era el mediodía, mi viejo no almorzaba en la casa, estábamos solos. Dice mi vieja que vió cómo sorpresivamente empecé a ahogarme, que me puse azul y no podía respirar. Cuenta que me alzó y me colgó de los pies, me golpeó la espalda. Yo no me acuerdo de nada. Debe haberme pegado con fuerza, con desesperación. Y no me acuerdo. ¿Te das cuenta? Me pasó a mí: estar colgado cabeza abajo, mientras mi vieja me cagaba a tortazos... y no me acuerdo. Tenía tres años. No hay nada de eso que llamamos recuerdo y sin embargo el cuerpo... Pienso en la muletilla aquella de Saer: "sin nada parecido a palabras". Así, sin nada parecido a palabras, mi cuerpo mantuvo el conocimiento del ahogo por años. Una rosa plateada de olor recio. No hace mucho, logré al fin comer pescado. Me costó un trabajo de reeducación deliberado: primero bocados pequeños, un esfuerzo por controlar la arcada, con paciencia. Lo logré. Mastico despacio y mucho, trago con prevención y suspicacia, pero puedo descubrir en la mesa que he sido invitado a comer corvina asada sin hacer papelones. Ahora lo pongo en palabras: estaba solo con mi madre, tenía tres años, y una espina saltó la vigilancia maternal y soprendió al inexperto infante. Espero que, una vez dicho, lo que sea que habita las palabras pierda su eficacia de encantamiento y pueda, por fin, desobstruir mi garganta.

Postcard

Año nuevo - Vivo todavía, pienso todavía: sum, ergo cogito y cogito, ergo sum. Hoy permito a todo el mundo expresar su deseo y su pensamiento más caro, y yo también voy a decir lo que yo mismo anhelo y cuál es el pensamiento primero que me ha llegado al corazón este año, cuál es el pensamiento que en adelante será para mí la razón, la garantía de la vida. Quiero aprender cada día a considerar como belleza lo que tienen de necesario las cosas; así seré de los que embellecen las cosas. Amor fati: sea este en adelante mi amor. No quiero hacer la guerra a la fealdad. No quiero acusar, ni siquiera a los acusadores. Sea mi única negación apartar la mirada. Y sobre todo, para ver lo grande, quiero en cualquiera circunstancia no ser por esta vez más que afirmador.

Aforismo 276, Libro Cuarto, La Gaya Ciencia,
Friedrich Nietzsche, asigún lo ha entendido Pedro González Blanco.

(No sería yo el primero en afirmar que Nietzsche da pa' todo)