Concentración antinuclear en Villar de Cañas.




El día 12 de febrero de 2012, justo unos meses después de conocer que Villar de Cañas (Cuenca) había sido el pueblo ganador del premio gordo nuclear, (tanto para los que jugaron a esta  macabra lotería, como para los que no) Tubo lugar una megaconcentración antinuclear como nunca antes se había dado en Cuenca.




Villar de Cañas, un pueblo de apenas 1000 habitantes, reunió alrededor de 5000 voces diciendo NO QUEREMOS CEMENTERIO NUCLEAR

Nosotras, junto con otros muchos amigos, estuvimos allí para demostrar a los políticos  que en Cuenca no existe consenso social en cuanto a la instalación del ATC en la provincia.

Además de decenas de autobuses que vienen de todos los sitios de la geografía nacional, queremos hacer una mención especial a los chicos de la ECO-MARCHA en burro, entre los que estaba mi hermano. Ellos salieron el día 8 de la localidad conquense de Mota del Cuervo, para recorrer andando, con una mula que carga los aperos, hasta Villar de Cañas a la gran concentración. En su caminar de esos días han estado dando charlas a las gentes de los pueblos donde pernoctaban sobre los peligros de la instalación del ATC en esta provincia.

Acerca de la situación financiera de la Municipalidad de Porteña [1]

Llevo tiempo sin actualizar el blog, tal vez por falta de tiempo, de inspiración o de ganas, o todo eso junto, pero... siempre aparece algo que mueve el ánimo de darle al teclado y exponer datos, opiniones o, como no es un blog especializado en nada, simplemente meterme en temas varios incluidas pobres incursiones literarias.

El motivo para esta serie viene dado por las repercusiones alcanzadas por las declaraciones del Intendente acerca de la posibilidad de declaración de emergencia económica, publicada en diarios regionales y en la página web de la FM libertad, a una referencia al pasar del conductor del programa Contacto Directo de hoy y a una intervención de un concejal de la oposición.

En este caso debo ser preciso sin que esa precisión afecte la comprensión del contenido ni siquiera por parte del más lego en estos asuntos.

Para escribir lo que escribo en esta nota y las que seguirán tengo a mi favor estos puntos: 
  • Llevo bastante tiempo observando, estudiando y pensando los asuntos de Porteña y su Municipalidad. 
  • Tengo sobre mi escritorio una carpeta titulada "Raíces", y en su interior están "Las 20 verdades peronistas" y "La Declaración de Avellaneda de la UCR de 1945", que son más compatibles de lo que muchos pudieran pensar y, ambos, compatibles con un libro muy antiguo y sabio muchas veces citado pero poca veces aplicado en cuanto a sus enseñanzas sobre los menesteres terrenales. 
  • Soy un vecino común y corriente, con un plus de conocimiento derivados de su profesión pero sin fanatismos partidarios intestinales. 

El concejal que intervino hoy en la radio tiene una invitación mía, formulada en ocasión del tratamiento del presupuesto 2012 en el Concejo Deliberante, a pasar por mi oficina a charlar sobre estos asuntos, sabe que encontrará a alguien dispuesto a informar y a escuchar sugerencias.

Este es un tema serio, importante, que afecta a toda la población y merece ser tratado con responsabilidad dejando de lado la fiebre de la campaña electoral y las dignidades ofendidas. Hacerse los "rulos" en reuniones de locales partidarios, en mesas de café, en charlas de asados o de esquina no aportarán sino ruidos, malos entendidos, confusión y malestar.

Es hora de pensar en Porteña.

Continuará.








Ahí va el Capitán Beto

Grupo de permacultura "Bosque de alimentos de Juan Antón"





Como nació el grupo de permacultura "Bosque de alimentos de Juan Antón", un grupo de amigos interesados en una forma alternativa de habitar el mundo.





Conocimos a Jesús López Reyes en uno de los encuentros de voluntarios de la ONG "Educación para un Mundo más Igualitario y Sostenible" (EMIS). Jesús acudió al encuentro invitado por un amigo cooperante para ver que se cocía en los adentros de nuestra pequeña ONG. 

En éste encuentro, uno de los puntos a tratar era buscar un enfoque más social a nuestro voluntariado en España. La gran mayoría de los voluntarios de EMIS desarrollan sus voluntariados en aula y algunos de nosotros, los que no somos educadores de profesión, nos pusimos de acuerdo para trabajar como voluntarios en otros asuntos como consumo responsable, sobre todo en cuestiones de alimentación y por ahí enganchar con grupos de consumo local y agroecológico.


Jesús llevaba tiempo haciendo sus pinitos en agroecología y justo en esos meses había empezado a meter la cabeza en algún curso sobre permacultura. Así, en uno de sus viajes en busca de conocimientos, cayó en la finca de Juan Antón. Fué allí donde saltó la chispa y comenzó a mover un gran encuentro en el que Juan Antón fuese el anfitrión, con la idea de generar un grupo de amigos conectados que nos diese la posibilidad de instruirnos de una forma agradable y gratuita. 

Jesús, contó con nosotras para mover la idea en nuestro entorno y hacer un gran grupo inicial. Así fue como nació el "Grupo de permacultura Bosque de Alimentos de Juan Antón" , que hoy ya cuenta con 172 socios y así fue como llegamos a Alzira a hacer nuestro primer curso de introducción a la permacultura.

Microcuento I


Eran tan sinceros, que incluso mientras dormían se miraban a los ojos.

Las tendencias en las presentaciones

Muy buenas estadísticas para reevaluar las presentaciones que hacemos:

http://www.slideshare.net/rashmi/slideshare-zeitgeist-2011/

Enjoy!

Suena Zappa

Suena Zappa. Eso no significa mucho. Es decir: a lo sumo representa una declaración, eso que los gringos llaman “self-presentation” y, tratándose de Zappa, podría significar: me creo un perro verde, en algún sentido superior al promedio, de paladar sofisticado y distante del gusto del rebaño, de mayor o menor actitud crítica, bastante cínico, dispuesto a afectar, sino experimentar, el goce de composiciones retorcidas y contraintuitivas. Etcétera.

Es decir, y como sea: suena Zappa. Este sería un buen momento para colar en este relato la noción de que la música de Zappa es como un caleidoscopio, el efecto más o menos vertiginoso de la salvia divinorum, algo de carácter interdimensional, pero la verdad es que sólo se trata de un cuento, una historia que comienza diciendo “Suena Zappa”.

Como en todo cuento que se precie, lo interesante sería desentrañar la circunstancia, la razón, el meollo, el quid de la cuestión. No obstante, un listado de palabras surge entre mis documentos y me obliga a distraerme de lo esencial, de lo vital, del pulso rústico de los cuerpos, del tren rojo y alocado del pensamiento y de la acción. Eso: sobre todo de la acción. Puesto que ¿qué pasa en este relato?

De momento, sólo sabemos que hay un hombre (aunque bien podría ser una mujer, lo que demuestra cuán poco sabemos) que está escuchando a Zappa. Aunque eso tampoco es necesario. Es decir: es probable que suene Zappa en un ambiente deshabitado o en presencia de un sujeto (hombre o mujer, Juan, Pedro, Marcia o Michi) incapaz de percibirlo o al menos apreciarlo, o, lo que es lo mismo, que lo oye sin escuchar. Eso, quizás lo sepan, es perfectamente posible: suena Zappa y para nuestro sujeto es como si un tremendo acorazado hiciera retumbar los siete mares con un estrépito calmo, con vibración tectónica, casi como quien dijera un silencio ciego.

O pasa un camión.

Entonces tenemos que ante nosotros se encuentra un hombre (o una mujer) para el cual la música de Frank Zappa es como el silencio que precede a la llegada del circo.

Luego, llega el circo.

El payaso pasa haciendo malabares con mandarinas. Detrás vienen tres elefantes de diferentes razas, uno grande, gris, africano, uno pequeño, más claro, asiático, y uno que no. Todos saludan con las orejas y avanzan aferrados con la trompa al elefante de adelante. Hay uno que no.

Nuestro hombre (o mujer), se levanta del lugar donde reposaba sin escuchar a Zappa, se acerca al balcón que a este fin implantamos de pronto a su disposición y desde allí agita la mano como despidiendo a un barco, como aventando penas, como escurriendo un cristal que de pronto se hubiera empañado por la pesada respiración de los elefantes, los payasos, la troupe de acróbatas que viene detrás haciendo piruetas y del grupo de mimos que de pronto se congela como si una fotografía de mica los retratara, impávidos, grises, altamente resistentes al calor. Inmediatamente, una jauría de caniches se desparrama alrededor de los mimos como bolitas de mercurio en dos patas y con colitas ridículas.

Los mimos  permanecen en sus lugares. Devenidos mica, quedarán allí, tal vez por el resto de la eternidad, o lo que quede de ella. Nuestro hombre (o mujer) los mira a los ojos. Advierte allí nuevamente el silencio ciego que es como el tronar de un acorazado que perturba la quietud abisal de los siete mares y se le revela entonces: El Vacío.

Pero no es capaz de aprehenderlo. Así como nuestro hombre (o blah, blah) es inmune al sonido de Frank Zappa, el vacío es para él la quintaescencia de lo imperceptible y pasa a su lado como un ángel en un oasis de amapolas. El acceso directo a la experiencia mística que le revela el vacío le está vedado. Con todo, no está privado de esperanzas: nuestro hombre/mujer (tache lo que no corresponda) puede aún acceder a variados y exquisitos textos que por interpósita mediación, a través de una aciaga metaforicidad, le señalen el nudo, el centro, el hueco inasible de lo que no tiene nombre y no puede nombrarse, vale decir: El Vacío.

Tal vez nuestro sujeto (Juan, Pablo, Haydée, Carmina o Burana) se aproxime al estadío de la iluminación y todo esto (la ignorancia de Zappa, la llegada del circo, el saludo a los mimos que parecen fotografiados en mica) no sea sino el prólogo, el antecedente, el prolegómeno necesario para avanzar un paso hacia, bueno, hacia algún lado que por definición no es este.

Cantará un himno. Hare Krishna, Hare Krishna, Krishna Krishna, Hare Hare, Hare Rāma, Hare Rāma, Rāma Rāma, Hare Hare. Ayunará. Velará. Levitará. Caerá en picada y se dará de trompa contra el piso con la contundencia de cincuenta ícaros desgraciados, se partirá dos dientes y le quedará el tabique desviado (un poco a la izquierda).

Con el rostro hinchado, nuestro sujeto indagará los murales de Siqueiros, la filmografía de David Cronenberg, la Ética de Spinoza y llegará a la conclusión de que no ha entendido un carajo.

Se sentará nuevamente en su cómodo sofá (marrón) y cantará una canción que dirá más o menos así: "Gib zu mir etwas Fussbodenbelag / Unter diesen fetten fliessenden Sofa".

Luego, no pasará nada. Advendrá una vez más el silencio (ese, que es como un acorazado que blah, blah, blah, blah) y pensará: “¿Qué se puede hacer salvo ver películas?”. Pasará entonces a frecuentar clubes cinéfilos. Como nuestro hombre (o mujer) aún tiene de si mismo una visión aristocratizante, se dedicará especialmente al cine ruso o de Europa del Este que, es bien sabido, no mira nadie ni siquiera en Europa del Este.

Concluirá, en consecuencia, que ha perdido el rumbo, el tren, que le ha pifiado a todos los horarios, que se le ha ido la oportunidad evidente de apresar Aquello, eso que en Pulp Fiction brilla desde el interior escamoteado de un portafolio.

Como sea, un esquema se dibuja. Recapitulando: tenemos un hombre (o, está claro, una mujer; esta historia no hace diferencia de género) que se encuentra perdido y confundido y realizando un ciclo vital que de alguna manera supone la intuición de un Más Allá que, cual el consabido horizonte, se escapa. El personaje entonces realiza un periplo que, aparentemente, se prepara con la audición de la música de Frank Zappa, la cual no lo afecta, y se desencadena con la visión de un grupo de mimos que permanecen inmóviles como en una fotografía de mica y cuyos ojos le manifiestan oscuramente el vacío, revelación que no logra aprehender y lo lanza a la adoración de Krishna primero y a una búsqueda desesperada por todo tipo de superficies tales como textos o películas después.

Es entonces que lee El Fiord. ¡Para qué! Habiéndose asomado al pavor y la violencia, nuestro sujeto gritará como un conejo enloquecido y escapará corriendo por el living comedor. Saldrá al balcón aquél que convenientemente implantáramos a su disposición y saltará, presumiblemente, al vacío, que, vale aclarar, no es El Vacío, sino otra cosa mucho más prosaica. Sujeto afortunado: por arte de magia decidimos que su balcón se encuentre a escasos y melifluos 70 centímetros del suelo, con lo que su carrera (loca) apenas se verá perturbada.

Perderemos de vista a nuestro sujeto. Eso es necesario, sino no sería posible explicar que súbitamente comencemos a recibir correo de su parte. Nos dice:

“Queridos amigos. Les escribo desde tierras inhóspitas y distantes a las que he sabido llegar impulsado por el pavor que me fuera provocado por Osvaldo Lamborghini. Demostré el pavor de una manera peculiar y no he sabido burlarlo: aún me lame los pies con fidelidad canina y me despierta por las noches. Procuro hacerme una vida ejerciendo oficios actuales y antiguos, tales como el diseño de aplicaciones móviles y la caligrafía china. La crisis económica es terminal, tal vez lo sepan por la prensa. Aquí, los jóvenes se suicidan en masa a la espera del final de los tiempos y los viejos simplemente esperan, más sabios, más resignados, tal vez apenas más débiles o simplemente privados ya de toda voluntad. Yo hago lo que puedo. Espero que el navegador no se cuelgue mientras escribo. Tiene esa costumbre. Mi PC apesta. Bueno, en realidad ni siquiera es mía. Me la presta el cocinero de la pensión donde vivo. Es un viejo hippie con pretensiones budistas. Le conté de mi pasado Hare Krishna y eso le simpatizó. Me hace comida macrobiótica, o al menos vegetariana. O al menos no usa carne y pone mucho curry. No está mal. El curry cansa, eso sí. Y extraño la carne. Hoy encontré un restorán argentino. No saben: hacen mollejas al cava. Me metí y las probé. Me costó caro, pero son lo más parecido a la gloria que he conocido en materia gastronómica. Algún día tendrán que ceder al pavor y venir a estas tierras inhóspitas y distantes. Yo los llevaré al restorán argentino que hace mollejas al cava. ¡Ahhhh! ¡Ya me dirán! Bueno, les mando saludos, especialmente para esa chica que extraño y deseo por las noches cuando el pavor me lame los pies y me humedece.

Besos.

Juan, Pedro, Marcia o Michi”

Y así pasará el tiempo. Años, pasarán.

En semejante plazo, los largos años de una vida, es más que factible encontrar lugar para que un personaje escuche mp3, utilice scanners, aspire cocaína,  compre una nueva alfombra y redecore su cuarto, conciba un nuevo género lírico-narrativo, vea alguna noche, solo o en compañia, la película American Horror Story, se enamore de una mujer y la abandone. Las vidas humanas tienden a ser banales.

Pero los detalles nos parecen de mal gusto y no tenemos la paciencia de Roberto Bolaño para urdir vidas enteras en un solo cuento. Lo último que sabremos de nuestro personaje (hombre o mujer, a los fines de esta historia es indistinto) es que conseguirá empleo en una empresa de Silicon Valley como diseñador de tipografías y ya no buscará eso que brilla desde el interior escamoteado de un portafolios.

Muerte, no te envanezcas



“Muerte, no te envanezcas aunque te hayan llamado
poderosa y terrible; pues tú no eres así,
ya que aquellos que crees por tu fuerza abatidos,
no mueren, pobre muerte, ni a mí puedes matarme.
Del descanso y el sueño, que son imagen tuya,
fluye mucho placer; entonces mucho más de ti
ha de venir, y muy pronto nuestros hombres mejores
van contigo, descanso de sus huesos, libertad de sus almas.
Esclava eres del destino, del azar, de reyes y desesperados,
moras con el veneno, con la guerra y los males,
también puede la amapola y la magia dormirnos,
y mejor que tu golpe; ¿y por qué te envaneces?
Pasado un breve sueño despertamos eternos,
y ya no habrá más muerte, tú morirás, oh muerte”.
John Donne


En recuerdo del fallecimiento de un gran hombre, padre, esposo y amigo.
Para J.C. que en paz descanse.

"...y en la espera vagamos, indiferentes..."

Oye el sonido del agua cayendo en la ducha. Va al minibar. Se sirve un ron. Sin hielo. Busca el atado entre las botellas. No está. Palmea los bolsillos del pantalón y recuerda que ha dejado los cigarrillos en el saco. El saco está doblado, colgando del respaldo de una silla, al otro lado del cuarto. Al pasar frente a la puerta abierta del baño, ve claramente la sombra de Berenice proyectada contra el cristal esmerilado de la mampara de la ducha. Ama la idea del agua jabonosa escurriéndose entre sus tetas. El inequívoco cosquilleo que antecede a una erección lo complace. Llega junto a la silla. Encuentra el atado en el bolsillo interno del saco. Saca un cigarrillo y el encendedor. Golpea el filtro del cigarro contra el encendedor dos, tres veces. Luego, lo prende con una larga y profunda pitada. Suelta el humo bruscamente, creando un aura descompuesta y atolondrada alrededor de su cabeza. Mira por la ventana. El río se ve tan plácido y la noche tan serena. Abre el ventanal y entra una ráfaga de aire tibio. Con el cigarro entre los labios, va a buscar el sillón rojo que está junto a la cama. Lo acomoda frente al ventanal y vuelve sobre sus pasos para buscar un cenicero que ha visto entre las botellas. Pero al volver a pasar frente a la puerta abierta del baño, ve otra vez la sombra de Berenice proyectada contra el vidrio y se detiene. Se queda mirándola. Está quieta, con la cabeza gacha, dejando el agua correr por la nuca. Un vaho denso de vapor de agua se ha acumulado contra el techo del baño y empieza a bajar para escapar por la puerta. La sombra de Berenice se ve lánguida, apenas asimilable a ese cuerpo de mujer que él conoce bien y que ahora es apenas la sombra de un recuerdo, la sombra. Aspira el cigarro, que se consumía olvidado entre sus labios, cuando el inequívoco cosquilleo que precede a una erección le recuerda que está fumando y le impone la obligación de hacer algo. Se palmea los muslos como quien se sacude una inercia y mueve la cabeza a ambos lados. Sigue hasta el bar, agarra el cenicero y vuelve al sillón que ha dispuesto frente al ventanal. No se detiene frente al baño, pues no lo necesita para saber que Berenice sigue inmóvil bajo el agua. Conoce esa costumbre. Permanecerá así larguísimos minutos. Acomoda el cenicero en un posabrazos del sillón y sacude las cenizas. Recuerda el ron servido. Deja el cigarro en equilibrio en el borde del cenicero y cruza una vez más el cuarto para buscar su vaso de ron. Parado junto al minibar, casi de espaldas a la puerta del baño, prueba el trago. Le resulta innecesariamente agresivo y le agrega hielo. Vuelve al sillón. Aún no se sienta. Permanece junto a la ventana, mirando el río, degustando el ron (seco, siete años), escuchando el agua de la ducha golpear el cuerpo de Berenice, la loza de la bañadera, el cristal esmerilado. Se queda unos instantes absorto en el humo del cigarro. Luego vuelve a mirar el río. Parece tan calmo, tan quieto, tan mudo. Una camioneta negra llega desde el puente que conecta la isla por el sur y se detiene en la costanera. No ve bajar a los dos tipos que unos instantes después adivina por las brasas rojas que se encienden junto al vehículo. Se acerca al sillón y agarra el cigarrillo. Le da otra larga pitada y vuelve a expulsar el humo bruscamente. Finalmente, se sienta. Siente casi un sobresalto cuando advierte que el ruido del agua se apaga. En la oscuridad del cuarto, escucha la mampara deslizarse y abrirse. Berenice sale de la ducha.

Cierra los ojos. Proyecta en el cristal (esmerilado) de su mente una sombra del cuerpo de Berenice, tal como otras veces lo ha visto saliendo de la ducha. Su marioneta acompaña, supone, los movimientos casi rituales de Berenice, el pie derecho alzándose primero para sortear el borde de la bañadera, la mano izquierda estirándose para alcanzar el toallón mientras la cabeza se inclina a la derecha, arqueando el torso, para que el pelo negro y largo, empapado, cuelgue liso y pesado y escurra y pueda envolverlo con el toallón al mismo tiempo que endereza el torso y revuelve la toalla con ambas manos, que despliegan inmediatamente el paño para bajarlo por la espalda, envolver el pecho, secar los senos, el pliegue entre los senos, el abdomen, el vello de la entrepierna y luego el muslo derecho, que se levanta un poco mientras el pie se apoya de puntas en el suelo, para cambiar a la otra pierna, el mismo gesto, el mismo apoyarse en la punta de los dedos. En el momento en que el avatar de su mente toma el secador de pelo, el ruido de la máquina, desde el baño, le confirma la exactitud de sus recuerdos. Berenice se seca la cabeza moviendo el secador en círculos con la mano derecha, mientras la izquierda abre el pelo en hebras para facilitar el paso del aire caliente. Aunque lo espera, el silencio que sobreviene cuando Berenice apaga el secador lo sobresalta. Escucha el click de la llave de luz y la oscuridad en el cuarto es entonces absoluta. Él no se vuelve para ver a Berenice salir desnuda del baño. Le basta con saberla. Ella no dice una palabra y se le acerca. Le acaricia el pelo y le saca el cigarrillo. Aspira casi con el mismo ansia que él, pero expulsa el humo de manera más suave, empujándolo hacia arriba, en una bocanada larga. Le devuelve el cigarrillo, ya casi apenas filtro. Se acerca a la cama, donde está su ropa de ayer y de antes de ayer. Y de antes de antes de ayer. Se viste.

-¿Estás lista?- pregunta él, rompiendo el silencio.

-Si- le contesta ella.

-Dos matones de tu marido nos esperan afuera.

-Vamos- le dice Berenice.

(...) fue mejor







Estado: nada navideña | Escuchando: Little Thing (Oh dear Vegas) | Leyendo: El Valle del Viento Helado II: Ríos de Plata (R. A.  Salvatore)

No es un pensamiento para la época pero... a veces de verdad siento que todo pasado fue mejor... y no soy de las que sienta sin buscar. Comienzo a desear y, por lo general, según mi experiencia, siempre consigo aquello que deseo. Y ahora estoy deseando ese pasado.

Si el presente no cambia, el pasado me llevará a la locura.
Y sólo estamos yo, el deseo, y la razón que por ahora me sostiene en pie... pero al borde del abismo.


Erliann.

JoJoJo Feliz...!! ya saben :)


                               ¡¡Se acerca Navidad!!


¡Es super increiblemente extraño como pasa el tiempo, pues ya hemos llegado a una de mis épocas favoritas del año! Lástima que esta lo pasaré estudiando para una prueba, en lugar de estar tratando de engañar a mi hermanita con que esa luz que ve en el cielo, esa, sí, justo esa, es la patita del reno Rodolfo, o la intermitente del trineo del viejito (que a todo esto, es una clara publicidad al comunismo: Da a todos por igual y anda de rojo xD)


 ¡¡Pero no importa!! Lo genial de la Navidad adivinen qué es: No, no las versiones navideñas de todas las princesas de Disney (aclaro: mi hermanita tiene 11 años, entiéndanme) lo genial es que todas las personas se unen y aparecen frases clichés (como la que ya dije) y actitudes clichés, porque la Navidad es un gran cliché, pero que todos están dispuestos a vivir porque es linda. Y hace feliz.


Por eso espero que ustedes, queridos bloggers y lectores en general, tengan una hermosa Navidad, de la forma en que sea que la celebren; solos, con amigos, con pareja, sin pareja, con familia, con la abuelita, con el gato... con Cuevana xD



Es mi más sincero deseo!! 
Con cariño y espíritu navideño, Erliann.


F    E    L    I    Z       N    A    V    I    D    A    D       A       T    O    D    O    S



I Semana conquense por el consumo responsable

Charla "Formas de consumo responsable"
(Salón de actos de la Delegación de industria)


En diciembre del 2011, aprovechando que se avecinaban las fechas navideñas, surgió desde el 15M conquense la posibilidad de llevar a cabo la I Semana Conquense por el Consumo Responsable.








Sábado 17 de diciembre. 
I Encuentro del colectivo EA Cuenca en el Centro Social de
San Antón
Presentación del colectivo de economía alternativa “EA Cuenca”.
EA Cuenca es una red local de intercambio con moneda social (El Copón). Dentro 
de la red se puede comprar, alquilar o contratar cualquier servicio o producto 
que otro miembro ofrezca, generando entre todos una economía alternativa
al euro.(más información sobre  EA Cuenca en blog ea-cuenca.blogspot.com o en
la web 
http://letscuenca.0fees.net/eacuenca/ ).

La presentación del colectivo constará:
-  Mercadillo del Copón. En el que podéis participar trayendo tus cosas para cambiar o vender en euros y copones
-    Talleres de explicación del funcionamiento de EA Cuenca
-     Comida popular. A la que cada uno aportará algo
-    Otras actividades

Domingo 18 de diciembre. 
Charla sobre transnacionales en latinoamerica (pub El Círculo)
Pub “El Círculo”. Video-debate “Quien tiene el dinero, tiene el poder
- Videoproyección del corto “Historia de las cosas.
- Charla-debate sobre Transnacionales. A cargo de Gabriel Arellano, miembro de la ongd EMIS (Educación por un Mundo Igualitario y Sostenible).

Martes 20 de diciembre. 
Salón de actos de la Delegación de Educación (frente a biblioteca pública). 
Charla-debate“Formas de consumo responsable”.
 Participan en la charla tres representantes de colectivos de consumo alternativo.
-  Germán Ferrero, de “El Rincón lento” de Guadalajara.
-  María Andrés, como consumidora en el grupo “Pisto ecológico” y 
como productora ecológica en "Despensa natura" de Cuenca.
-  Un integrante de “Carro colectivo” de Cuenca.




.::: Carata para mi Hija/o :::.



Querida/o Hija/o:

Te quiero contar que HOY ES UN DÍA ESPECIAL, pues la U va a jugar su partido mas importante en la historia y me gustaría que estuvieras aquí, junto a mi para disfrutar de este lindo momento.
También quiero contarte que al igual que tu, nacimos años después de que el Ballet bajara su última estrella, Somos de esa generación que tuvo que esperar realmente 25 años para bajar otra, los que lloramos cuando bajamos a segunda esa tarde de lleno completo en el Nacional, los que hicimos el viaje al Salvador en un bus que recién cuatro días después volvió a Santiago y luego otro día mas a Concepción, los que sufrimos con la quiebra fraudulenta del Club, los que celebramos los primeros y los últimos goles del Matador, los que vimos nacer la Leyenda de Diego "Goku" Rivarola y que Pese a los años, el romance permanece intacto y se que no hay bullanguero en esta tierra que no envidie todo lo que hemos vivido, hoy no serán solo 11 jugadores, seremos millones que soñamos con romper la historia, por eso hoy a los jugadores les decimos: A mojarla más que nunca, por esta gente que estuvo en las buenas y en las malas, por el 89', por el 96', por el 2006, por los que ya no están y por los que estarán ( como tu ).
Porque no estamos acostumbrados a esto, ya que somos realmente hijos del rigor, lloraremos de alegría, por que el pueblo azul puede tocar el cielo y estar donde nunca hemos estado.
Y si nos toca perder, que todos sepan que esto no es una moda, no es una solo una copa, no es solo un año ; ES UNA VIDA ENTERA, un sentimiento.
Nunca hemos pedido copas, ni triunfos, nuestro canto va más allá, nuestro canto es por el sacrificio, por mojar esta hermosa camiseta y hoy 14 de Diciembre del 2011 gritaremos más fuerte que nunca DALE LEÓN, Porque este sentimiento nunca se va a terminar.
Sientan jugadores, que pase lo que pase hoy, ya estamos orgullosos, porque nunca había visto a mi equipo jugar de esta manera.
Hoy y como siempre... VAMOS LA U CARAJO, por que hoy hijo mio, es un día especial...

Una de clausura

1938, 13 de agosto. San Ponciano, Papa y mártir.

Antes de Vísperas

Llueve. Tenía grandes planes para hoy por la tarde, pero el Señor ha querido desencadenar una lluvia no muy fuerte pero persistente. Habrá que acatar Su voluntad y recogerse en oración, puesto que no es posible salir a hacer obras.

O, tal vez, Él quisiera que hoy saliéramos a predicar bajo la lluvia para dar testimonio de fe. ¡Señor!, ¡a veces es tan difícil interpretar tu Voluntad!

Sor Ludovica llama a Vísperas. Me dispongo a orar.


Después de Vísperas


Durante la oración he cometido un curioso error con el Padrenuestro. He dicho “y perdona nuestras vidas, así como nosotros...”. Pienso que el Señor me llama a meditar sobre algo con ese error. No es que otorgue crédito a las enseñanzas de este judío alemán acerca del cuál no sé más que las anatemas lanzadas en su contra por el Padre Antonio, pero he comprendido que es mi vida entera la que me hace merecedora del castigo de Adán.

Pido perdón al Señor de los cielos si con este pensamiento he dudado de las enseñanzas de la Santa Iglesia. Temo haber incurrido en herejía.

Espero conversar de esto mañana con el Padre Antonio, durante la confesión. Es que siento que con mi vida no he honrado suficientemente la misión que el Señor tenía prevista para mí. No he sido madre, no he sido esposa, no he hecho de mi vida un camino abnegación. Aún estoy a tiempo de consagrarla a la oración y la penitencia y al servicio a los pobres.

Pero temo que no he honrado tampoco mis votos.  ¿Acaso dudo de mi fe?

Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. ¡Dios mío!


Retomo la escritura luego de orar. No pude refrenar el impulso de arrodillarme sobre el suelo frío para mortificar la carne. Nunca es suficiente. Sin embargo, sospecho de la vehemencia con que me arrojé en oración.

¡Dios mío! ¡Cuántas pruebas nos trae el día a cada hora! ¡Qué vigilante el espíritu debe permanecer para mantener lejos la duda, la pasión, la tentación!

Sor Ludovica llama a cenar. Tengo hambre. Otórgame, Señor, mesura en la mesa y un caldo bien cocido.


Antes de Completas

Vengo ahora del refectorio. Agradezco al Señor las papas crudas que nos sirvió hoy Sor Inés. ¡Ay, mi Dios!, sé que no debería utilizar este lenguaje irónico y que debería ser piadosa con la torpeza de Sor Inés, pero es que toda esta semana ha sido igual. Todo el convento acusa los efectos de las papas crudas. Pido al Misericordioso que perdone la desidia de Sor Inés, pero sobre todo le pido que la ilumine en el cumplimiento de sus deberes. Que cocine las papas como Dios manda.

¡Ay Dios! Pido también perdón al Altísimo por mis palabras.

Debo tal vez leer los Evangelios para aquietar mi espíritu.


Sor Ludovica llama a Completas. Interrumpo la lectura de los Evangelios y me dispongo a orar.


Después de Completas

En mis intenciones de hoy, he orado por Sor Inés y he pedido perdón por mis pecados.

Hoy la hermana Albertina anunció que dejaba el convento y los hábitos. No ha querido dar explicaciones y la Madre Superiora cubrió su vergüenza con un piadoso manto de silencio, pero todas sabemos que la hermana Albertina ha cedido a la tentación de la carne. ¡Señor! ¡Los medios del Malo pueden ser tan evidentes! ¡El carnicero! Sor Inés no cocina tanto estofado como para requerir los servicios del carnicero tres veces por semana. La hermana Albertina lo recibía y se quedaba con él largas horas, que me perdone el Señor si exagero, en el locutorio. No puedo decir que los haya visto jamás comportarse en modo inapropiado, quiero decir, no es que los haya espiado, Dios no lo permita, pero, ¡Señor!, han pasado ahí muchas horas a solas. No sé por qué la Madre Superiora tardó tanto en someter los encuentros a estricta vigilancia. ¡Ya lo maliciaba yo desde mucho antes! ¡La hermana Albertina es tan joven! Y el carnicero, a decir verdad, tan buen mozo.

¡Señor! Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.


Después de Maitines

Estoy nuevamente en mi celda. Me ha traído la hermana Josefina. Dice que me halló helándome bajo la lluvia. Aparentemente, me he desvestido y he corrido desnuda por el claustro. Cuando la hermana Josefina me encontró, dice, estaba yo repitiendo maníacamente el Padrenuestro. ¿He sido poseída, Señor? Sin dudas que mi intención ha sido nuevamente mortificar la carne con el frío, pero no logro recordar nada. ¡He repetido el Padrenuestro! Dijo Nuestro Señor Jesucristo: “Cuando recéis no uséis muchas palabras”. Lo sé, lo sé, lo sé. De memoria, lo sé. Está en Mateo, 6 7-15. Pero dice la hermana Josefina que no podía detenerme. Ha debido propinarme unas buenas nalgadas para hacerme volver en mí. Testimonio son mis posaderas enrojecidas. Ella me besó y cubrió de amor a Dios para aplacar mi espíritu atormentado.

¡Señor! ¡Cuánta Gloria en el amor de nuestras hermanas, cuán piadosos corazones habitan esta casa!

Es muy tarde. Debo otorgar descanso a mi cuerpo y a mi alma. La hermana Josefina me ha prometido no informar de los acontecimientos a la Madre Superiora. Temo que se esté condenando.

Antes de dormir, rezaré por ella y por su alma.

Remedios para el dolor

“...como si Dios nos hubiera dado
a cada uno un círculo a llenar. A mí, con esto –y levantó la
trompeta–. A usted, con lo que sea –se interrumpió–. De qué trabaja usted.”

Noche para el Negro Griffiths, Las panteras y el templo, Abelardo Castillo.


-Si no te gusta, andate.

Ahí estaba yo, con todo mi mal genio de cuarentón divorciado, echándola.

En resumen: que había empezado a venir sin llamar, que ya se había dejado un cepillo de dientes, que tenía varios pares de aros tirados en mi mesa de luz, que ya había asumido la responsabilidad de mantener la heladera provista de queso blanco y sin sal. Hasta ahí, vaya y pase.

Pero hoy había hecho una sugerencia inaceptable.

- Esa trompeta... ¿podrias meterla en el estuche y sacarla del medio, no? Si al final yo no te he visto tocarla jamás.

Punto final. Es asi, uno lo sabe. Como que a uno le ha tocado estar del otro lado y ser el infeliz que dice exactamente la frase que informa al otro que nada de eso tiene sentido: que no tiene swing. Esta vez, le tocaba a ella.

Fijate, boluda, pensé, o casi ni pensé, sí, a veces toco esa trompeta. Normalmente, cuando vos no estás, fijate. Pero además su presencia ahí, de pie en ese aparador, junto a los libros, o tirada sobre la mesa del comedor, entre las migas, es un testigo, un testimonio. Un recordatorio de mi tiempo perdido. Debe estar ahi para que yo no pueda olvidar.

En cambio, fui más sintético:

-Si no te gusta andate.

-Mirá que sos pelotudo- fue su reacción.

-Más a mi favor. Andate y listo.

-Solo, te vas a quedar.

¿Pero no ves que ya estoy solo? ¿Que hace años que estoy solo y que tu presencia, tus gustos decorativos, tus manías alimentarias, las tuyas o las de cualquier otra, no van a cambiar eso? Yo ya sé que estoy solo. Hace rato que sé que estoy solo. No es que me haya sido fácil de aceptar, pero ahora lo comprendo. Lo sé desde la primera mañana a solas con las pesadillas de la víspera, con mi mujer todavía al lado, desde la primera noche después de mi divorcio, desde que la nena me preguntó qué era morirse.

La hice más corta:

-Por eso, haceme el favor y andate.

Después que se fue, saqué la basura, puse música de Youtube y me fui a dormir.


Jonasa







Estado: en paños menores | Escuchando: All Yours (Metric) | Leyendo: NADA! (soy una floja) | Viendo: Camelot

La foto lo dice todo. Apenas vamos a mitad de primavera y me siento un misero pollo frito... si necesito dinero creo que KFC compraría algunos de mis órganos... agradezco que hoy almenos tuve libre, porque andar de uniforme en mi práctica de consultorio rural bajo el solaso... gracias pero no.

Da igual... me siento como Jonás. No sé en qué día estamos, ando perdida... ¿es jueves cierto? 
Antes a estas alturas ya estaba en mi casa y buscando trabajito de verano. Pero ahora es re diferente, si no fuera por los adornos de los centros comerciales no sabría que viene navidad. Mátenme por favor.

Por eso soy Jonás.
Estoy dentro de un gran pez llamado rutina, y le falta mucho para vomitarme en la Tierra de Vacaciones.
Esperaré pacientemente a ese día... 

God!!! que sea luego.
Quizás estas vacaciones tengo suerte, me inspiro e invento la noche eterna :)
Odio el sol.


Con calor, Erliann.

EA Cuenca, colectivo de economía social con moneda complementaria



Qué es y como vio la luz el colectivo de economía alternativa con moneda social EA Cuenca.


Después del taller sobre economía solidaria que se dio lugar en la Semana de la economía en el 15M conquense, se generó un grupo inicial de gente interesada en darle forma a un colectivo intercambio en Cuenca.




En un principio pensamos en un banco del tiempo, pero por un lado sabíamos que en Cuenca ya hubo un intento de banco de tiempo que terminó por desaparecer y por otro lado, el sistema de tiempo nos limitaba un poco, puesto que si el intercambio se hace en horas de trabajo, dejábamos fuera a todo el que ofreciese productos o alquileres a la comunidad. Por ejemplo, cuantos tomates equivalen a una hora de masajes. Por eso pensamos que era mejor cambiar el intercambio de "horas", por una moneda social que albergase cualquier tipo de transacción (servicios, alquileres y productos). Tipos de intercambios

Con esa idea empezamos a trabajar, documentándonos y preguntando a otros grupos que trabajasen con moneda social y EA Cuenca (Economía Alternativa Cuenca) y el Copón, como moneda social conquense, fueron tomando forma.


Mercadillo del Copón, donde todos los productos se venden
moneda social
Rafa, nuestro informático - un tío rico en copones porque ha trabajado como un campeón - modificó para ajustarse al enfoque de EA Cuenca, la aplicación informática LETS (software libre) Un programa ideado para bancos de tiempo en el País Vasco, pero que con sus retoques ha quedado como banco digital de todas las transacciones de nuestro colectivo. Pincha aquí para acceder a nuestra base de datos de transacciones, desde la cual te puedes dar de alta como usuario de la red de intercambio. Nadie que no sea un usuario registrado de la red puede ver los contenidos privados, pero una vez que te has dado de alta, el sistema es un banco completamente transparente que te deja ver todas las transacciones realizadas durante este año de vida de EA Cuenca.
Rafa, nuestro informático, lidiando con la prensa local

Nos queda mucho recorrido por hacer, pero este tipo de economías locales, son una gran alternativa a la crisis económica que estamos viviendo, haciéndonos ver que la mayor riqueza de una comunidad son las capacidades de sus componentes y no el dinero del que se dispone, como nos han hecho creer durante mucho tiempo.


 Listado de ofertas de la red de economía alternativa


Primer Libro







Estado: mucho estudio pero feliz! | Escuchando: Manda una Señal (Maná) | Leyendo: Armonía Rota (Barbara Wood)

Siempre he estado rodeada por libros, los busco y ellos a mí.
Primero en mi casa.
Luego en el PC.
Es increíble que el primer libro que compré fue un Harry Potter y la Piedra Filosofal que vi a la venta en la ventana de una casa, hace unas semanas... importante hecho, dado que fue el libro que me hizo la come páginas que soy (a mucha honra).

Pero hoy ha sido especial. He comprando un libro nuevo, el cual pude desenvolver y oler. Mío, mío, sólo mío. Nuevo. Virgen. Me sentí en las nubes,... justo ahora lo veo en mi escritorio y me alegro nuevamente.

No puedo esperar a terminarlo y comprar otro.

Erliann.

Una señal

He conocido personas muy vulnerables, aquellas que viven con el dolor sobre los hombros, con heridas en sus frágiles almas. Personas que un día abrieron sus ojos a sus propios mundos, y están demasiado perdidos para notar el paso del tiempo o cualquier cosa que está mas allá de todo eso. He conocido personas que ponen incómoda a la gente, personas que sonríen y viven por cosas que son secretos que ellas y sólo ellas conocen. He conocido a estas personas, les he hablado, las he tocado y las he acompañado por sus viajes. Y agradezco que, aún sin conocerme, con el temor de no saber si las dañaría o no, me hayan dejado estar con ellas, cantar, bailar, jugar y reírme.

La semana pasada estuve con pacientes psiquiátricos... no fue la primera vez, sino la segunda, pero esta fue la vez en que un cambio se generó en mí. Esas personas, cada una con un problema distinto, con un mundo distinto y secreto al que aferrarse, fueron parte de mi vida. Hay algo que no puedo explicar, creo que es emoción, y siemplemente eso. Emoción porque entré vacía de alma y llena de conocimientos, y salí llena de conocimientos sobre el alma. Y con una canción que siempre me recordará a la mujer más jovial que he conocido.



Ellos quedan allí y yo avanzo, ahora a un nuevo lugar, con nuevas perspectivas y nuevos desafíos. Espero que sea interesante.

Erliann.

Día de los muertos

Ya sé, me van a decir que exagero, que manipulo los hechos, que enmiendo, corrijo, que busco el efecto. Pero les juro (por Todos los Santos, pulgar e índice en cruz sobre los labios) que lo que les voy a contar corresponde a la verdad, que hoy, a las siete y media de la mañana, el remisero que me llevaba a la parada del micro, sin que viniera a cuento de nada, porque sí, por mera necesidad de desahogo, me dijo que estaba mal por su padre, por lo que había pasado con su padre, que se había ido a Mar del Plata, que se había metido en el mar. Que no había vuelto a salir. Que sufría acúfenos, esa enfermedad del ruido permanente en los oídos, que tenía 82 años y que estaba harto, que no lo soportó más. Se fue a Mar del Plata y se metió en el mar. Y no salió.

Y es así como se los cuento, les juro (por Todos los Santos, pulgar e índice en cruz sobre los labios), que por si no bastara ese asomarse de la Parca, recién, hace un rato nomás, el taxista que me traía de vuelta a casa, a cuento de nada, por mera necesidad de desahogo, me contó de su mujer, del accidente cerebrovascular a miles de kilómetros, de que tuvo que traerla, con una pierna paralizada, de los 7000 pesos que le cobraron, que la plata no importa. Que la operaron, que ella no quería que la operaran, que no quería que él firmara la autorización. Que la operaron igual, que si no la operaban se moría, o quedaba en silla de ruedas. Que después de la operación él la vió bien, dormida, pero bien, respiraba, y que al otro día todavía dormía, y al otro y al otro y que le dijeron que era por los sedantes, para ayudar al cuerpo a recuperarse y que se murió al día siguiente. Que la hizo cremar. Que le compró una cajita y que ahora está con su madre, que ahora descansa en paz. Que ya pasaron unos días pero todavía no abrió el ropero. Que lo va a hacer uno de estos días, con su hija.

Es así, les juro, como les cuento. Una de esas cosas que se cuentan creyendo que así uno se libera de ellas.



A la memoria de mis muertos queridos.

Sozinho - Solo

Como anillo al dedo.
Cuando la escuché el viernes gentileza de Mariela no supe qué decía.
Hoy busqué los subtítulos y resulta que se parece  a mi diario vivir últimamente.
Sozinho. Caetano Veloso.


A veces, en el silencio de la noche
Me quedo imaginándonos a los dos
Me quedo allí soñando despierto, juntando
El antes, el ahora y el después.
¿Por qué me dejas tan libre?
¿Por qué no me sigues los pasos?
Me estoy sintiendo muy solo.

No soy ni quiero ser tu dueño
Es que un cariño a veces cae bien
Tengo mis deseos y planes secretos
Que abro para tí y nadie más.
¿Por qué me olvidas y desapareces?
¿Y si me interesara por alguien?
¿Y si ella, de repente, me gana?

Cuando nos gustamos
Es claro que nos cuidamos
Dices que me amas
Sólo que es de la boca para afuera
O me engañas
O no estás madura
¿Dónde estás ahora?

Una de facinerosos

Araujo, querido, qué semana del orto. Este laburo de mierda, qué te voy a contar. El lunes me agarró una contractura de esas que te matan. La cuestión es que tenía un mareo que no podía ni pensar. Peor que borracho, todo el tiempo. No se puede laburar así, podés hacer cualquier cagada, viste. Ya me pasó una vez. No me podía ni parar. Dicen que son las preocupaciones. Esta vez, no perdí tiempo y me empastillé de una, y ayer fui ver al Tordo.

Resulta que tengo el cuello rígido y un principio de artrosis. Qué mierda. Artrosis es enfermedad de viejo. ¿Estoy viejo, Araujo?

La cuestión es que no pude ir a hacer ese laburito que te dije, viste. Yo creo que el Roto me va a salir a buscar a mí. Decí que tuve tiempo de avisarle a Karpasczy. El polaco ese es bueno, no se le escapa ni un cliente, pero siempre deja todo muy enchastrado, llama mucho la atención y después el Roto se tiene que andar bancando los titulares "Triple crimen en Pereyra: ¿mensaje mafioso?". Si dan ganas de mandar un anónimo y decir "si, boludo, qué te pensás que es, ¿un libro de versos?".

Pero claro, al Roto no le hace gracia el chiste. Es muy serio. Le gusta más como laburo yo. Dice que lo mío es más "quirúrgico". Le gustan esas palabras, al Roto. Pero imaginate, con el mareo que tenía la semana pasada a ver si me queda alguno boqueando o me la pegan a mí, qué se yo. Yo no podía. Y Karpasczy aceptó un cincuenta; después de todo, era laburo mío. Un cincuenta está bien, ¿no? ¿Vos decís que me zarpé? No creo, un cincuenta está bien. Creo. Por ahí un sesenta. Ya está, el laburo está hecho y ahora el Roto me busca.

Me dijo Artiola que está caliente. Que dice que no puedo borrarme sin avisarle. Que Karpasczy es medio bocón y la puede cagar con cualquier pelandrún que hace policiales para Diario Popular. Por mandarse la parte, nomás.

Qué merda. Me vuelve el mareo. No puedo pensar, Araujo. Yo no creo que Karpasczy sea tan boludo. En este laburo no durás 7 años, como él, si sos tan boludo. Siete años amasijando giles. No, boludo no podés ser.

El Tordo me dijo que siga con las pastillas. De la artrosis no me dijo nada. ¿Se puede seguir en este laburo con artrosis? Yo no sabría qué hacer y no me da para jubilarme. Si yo me siento un pendejo. Preguntale a la jermu de Rodríguez, si estoy tan viejo, je. Rodríguez se tiene que cuidar. La mina anda boconeando boludeces. Que se queda con vueltos. Yo creo que el Roto se la tiene jurada. Lo anda dejando arrimarse mucho, lo trata de amigo. Si el Roto te trata de amigo, tenés que desconfiar. Miralo al Tano Petruzzi. Que parecía que el jefe era él. Y todavía buscan pedacitos en Parque Pereyra.

Ese laburo lo hice yo. Me dio pena, el Tano. Habíamos tenido varios encargos juntos y nos cagamos de risa, como cuando se nos desparramaron las tripas de un buchón por el camino de Boca Cerrada. Lo llevábamos para Ensenada y se nos abrió la caja de la chata. También, a quién se le ocurre llevar un fiambre en una chata. Estábamos bastante del orto. Para relajar después del laburo, viste. Pero qué problema nos íbamos a hacer, si por esa zona no pasa nada, es tranqui. Viste cómo es Boca Cerrada. El pozo más chico entra un chabón parado. Nos comimos un pozo y se desenganchó la puerta. El fiambre rodó al asfalto. Menos mal que nos avivamos. Lo habíamos tenido que coser a puntazos y con la caída se le fueron las tripas por los agujeros. Rodó como cincuenta metros y dejó el desparramo. Nos bajamos con el Tano y juntamos lo que pudimos. Después de todo, la idea era que hiciera de carnada de los dorados. Y el Roto que dice que lo mío es quirúrgico. Quedaron restos de tripa, igual, y pensamos que los caranchos se iban a ocupar. Pero algún pescador lo tiene que haber notado, porque me dijeron que salió en El Día de La Plata un suelto sobre la ineficacia de los transportes de los mataderos. Como si los mataderos no estuvieran por el lado de Gorina, bien en la otra punta. Menos mal que no salió lo del mensaje mafioso.

Pero bueno, lo tuve que amasijar al Tano. El jefe se la tenía jurada, por agrandado y bocón. Le dimos el Bola y yo. Lo agarramos saliendo de la casa y lo metimos en el auto. Como era de los nuestros, lo fusilamos en Parque Pereyra. El Bola lo descuartizó; medio que le gustan esas cosas, mucho morbo. A mí el Bola no me da confianza. Estuvimos como hasta las cuatro de la mañana dando vueltas por Pereyra, a oscuras, sin luces, sembrando pedazos por acá y por allá. Al primo del Tano, que es tira y manejaba con él los camellos de Altos de San Lorenzo, le mandamos el dedo con la alianza en un ataúd chiquito. La idea fue del Roto. Lo había leído en algún lado. Al Roto le gustan esas cosas.

Por eso te digo, que Rodríguez se cuide. Y por eso te digo que Karpasczy no puede ser tan boludo.

Pero no hay que abusar. Mañana le salgo al cruce y lo voy a ir a ver al Roto, explicarle y ver si garpa. A ver si encima me tengo que arreglar con Karpasczy. Pero todavía estoy mareado.

Qué poronga. Me tocan las pastillas de mierda.

Cuidate, Araujo, aunque yo sé que a vos difícil que te hagan cantar ninguna.

Los pesos muertos

Arrastro tantos muertos, tantos cuerpos muertos en el propio cuerpo, tanto cadáver encima y amontonado, que la vida pesa de puro agobiada, sometida al esfuerzo bruto de arrastrar: los pesos muertos. Pero no puedo desprenderme de los cadáveres de ensueño o pesadilla. No puedo abandonarlos a su suerte (suerte de disolución la perra suerte de todo cuerpo, a la inmundicia de la intemperie o en la púdica intimidad del féretro). Ellos aún están tibios, aún no hieden, y son el testimonio de tanta cosa viva y caliente que ahora no está y sin embargo se siente, como si estuviera presente y es apenas recuerdo o sombra o velador velando, el que vela y se queda sin embargo: no se puede o no se trata. Sobre todo eso: no se trata, ni siquiera intento desprenderme de los cuerpos. Si ellos se fueran, si ellos partieran a su suerte, ¿qué sería de mí sin su recuerdo? Acaso sean el lastre que me mantiene en tierra, que frena mi levitación: después de todo, una disolución del cuerpo en el espacio, hacia un cielo fértil o imaginario, lugar donde habita Dios, y la abuelita y a donde se van los perros y a donde se fue el gato. El cielo, eso que ya sabemos: el lugar donde les dicen a los niños que están los muertos.

Allí irán si los suelto.

Entonces los duelo. Los llevo conmigo a todas partes por que no sé adónde estoy si me los dejo, toda la noche despierto, porque dormir es morir un poco y ellos son testigos de que yo soy el que los velo.

En esto creo...

"Nunca olvides las reglas. Las propias...
En gente como nosotros, es lo único a lo que acogerse cuando todo se va al carajo."

Arturo Pérez-Reverte

Ñam

Morder es un acto reflejo. Una fatalidad. Inadvertidamente, te llevás la cosa, ni muy rígida ni muy plástica, a la boca y con los dientes violentás su límite elástico. Pum: deformada. Al principio, son unas pocas marcas, pero, con la repetición, ese extremo (porque la cosa tiene extremos y por lo general mordés siempre el mismo) se va achatando, convertido en una superficie nudosa. La mugre comienza a instalarse entre los pliegues, tal vez algún minúsculo jirón se levanta y despega, y la superficie, al principio lisa, se transforma en algo arrugado y sutilmente peludo. En los casos más extremos de deformación por masticación, se pierde la función.

Come on.

Mordedores obsesivos, manojos de ansiedad, alteran la forma cónica inicial a tal punto que la capacidad del objeto de contener, cobijar y proteger, para la cual fue concebido, se pierde. El destino es el extravío. Estas piezas menores (apenas de la longitud de un par de falanges, y de una circunferencia máxima de unos siete u ocho milímetros) terminan olvidadas y perdidas. La verdad es que esto suele pasarles aún cuando la masticación no las deforme: son, en definitiva, accesorias, superfluas. Pertenecen a un especie variopinta que acompaña a otros objetos de utilidad más evidente. Por lo general son blancas. Al menos, son blancas aquellas que por lo general se mastican. Pero las hay negras, verdes, rojas o azules, todas susceptibles de masticación. Como dijimos, su forma es cónica, o mas bien ojival. Sí, son más bien ojivas huecas destinadas a abrigar en su interior el extremo de su objeto acompañante. Poseen además una especie de apéndice con forma de agujeta que prolonga su silueta a partir de la base. La función primaria de esta agujeta es permitir al objeto y su acompañante permanecer asidos a bordes delgados tales como bolsillos o tapas de libros. No obstante su función prevista por diseño, estas agujetas pueden emplearse para producir un sonido ligeramente latoso y chasqueante, como el de un resorte o muelle, aunque de volumen y calidad insignificantes para fines musicales. El juego de chasquear esta agujeta puede, perfectamente, acabar en rotura, por lo que es frecuente que la mutilación sea un paso previo al descarte.

Así, percutidas, mordidas, deformadas o mutiladas, estas piezas cumplen un ciclo de vida que va desde la irrelevancia al ovido.

Días que cambiaron al mundo

Nuestro hombre tuvo una idea. Pensó que sería muy provechosa, que lo haría rico y que cambiaría el mundo. Sin embargo, no podía plasmar sus fantasías sin ayuda. Buscó socios. Los encontró. Comenzaron el desarrollo y les fue bien, la idea funcionó. Muchos otros hombres, por todo el orbe, reclamaron haber tenido la misma idea o haber pensado sus bases. Eso no cambió nada: nuestro hombre y sus socios siguieron adelante, lograron seducir a los más ricos, a los poderosos, y se posicionaron como líderes en un nicho nuevo y prometedor. No obstante, a nuestro hombre no le fue tan bien con sus socios. Lo hicieron a un lado y se quedaron con la empresa. Terminaron los proyectos, mejoraron los desarrollos, expandieron la obra y nuestro hombre, al final, como no puede ser de otro modo, se murió gozando del reconocimiento de los ricos y poderosos.

¿Jobs? ¿Qué Jobs?

Yo estoy hablando de Johannes Gutenberg y su socios, Peter Schöffer y Johann Fust.

Nubes y viento en el horizonte

“Siempre habrá vasos vacíos...”
LFC.

Berenice tomó de un sorbo su trago y se recostó. Noel se acercó y le tocó el hombro. Berenice se sobresaltó, no mucho, un momento fugaz. Estaba muy en lo suyo, concentrada en el sol, o en el viento, en cualquier cosa, menos en Noel, imperceptible para ella, perdido, lejano, como en otro mundo.

-Te perdiste -dijo Noel.

-Si, perdón -dijo Berenice, sin convicción.

-Pero te encontré...

Ella siguió con la vista en el horizonte. Noel no supo qué hacer con ese silencio obstinado, duro y definitivo.

-Traje otro trago -dijo Noel.

-¿Y?

-¿Querés? -insitió él.

-No.

Noel no supo cómo seguir. Dudó, y al fin se sentó en el suelo, junto a Berenice, sobre la arena húmeda, viejísima, un vaso en cada mano. Miró la arena, buscó en ella alguna señal. Luego, miró el horizonte, hacia donde miraba Berenice. No vio lo mismo, seguramente. Sólo nubes. Y horizonte. Puto horizonte. Homogéneo horizonte. Liso e infinito horizonte.

-¿Qué ves? -dijo.

-No mucho -contestó ella, impasible.

-Nubes, veo yo. Vienen del sur.

-Si, hay nubes -admitió Berenice.

-Y viento. Bueno, el viento no se ve, pero se siente.

-No me jode. El viento, digo, no me jode.

Los ojos de Noel volvieron al suelo. Quedaron en silencio. Enorme y liso silencio, como el horizonte.

-Me voy -dijo Noel.

-Al fin -dijo Berenice.

Y el sol tibio, y el viento que no jode y el vaso vacío.

Semana de la economía alternativa en Cuenca




Desde acampadacuenca, se decide llevar a cabo semanas temáticas para informar a la población sobre la situación sociopolítica actual. Una de ellas fue la Semana de la Economía Alternativa.




La Semana por la Economía Alternativa en Cuenca, constó de tres actividades importantes:
  1. Charla informativa y coloquio sobre economía global a cargo de Attac Castilla-La Mancha.
  2. Cine forum, proyectando el documental "Vivir sin dinero"
  3. Taller de economía solidaria en el que se establecería el grupo semilla del futuro colectivo EA Cuenca. Grupo de intercambio local con moneda complementaria.
Dentro de esa semana, se planteó una charla sobre economía a cargo de Attac Castilla-La Mancha, con una intención informativa y para sentar las bases que generasen un grupo Attac en Cuenca. 


Hay que decir que Attac, es un movimiento independiente que pide la implantación del impuesto Robin Hood, tambien concido como Tasa Tobin o Impuesto a las Transaciones Financieras (ITF). El colectivo se autofinancia y se propone llevar a cabo una triple tarea:
  1. Educación popular
  2. Influir democráticamente con sus aportaciones en los movimientos sociales y organizaciones políticas y sindicales.
  3. Movilización social.

En esta charla, conocimos mejor su trabajo y los entresijos de la macroeconomía. 


En cuanto al taller de economía solidaria, en el que participamos unas 20 personas. 

El taller consistió en un simulacro de lo que implica pertenecer a un grupo de intercambio local con moneda complementaria. Cada uno de los participantes ofrecía al resto sus servicios o productos, algo que creyese interesante para el resto y que hiciese gratuitamente con gusto.  En este primer taller, se dejaron ver la riqueza de una comunidad que está dispuesta a ayudarse entre sí, sin dinero de por medio. Ese día se gestó el grupo inicial que daría vida al hoy llamado EA Cuenca.